Por el camino de Chávez

No es una habilitante. Una rebelión es lo que necesitamos

Con el asesinato del Presidente Comandante Chávez, la Revolución ha ido cubriéndose de innumerables interrogantes, que pasan por la clarificación de las ideas que ella encarna a lo interno de sí misma. Cada ideología en disputa por el control político del mando interno del proceso va acompañada de un conjunto de medidas políticas para ser desplegadas.

Si revisamos todo el acumulado de luchas, espacios de resistencia, logros significativos del pueblo y su movimiento, vemos que estas van requiriendo de una vanguardia que la sistematice, que la convierta en fuerza, en bloque hegemónico, en pocas palabras la Revolución en este momento necesita con urgencia extrema de vida o muerte, dotarse de una dirección político militar que sea coherente con el momento histórico que vivimos, momento de definiciones y no de medias tintas.

Cuando vemos la argumentación política para darle un giro tenebroso al método definido con anterioridad por nuestro comandante, para la selección de los candidatos a alcaldías y concejalías, convirtiéndolo en una burda imposición de grupos y sectas en cada estado, cuando vemos que no hubo una clara manifestación política de la vanguardia actual, sobre los sucesos del asesinato de nuestro Gigante, donde no se pudo convertir el dolor de miles, en pasión militante, o cuando el asesinato de Venezolanos por parte de Capriles el pasado 14 de Abril, no conto con la movilización activada por la vanguardia actual, solo un gran despliegue  de los organismos de seguridad . O el sistema bancario dotado de una profunda presencia de la burguesía parasitaria en su control interno, el control cambiario y la especulación del dólar, la producción, el acaparamiento, la guerra económica,  etc.

Así llegamos al asunto de la habilitante, que aclaramos de antemano, no criticamos para destruir, sino por el contrario, queremos llamar las cosas del panorama político con la crudeza pero con la búsqueda de una rectificación urgente ante los momentos que apremian, mas aun cuando somos una esperanza real para los pueblos del mundo que luchan contra el capital.

El capitalismo tiene una naturaleza voraz y depredadora, es su razón de ser, su sentido espiritual, la corrupción es, al menos, uno de sus rostros múltiples y su máscara es el estado moderno, nos guste o no, esa es la realidad objetiva, concreta y sin inventos o dimensiones subjetivas. Sea privada o pública, la corrupción es una aberración del capitalismo, las leyes han sido creadas para su legitimación, para colocar unas ciertas reglas mínimas de juego, donde ganan siempre los de arriba, en detrimento de los de abajo. La Revolución, si es Socialista, es antagónica a esa realidad, debe subvertirla, trastocarla a fondo, aun a pesar de haber tomado al poder desde la democracia burguesa formal. Ahora bien, la legalidad formal detiene el avance de las transformaciones que demanda la sociedad que ampara y acompaña a su Revolución, y la ley habilitante representa algo así como una jaula para encerrar un león enfurecido, enfrentar la corrupción implica indudablemente unas nuevas relaciones sociales de producción, un nuevo régimen de propiedad, una nueva sociedad, una nueva mentalidad, he allí la razón por la que justificamos una Rebelión total del pueblo, un conjunto de medidas que profundicen la transición Revolucionaria, que eleve la moral y otorgue banderas de lucha, desde la conciencia del deber social. Esto implica un nuevo liderazgo, la dirección fracasada del golpe de Abril del año 2002, esa vanguardia decadente que jamás convoco a nuestro pueblo a defender y profundizar, sino que se quedo expectante, silente.

El asesinato de nuestro gigante no puede arrojar como saldo, un pueblo desolado sin programa, ni legado, por el contrario, ahora es que tenemos miles de razones para Rebelarnos, para ello, necesitamos construir la nueva dirección político militar, unida a la voluntad de nuestro presidente obrero Maduro, que se disponga al frente para que oriente esta Rebelión, que es urgente de vida o muerte.

No dispersemos las fuerzas en peleas de forma, bajo el legalismo y el fetiche leguleyo restaurador, tomemos partido en levantar y re politizar las fuerzas de nuestro pueblo, no hay tiempo para la vacilación, Chile y la traición no deben repetirse. Movilicemos a los hijos de Chávez para la Rebelión Socialista y Comunera. Allí deben ir los nuevos retos, allí debemos jugarnos hasta la vida.

INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA

VIVIREMOS Y VENCEREMOS.

@CEROREFORMISMO

ceroreformismo@gmail.com



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Alejandro Aguirre


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