Maracaorina y la Hormiga semiatómica atacan

EN UN LUGAR DEL Este de aquella ciudad, “los Inquisidores de la Injusticia” se reunieron a planificar una acción contra aquella nación que a ellos no les había hecho un coño, pero que, según ellos, era chimba porque tenía entre sus habitantes a una gente a la que llamaban LOS CHAVISTAS. El 14 de abril de aquel mes, el jefe de los “INQUISIDORES DE LA INJUSTICIA” se había puesto muy bravo, bravito, mis queridos pitoquitos porque resulta que el jefe de LOS CHAVISTAS lo había derrotado en una contienda para ser el máximo jefe de aquel país. Mandriles Matonski se llamaba el jefe de los “INQUISIDORES DE LA INJUSTCIA”.

Mandriles Matonski DECÍA QUE UN AUTOBUSERO NO PODÍA DERROTARLO A ÉL QUE TENÍA MUCHOS PODERES OCULTOS E INOCULTOS y que eso no se iba a quedar así. MANDRILES MATONSKI contaba con un imperio del cual había dicho un patriota hace un par de siglos: “En nombre de la libertad…”, La noche de ese 14 Mandriles Matonski había llorado lágrimas de yeso. Con esos ojos más puyúos, mis queridos currutaquitos, que un palito de pincho se había detenido ante el espejo y había jurado que incendiaría esa nación para que se murieran todos esos tierrúos, desdentados y come arepa que habían decidido elegir al AUTOBUSERO, porque y que éste era de su clan, es decir un hijo del pueblo. “Aquí yo ¿allá quién? Preguntó. La Hormiga semi atómica siempre mosca por si acaso, se colocó un pañuelo en la boca y contestó- “ Aquí yo allá quién?”

La noche olía a güeco e traga venao .Una luciérnaga se había quedado detenida a un lado del espacio: se le había descargado la batería y quedó sin luz. La Hormiga semi atómica miró a todos lados, como en las novelas de Ágatha Christie, de soslayo. Cuando se dio cuenta que esas caras que lo miraban no eran más que simples fotografías en las paredes, dijo a su interlocutor: “Llevaré mi casco burda e ridículo que siempre me acompaña jefe, cambio y fuera”. Luego se lanzó a dormir pero como es tan torpe y desubicado, adeco al fin, lo hizo fue sobre la mesita de las bebidas y la alharaca despertó a los vecinos que le nombraron hasta la que te conté.

Utilizando la última tecnología en comunicación, es decir un largo guaral con dos vasitos en sus extremos, Matonski se comunicó de nuevo. Pero esta vez con Maracaorina. Ella estaba peinando su luenga larga cabellera. Como siempre con los ojos inyectados de odio y legaña, El aparato de música dejaba salir un bolero de Ravell. El aroma de la habitación jugaba con el vaivén de la cortina en la ventana enmarcada con platinas de oro, verga que vaina tan disonante ¿eran de oro o de plata? El vasito repicó dos veces, es decir, era la contraseña. Maracaorina soltó el cepillo con rudeza. Éste se estrelló contra un ratón de bacarat que había en un ángulo de la habitación y Maracaorina gritó: “Siempre te quise romper maldito ratón - y escupió chimó sobre la alfombra. Por fin rió, tomando el aurivasito “Necesito que mañana forme el gran peo en la AN hermanita, para que el golpe vaya cogiendo fuerza”.-Y colgó. Ella sabía de que se trataba y aunque odiaba a esa AN porque fue en sus predios donde vio al GIGANTE de cerca y su corazón había sufrido mucho, pues lo amaba en silencio y en Petare, dijo: “Oki doki boss”

Matonski pasó esa noche comunicándose con su banda de desalmados y armados. A todos les comunicó que del grupo saldrían dos víctimas. Una de ellas era “el cejón” y Maracaorina. Ellos se pondrían en la primera línea de combate. Serían los llamados a gritar, ofender, lanzar sillas y celulares rotos sobre los CHAVISTAS. Uno de ellos llevaba dos peines y una peineta de 9mm listos por si acaso, por si acaso… Cuando el sol se restregó los ojos haciéndose el paisa para no lavarse la cara por el Este, la banda de Matonski activó el plan- En su humilde ranchito del Country Maracaorina leía su guión: a) llegaré con cara de bodeguero al que no le pagan el fiao,b) abriré la bocota para ofender,c) cuando arda Troya y la vaina esté más pelúa que sobaco e cavernícola ,arrancó haciéndome la que fui golpeada para GLOBOVISIÓN,d) entraré a maquillaje y seré caracterizada como una pobre huerfanita castigada sin piedad, por los CHAVISTAS, e) iré ante las cámaras y diré que tengo dolores en el piloro, en el vaso e cama, en la espinilla, en el barro y en las manchas y que tendré que irme a Bogotá a decirle a Uribe, perdón a una clínica para que Obama invada a Venezuela…

“CEJÓN HARÍA LO MISMO. Empero sabía que de los golpes que recibiría, algunos serían en serio, porque todos entienden en la banda de Matonski que “el cejón” no le gana ni a una foto de Tyson. Y por qué en realidad para enfrentarse con un CHAVISTA arrecho es duro mi pana, muy duro…

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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