Un gordo dictó cátedra del último grito en ofensas

La rubia y la morena

Una de las cosas que más me dan tristeza en el actual momento por el que transita mi patria revolucionaria, es escuchar a jóvenes y no tan jóvenes expresarse. De antemano advierto que no soy mojigato. Lanzo mis escupitajos de arrecheras, de coños, de mierda Pero, ¿cuál es nuestro idioma? Todas esas palabras están en el léxico español- Dijo ALBERT Camus: “El idioma es nuestra patria”, ¿tengo que escribir a qué me refiero?...”Mira marico, donde marico, el tipo marico, me dijo, marico, no marico” Y Las muchachas:”Mira marica, la tipa, marica me estaba buceando marica y entones marica…”

¿Qué los jóvenes adoptan cosas que los viejos vemos repelentes? Sí; es cierto, pero esa “mariquera” es la costra más fétida que le ha sucedido a la juventud venezolana. El idioma anda a nivel de grama, que es decir, a nivel de Manuel Rosales, sin que esto quiera decir que estoy ofendiendo al filólogo de marras. Pasemos la página.

El 23 de este mes decembrino un grupo de “manos blancas” salió a protestar por la aprobación de algunas leyes que la AN puso en ejecútese. La marcha de muchachos y no tan muchachos, ¿serán del calibre de STALIN GONZÁLEZ, SÁNCHEZ Y NIXON MORENO? Por cierto que el último nombrado no merecía estar en la Casa que Vence las Sombras, por violador de una mujer policía, desestabilizador, golpista y ESTUDIANTE FRUSTRADO, además de cobarde que huye después del delito. Una pregunta: ¿Stalin González será digno de ser Alcalde, Concejal o bribón? Qué lo diga Pepe. Manuel Rosales ducho en asesinato de palabras llegó a Gobernador y Alcalde, ¿qué nación puede salir de abajo con estos churuperos?

Regresemos al tema: marchaban las manos peludas, perdón, manos blancas, gritando, blandiendo banderas de 7 ESTRELLAS, pancartas y gigantografías. La Guardia Nacional cuidaba al grupo heterodoxo, jóvenes, vejetes, blancos pan de avena, blancos amarillentos, escuálidos gordos, flacos, negros y seminegros. No existe color moreno: eso se hizo para minimizar a los negros como yo con mi roloebemba colorá. De pronto como impulsaba por un arbotante aceitado con feca de cochino, salió ella. Vestía de azul con una gorra del mismo color cuyo frontal llevaba el nombre Venezuela.

Pues abrió los gruesos labios y por ellos dejó escapar toda la mediocridad que puede humano alguno acumular en su corta existencia. Su voz era chillona, asimétrica, sus sonidos orales merecían estar dentro de la jaula de las locas. Soltó la primera andanada de ofensas: “Los estudiantes de la Unefa no sirven, los estudiantes de la Bolivariana no sirven…yo conozco una estudiante haitiana que se graduó sin saber leer…” En las pocas ráfagas de brillo de sus ojos, se le notaba el odio que sentía, estaba inyectada de miseria.

Igualmente in situ llegó otra mano blanca; pero era catira. Se le puso a un lado de la bemba colorá vestida de azul con la gorra Venezuela y comenzó a martillar. Pero la bemba colorá se le atravesaba para que la cámara la tomara a ella: “los estudiantes de la UInefa no sirven, los estudiantes de la UBV tampoco, yo sé de un graduado de la UBV que está alquilando teléfonos en la esquina” y señalaba con su dedo a un lugar desconocido

La catira la veía con rabia y en los dos colores se notaba la diferencia. Cuando el periodista le preguntó a la bemba colorá donde vivía, no contesto. SU CUERPO era una gelatina que temblaba de ira, de miedo, de angustia, desequilibrada, triste, sin flor ni aroma, era una joven adicta al odio, contactada por los facinerosos de la mediocridad para que dijera todas esas huerfanadas contra sus paisanos los jóvenes de Venezuela.

SENTÍ LÁSTIMA DE ELLA…Cuando de un joven pretendemos inteligencia y nos da todo lo contrario, sin duda que estamos en el milenio de la muerte pensante. OFENDER A UN GRUPO DE hombres y mujeres de la patria porque no estudian en la UCV, porque no tienen bienes, ni carros, ni lujos, ni viven entre Sodoma y Gomorra (El Este) es una prueba evidente de que ni LA CONCIENCIA NI LA EDUCACIÓN, menos el respeto, han llegado a un grupo de enfermos en estado terminal

aenpelota@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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