En mi casa mando yo…usted en la suya

Yo pensé que esa fauna estaba extinguida

Pero en una mañana de estas cuando venía bajando de mi cerro en el “yip” y el chofer encendió su radio, la percibí cuando con esa voz de encargada de pensión, decía: “Ellos están violando la Constitución…”, para referirse a los diputados de la revolución en la AN y a Elías, el incasable, Jaua. El fulano carro que me transportaba es uno de esos modernos medios de transporte de vías troncales que el Estado les cedió a la Junta Comunal de mi barrio para transportar a la gente, un rial menos en el pasaje, y más comodidad, en estos días de lluvias.

Era Marta Colomina. La periodista gallega Marta Colomina. Su voz tiene matices especiales, y claro, fiel al lugar de su nacimiento Santiago de Compostela, la gallega periodista acudía a esa Constitución que un día 12 de abril de 2002 violó flagrantemente en los predios de Miraflores, cuando la vimos poniendo pies en polvorosa a junto a Patricia Polveo, perdón, Poleo, para utilizar las ondas hertzianas, nombrando a la Constitución venezolana que se dio el pueblo y a la cual hoy, irrespetuosamente ACUDE con esa voz que un día no se han de comer ni los gusanos

-son asépticos-. ¿Ya pagó lo que se llevó del Canal de todos los venezolanos? Queremos que se investigue eso: cuentas claras.

Casualmente muchos de esos extranjeros que aquí llegan a llenarse el estómago con la papa que no conocían en sus lugares natales, son los que más joden el gentilicio criollo. Ni ella ni Ovidio, Anopeleón Bravo, son venezolanos de nacimiento, lo cual no es ningún pecado ni menos que sintamos cierta xenofobia. Pero el axioma aquel tiene razón: “Cría Cuervos y te sacarán los ojos”. Una pregunta: ¿No se le puede quitar la nacionalidad venezolanas a esos extranjeros que violan la ley de esta nación? Lo mismo ocurre con una italiana o francesa, una tal Majo, que labora y emite palabras altisonantes contra nuestras costumbres y forma de vida en un canal privado que se la da de Caperucita y es más cruel que el lobo.

Es hora, VAMOS A DEJARNOS DE MOJIGATERÍAS, de utilizar esa misma fuerza que produce la Constitución a la que ella y su banda violó, para que estos siniestros personajes no sigan utilizando los medios de comunicación social para mentir, ofender, o cagarse en el gentilicio de los venezolanos…Art. 58…Toda persona tiene derecho a la información oportuna y veraz e imparcial… Muchos extranjeros reencauchados andan por ahí vociferando en contra de nuestro proceso inédito, incluyendo a parte de los llamados “hermanos latinoamericanos”, eso no puede ser. En mi casa mando yo y ellos en las suyas. La palabra chauvinismo aquí está mal utilizada, si es que algún idiota de pacotilla intenta pensar que sufro de odio a lo foráneo

PERO ES HORA DE QUE LAS Colominas, el Ovidio y otros esperpentos de la fauna golpista, sigan viendo en los venezolanos a un atajo de idiotas que no saben entender que H20 es agua y que Uh Ah Chávez no se va. Por cierto cuando usted llega al aeropuerto de Madrid le hurgan hasta los paralepípedos a ver si lleva droga u otras substancias químicas y además despectivamente lo llaman “sudaca”, no ha existido sobre el cemento de la tierra, un imperio más cruel y racista que el español- por la verdad murió Cristo-

Por eso escuchar a Marta Colomina nos dio asco, deseos de vomitar la arepita con queso que nos hizo la hermosa compañera de vida antes de salir al trabajo. No logramos entender hasta que punto puede llegar la prepotencia de una señora que después que fue parte y arte de un golpe contra la CONSTITUCIÓNBOLIVARIANA, ahora exprese a través de un micrófono de una radio en la patria que la acogió, o sea, nuestro;¿ lo oye bien Marta? terruño, el terruño de los VENEZOLANOS, que los diputados electos por el pueblo están violando esa Carta Magna. Igualmente escuchamos al señor rabino de Venezuela hablar de “nuestro país” cuando todo el mundo sabe que la única patria que tienen ellos es Israel: déjenos a la nuestra en paz, señor rabino…métanse en sus asuntos

aenpelota@hotmail.es

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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