No es lo mismo, Borges Jorge Luís, que Borges Julio

Mientras que el argentino fue un escritor de fama mundial, que solía ser casi irreverente respecto al lugar donde debía ser enterrado al morir y que totalmente ciego tuvo una visión más clara del mundo que algunos videntes de la literatura, el nacido en Venezuela es todo un personaje de la contradicción. Aquel excelente, brillante, intelectual. Sus libros son alimento para engullirlos con placer. Sí alguna cosa negativa le vi. a Borges el escritor, fue esa manera de negarse a ser humano de tránsito entre las multitudes. Era un escritor con un pensamiento burgués en lo personal, que a veces hasta se vio como que si no aceptara que su lugar de origen, era Argentina y que al morir dejó un destape de su contradicción, al escribir una nota donde rebelaba que si le tocara volver a nacer, haría de su alimentación, de sus placeres, de su manera de ver la vida, otra cosa. Es decir, Borges estuvo agazapado en la sombra que da la fama y que al parecer, en su tiempo, no le permitía ni siquiera “comerse un helado inmenso con chocolate y mantecado”. Vaya usted a saber.

El otro Borges, el nacido en la cuna de la oligarquía venezolana, es un hombre al que hay que hacerle un minucioso examen físico, psicológico, psiquiátrico. Cada palabra, cada opinión escrita u oral que emite el Borges de la oligarquía venezolana, llevan consigo una alta dosis de recalentamiento cerebral, no compatible con la indosincrasia venezolana. Por ejemplo, el domingo 18-2-2007 Borges en la página que escribe en ÚN se despepita hablando de los niños, alegando subliminalmente que a los pequeños se les está metiendo comunismo en su educación por parte del actual gobierno. Dice, para variar y no ser lugar común, que “Los niños de hoy son los hombres del mañana y que es necesaria su formación”. Y uno se pregunta: ¿Es el actual Borges un niño del pasado? ¿El padre de Borges, su madre, sus maestros, sus condiscípulos, su clase social, le enseñaron a Borges que cuando a él no le gustara un gobierno ELECTO POR LOS POBRES, tendría que sumarse a un grupo de hombres y mujeres de su misma “enseñanza” para derribarlo? ¿Le dijeron que una Constitución es una mierda? ¿Le recomendaron que sólo los ricos pueden manejar una nación? ¿Le manipularon el cerebrito al enseñarle que las leyes no sirven para nada si no son puestas al servicio de él y su gente? ¿Le enseñaron a Borges, cuando era niño, que para formar una agrupación política tendría que valerse de cualquier medio, incluso, hasta el de hacerse cómplice de una mujer chora para que le consiguiera ese dinero hurtado al Estado? ¿Al niño Borges le dijeron que a su país Venezuela tendría que traer el fascismo? ¿Le musitaron al niño Borges que al crecer tendría que odiar a los árabes, a los negros, a los pobres y que tendría que ponerle a sus coterráneos de la clase popular apodos como, tierrúos, sin dientes, mierda y demás? Es insólito que a un niño le inyectaran tantas cosas malas, pero cómo él fue un niño del ayer y hoy habla de los “niños del mañana”, pues… Da lástima hacer esta comparación de apellidos, pero que cosas tiene la vida, caballero.

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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