Nos coleamos en una de esas
marchas que suele hacer el partido político Globoraton (Glotones Bocaguá
Raros Tontos) en una de las esquinas guarimberas, o sea, plaza cuchufleta
del este sifrino y pantallero. Dentro del bullicio de las dos mil personas
que estaban reunidas gritando ofensas y vilezas contra el gobierno,
vimos a uno de esos venezolanos llamados “morenitos”, para no ofenderlos
llamándolos negritos, que es como deben ser llamados, porque negro
es un color y listo.
“Señor, señor, nos puede
contestar que es lo que está haciendo en esta marcha”. Le preguntamos.
Dejó de mover su bandera al revés y nos miró con desconfianza: “¿Usted
cómo que es chavista?”. Le explicamos que lo que somos es venezolano
y se convenció. “A usted no le vemos pinta de oligarca; más bien
parece un hombre del pueblo” Él se miró la vestimenta. Luego
expresó: “Bueno para estar contra Chávez ¿ tengo que andar vestido
de sifrino cómo estos carajos?”
La marcha seguía su curso.
Varias ancianas vestidas con lycra, mega maquilladas, zapatos tenis
y cachuchitas con cola de caballo, defenestraban contra Chávez: “Vete,
vete, vete, el pueblo no te quiere…” Yo miré a todos lados y me
pregunté: “¿ De cuál pueblo hablan si aquí de las 27 millones
de almas que pueblan el país sólo hay 2000?”
“Señor, morenito, díganos,
¿de qué se queja? Abrió su bocota en cuyas líneas paralelas habían
dos gruesos labios: “Es que yo soy igual a esta gente, no quiero a
Chávez” Pero, existe alguna razón para eso?, le lanzamos. “Bueno
es que no sé…según ellos Chávez es malo, un dictador, un autócrata”.
Nos dimos cuenta que llevaba unas bolsas de comida con el logo de Mercal.
“Señor, pero usted está contra Chávez y compra en Mercal?”
Llegamos a una calle solitaria
en la cual la marcha se veía tal varias hormiguitas sobre un terrón
de azúcar. “Yo compro en Mercal, en PDVAL, voy a Barrio Adentro,
a las clínicas populares con mi familia y tengo a mis 2 hijos
en la UBV, becados…” Un bombillito con la interrogación de abrir
nos bailaba un reguetón en la cabeza. “Pero señor, ¿entonces qué
carajo hace aquí?”. Saludó a una prima de Ravell que sacudía una
bandera yanqui y ripostó: “Bueno es que el señor Ravell nos
dice a través del partido Globoratón que tenemos que salir, que tenemos
que protestar, que tenemos que mentarle la madre a los chavistas, que
ADECO ES ADECO HASTA QUE SE MUERE.
Llegamos a la plaza Morelos.
Liliana gritaba, “muera Chávez, mueran los tierrúos de los barrios,
muera la revolución, viva AD, viva AD…, perdón un Nuevo Tiempo!”
Seguimos al lado del morenito: “Bueno amigo el gobierno trabaja para
todos, pero nos llena de sorpresa el que usted no entienda que los cambios
han sido profundos, que hoy vamos rumbo a la equidad, al progreso, en
un mundo multipolar” El nos miró emocionado:” Claro que yes, cuando
manda AD Lorenzo Mendoza vende más Polar…”
Llegamos al centro. Desde un edificio un hombre gritó: “Viva el rey de España, viva Bush, viva Ehud Olmert, viva el nazismo, viva el fascismo, mueran los negros cabrones de Latinoamérica, a la selva los indígenas y Evo” El morenito elevó sus ojos al piso 6 donde gritaba el gañán: “Ese hombre como que es pargo, ¿ cómo es esa vaina que mueran los negros y los indígenas?” Nos miró tímido. “Mire señor, yo ando en esta vaina, porque además de que el señor Ravell me lo ordena desde su televisora a mi me gusta el pantalleo; yo veo lo que hace la revolución con el pueblo, con la educación, con el deporte, con la tecnología, con la hermandad que pregonó Bolívar, con los pobres, con el futuro esperanzador, pero soy un escuálido, señor, un ex portero adeco, que no puedo prescindir del veneno que esta oposición chimba me ha sembrado en la cabeza gota a gota”…usted no se preocupe, mi VOTO ES PARA LA REVOLUCIÓN EN NOVIEMBRE. La marcha terminó cuando Yon Gagolletea llegó con ese rostro de gallináceo de probeta y comenzó a gritar: TENEMOS QUE QUEMAR LA CIUDAD, compañeritos… Y yo soliloquié: “¿En cuál parte del 23 de Enero te esperamos, para cuando lo decidas Yon?”
