Estados Unidos, otro show

Se ha acabado la fiesta. Los Republicanos han encomendado a uno de sus representantes —Greg Steube— la presentación de artículos con los cuales se logre la impugnación que llevaría de nuevo a la presidencia a Joe Biden.

Como una de las características en política norteamericana es la soberbia, los republicanos han reclamado que Biden socava la integridad de su cargo y que esto pone en riesgo la estabilidad política de su país. Lo señalan de haber situado la presidencia en descrédito público, aparte de traicionar desde su cargo la confianza como mandatario, y como si esto fuera poco se le ha incriminado como subversivo en todas sus formas por ir en contra del Estado de derecho y justicia, todo en sacrificio de los ciudadanos del país.

Biden desde hace tiempo viene jugando con fuego y la suma de una importante cantidad de pruebas han sido acumuladas día a día. Pero todo revienta tras escándalos en su entorno presidencial y familiar, pues sus círculos más cercanos son acusados como una familia del crimen, pues el beneficio directo a través de cargos gubernamentales ha sido manchado por sobornos, fraudes y amenazas, tanto dentro como fuera de territorio norteamericano.

Las acusaciones no son dirigidas tan sólo al presidente, las mismas han alcanzado el entorno de la familia presidencial pues los alegatos aluden abuso de poder, sobornos, extorsiones, obstrucción de la justicia, fraude e implicación financiera. Llegando incluso a tocar áreas estratégicas como el narcotráfico y prostitución. Este último de los cargos —prostitución— es uno de los más delicados en la imputación contra Donald Trump.

A la lista de acusaciones de Greg Steube, se le suman más acciones emprendidas por los representantes de Colorado Lauren Boebert y Marjorie Taylos Greene de Georgia. Todo se desprende en contra del destacado hijo de Biden. Su desastre y corrupción no se había conocido en ninguna de las familias presidenciales. Hunter Biden, a quien el fiscal general, Merrick Garland, ha denunciado que está tras la conformación de un consejo especial, lo cual permitirá investigar los negocios financieros y empresariales de este inusual personaje.

Todas estas acciones sorprenden cada vez más a un Estados Unidos más dividido como lo fue antiguamente entre el Norte y el Sur. Nada ha cambiado y el camino a un enfrentamiento civil entre ambos grupos —Demócratas y Republicanos— puede empezar por aquí.

El nuevo quiebre de Norteamérica nace con el fentanilo más las armas clínicas de laboratorio, como las destruidas por Rusia en Ucrania, y en ambas está involucrado Hunter Biden, actor, detrás de ambos negocios.

Toda la suma de masacres escolares ocurridas aceleradamente desde el gobierno de Donald Trump, quien debiera estar imputado por el auspicio de estos crímenes del asesinato de niños, va dejando una profunda huella de división en el seno de la sociedad norteamericana.

Justo es el tema del armamento el cual le ha dado un revés a la estabilidad Demócrata al oírse las críticas de Joe Biden contra este sector y de nuevo comienzan a escucharse los señalamientos de senil, anciano, inútil, bueno para nada. Son las mismas voces que obligaron lo obligaron a ir a la guerra en Ucrania. Ahora estos mismos sonidos sepultarán su absurda reelección.

Hasta más pronto…



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Miguel Jaimes Niño

Politólogo, Magister Scientiae en Ciencias Políticas y Doctor en Ciencias Gerenciales. Cursando Doctorado en Letras. Cursando postdoctorado, mención: Geopolítica del Petróleo, Gas, Petroquímica y Energías. Fundador y Director del Diplomado Internacional en Geopolítica del Petróleo y Energías-Venezuela. Creador de la web geopoliticapetrolera.com. Autor de los libros: Petrocaribe la Geogerencia Petrolera. El Oculto poder petrolero. poder de PDVSA Vs. Poder del Estado.

 venezuela01@gmail.com      @migueljaimes2

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