Si algo se considera patético, es la comisión de Derechos Humanos de Venezuela. Su actuación fue lenta y distraída con los hechos del Amparo y los del 11 de Abril donde, sin muchos anteojos, quedó evidenciado la violencia, la masacre, y los peores atropellos humanos que se han vivido en el país. Sin embargo, la actual comisión de DH fue exageradamente expresa y rauda con la demanda que introdujeran en la Corte Interamericana de DH, contra el estado venezolano por una supuesta violación a la libertad de expresión.
El grupo que integra esta inmoral comisión de DH, evidencia comportamientos milimétricamente iguales que los sectores derechistas que no cesan de hablar de violación a la libertad de prensa, paradójicamente, cuando han sido ellos los constantes entorpecedores de una verdadera comunicación más plural, veraz y oportuna.
Esta comisión no es más que otra bandada de sinvergüenzas que reciben órdenes de Marciel Graniel y de los agentes del Imperio, para evitar que el estado no renueve la concesión del espectro radioléctrico al canal Rctv, sentenciado a salir de la frecuencia dos, el próximo 27 de mayo.
En Venezuela, como en todos los países del mundo, este espectro pertenece al estado; sin embargo, es acá, uno de los pocos países donde una concesión dura veinte años, para muchos toda una vida, toda una generación que tuvo y tiene que soportar las cantidades inescrutables de mensajes predispuestos, intencionados, prediseñados, encaminados a distorsionar realidades, a crear necesidades superfluas, a mantener juicios de alto valor desde los más altos problemas estructurales del país hasta los más cotidianos y sencillos.
Pues, bien, como el próximo 27 de mayo se les vence la concesión, el estado decidió ya no renovársela y ofrecerla al pueblo para una televisora de comunicación alternativa y de participación popular.
Pero, como la oposición no descansa, ahora se agarran de esta medida, democrática y soberana por demás, para, a través de la mentira y el engaño, avivar su ya muy reducido y dormido grupo de disociados seguidores. De allí la única estrategia de Graniel: salir a airear en predios internacionales que el Presidente es un autoritario y otras tantas bobadas más.
No obstante, él, y la Sociedad Interamericana de Prensa, Así como la Comisión de Derechos Humanos, nada han dicho sobre el caso de Perú, donde Alan García cerró dos canales televisivos, dos impresos y dos radiales. De estos atropellos limeños nada se dice. ¿Dónde está la SIP, los DH, los dueños de medio? Por supuesto, esto no tiene el valor ni la preponderancia que tiene adversar a Chávez, un verdadero obstáculo para sus intereses particulares y capitalistas.
Pero, en el fondo, más allá de Chávez, es una decisión del pueblo, y lo que el soberano decida es como un documento notariado que no tienen marcha atrás; así que el canal “Rctvas” no le queda otra que ir recogiendo su basural de producciones para ver si operan por cable, que aunque les sale más económicos tendrán la audiencia que ellos mismos han captado y enfermado con sus constantes mentiras.
Y se va no por capricho sino porque “Rctvas” ha violado la libertad de expresión, ha atentado reiteradamente contra la democracia, ha difundido mensajes subliminales, prohibido en todos los países del mundo, cuando transmitió símbolos de la oposición en las películas infantiles de Gasparín y Juego de Gemelas, en el 2002. Su irresponsabilidad es descomunal y constante contra niños y adolescentes, es por eso que al pueblo y al estado le es “inconveniente” renovar la concesión, más aún cuando se entiende que este servicio público debe fortalecer la formación de ciudadanía y la democratización de la comunicación en el país.
Periodista.
