Es fácil iniciar una revolución, difícil es consolidarla y mantenerla

Sin caer en la falsa creencia que somos filósofos o analistas del marxismo leninismo, que sería un exabrupto y una pretensión cargada de petulancia y acaso risible para algunos lectores, nos atrevemos a poner en el tapete algunas reflexiones que nos animan tras el diario trajinar y observar los esfuerzos del Comandante en Jefe Hugo Rafael Chávez Frías, por fortalecer y consolidar este proceso revolucionario, mientras que muchos es muy poco lo que hacemos por ayudar y otros utilizan la boina y las camisas rojas, para infiltrarse y medrar a costa del proceso.

Mientras el Comandante Chávez, con pasión a veces exacerbada expone las lineas de la revolución y ratifica que su vida no le pertenece, porque la ha puesto en manos del pueblo a través de este proceso de cambios del cual no espera otra cosa, que la satisfacción de ver a su pueblo redimido,luego de tantos años de ignominia, de explotación, de exclusión, de represión y marginamiento de todo a cuanto tiene derecho la mujer y el hombre al nacer; otros se aprovechan de su confianza para horadar las bases de la ideología socialista bolivariana y bajo el lema de: “Patria Socialismo...o muerte” arremeter contra lo que hemos construido al lado de nuestro líder, trás aquel premonitorio “Por ahora”, que nos devolvió la esperanza.

Los Kausky, han sobrado en este proceso y los tenemos en la calle denigrando de todo cuanto hace el gobierno, luego de haberse lucrado durante su paso como “Líderes” de la Revolución, tal es el caso de  los diputados que fueron electos al parlamenta colgados de la chaqueta de Chávez, pero ahora consideran que fue el mayor pecado que han cometido, pero al mismo tiempo tan desvergonzados que son incapaces de renunciar a esas curules que son del pueblo, porque cuando fueron electos, el chavismo les dio el voto confiando en su honestidad, cualidad de hombres y de luchadores sociales, pero resulta que a la final se rodaron las caretas y mostraron su verdadero rostro. El rostro de la traición, el rostro del oportunismo, el rostro que ocultaron cuando se arrimaron al Comandante a limpiarle las botas. Por cierto que el jefe de todos es uno que hizo un milagro poco común, cuidar y conservar tanto un bolígrafo, que fue capaz de servirle para firmar el documento de una sociedad anónima y como diez años después lo utilizó para estampar nuevamente su firma en el documento mediante el cual  vendió las acciones de esa editorial, cuando se vio envuelta en un “guiso”, en la producción de papelería para un proceso electoral y el fulano era Vicepresidente Ejecutivo de la República. Nada más y nada menos que el famoso “Pelo de Oro”.

Pero amén de esa fauna, en las filas de la revolución continúan agazapados muchos que le hacen daño al proyecto de cambios que está en pleno proceso de fortalecimiento. Hay quienes con su sola presencia le restan apoyo a la revolución, porque la gente no es gafa y ya los conoce y no se traga el anzuelo de la consigna y la camisa roja. Hay dentro de los llamados liderazgos,quienes defienden a capa y espada las estructuras capitalistas actuales y abogan, porque la geografía nacional se llene de Casinos, de Sambil y sus remedos en el resto del país, porque para ellos un macrocentro comercial, desideologizador, disociador, masificador para el consumismo y el incremento de la ludomanía a través de las casas de juego,son iconos de progreso para las ciudades y que deben ser impulsados desde las instancias parlamentarias y de gobierno.

Imaginémonos por un momento, una patrulla de croupiers en un casino sembrando conciencia revolucionaria entre los asistentes: ¡Hagan su jugada..! ¡Hagan su jugada..! el siete paga diez veces...Nadie más..Cerrada la ronda...y con irónica sonrisa, pasa el rastrillo y exclama...¡Gana la casa..!  Y los propietarios del casino, dictando charlas de crecimiento individual y colectivo a sus patrullero..¡ “Como desplumar a un incauto sin que monte en cólera y venga al día siguiente por el desquite”.

O una asamblea de ciudadanos en un espacio del Sambil, con McDonald, Wendys y demás tentaciones autóctonas a la carta,  o en un símil de los que están abundando en el país, que solo sirven para destruir la estética de las ciudades desde el punto de vista arquitectónico, socio lógicamente desarraigar a la ciudadanía del amor por sus,espacios sociales matando con esto el sentido de pertenencia por plazas, parques públicos, paseos, malecones y condenando al olvido a otros espacios de sano encuentro familiar, como los viejos cafés y heladerías, para ir al encuentro del condicionamiento para el consumo compulsivo, en un espacio cerrado donde lo único que hace falta es un hotel para la siesta o la pernocta y olvidarnos de nuestras ciudades, sin importarnos lo que pueda ocurrirle. Mientras no nos toquen el castillo maravilloso del consumo y el vicio estamos finos. Entonces cabe preguntarse. ¿ Puede albergar sentimiento revolucionario y socialista, quien abogue por el emplazamiento de estos monstruos del más puro capitalismo salvaje en nuestras ciudades?

Aquí  no queda todo. Vamos también al espejismo de las luchas reivindicativas,donde los sindicatos “Bolivarianos”, con las más genuinas prácticas cuartorrepublicana siguen arrastrando a los trabajadores a la senda infame del mero interés crematístico y es así como vemos que bajo la consigna de ..Patria Socialismo o Muerte..Venceremos,llaman a huelgas en Mercal,misión a la cual ya le clavaron un sindicato, falta ahora que también surjan los sindicatos en las misiones: Barrio Adentro, Robinson, Ribas, Sucre, Madres del Barrio, Ché Guevara, Negra Hipólita y paremos de contar, porque tal, pareciera que no entendemos o no queremos entender, que no todo se resuelve con la “pesetería”. ¿Hasta cuando vamos a permitir que se siga engañando a la gente con esas posiciones oportunistas? ¿Es que no hay capacidad creativa para enrumbar las luchas del pueblo,por senderos que no sean los viciados de la Cuarta República? Las misiones, como su denominación lo indican funcionan con voluntariados. Tenemos que explorar otras formas de organización para alcanzar la mayor suma de felicidad posible, lejos de los vicios mafiosos del pasado. Si queremos crear el Estado Socialista tenemos que empezar por sacarnos del cerebro la estructura capitalista que heredamos de esa perversa educación, que nos preparó para ser explotados y de paso agradecer al amo por tomarnos en cuenta en su proyecto de explotación, que nos permite comer junto a nuestra familia. Tenemos que pensar en salir del Estado de necesidad, al estado socialista de lucha por la igualdad y la solidaridad revolucionaria.

Necesario es internalizar lo dicho por el Ché Guevara en su discurso a los estudiantes de medicina y trabajadores de la salud el 20 de agosto de 1960: “ No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial, ni becario que vivan al amparo del presupuesto ejerciendo una libertad entre comillas. Ya vendrán los revolucionarios que entonen el canto del hombre nuevo con la auténtica voz del pueblo. Es un proceso que requiere tiempo”.

Tenemos que, más allá de los intereses individuales y de grupos, ir  hacia los intereses colectivos que solo pueden entenderse y defenderse si pensamos en colectivo, si buscamos nuevas formas de organización desde donde podamos construir el hombre nuevo que necesita la república. No olvidemos que la revolución en sus inicios es como un río crecido arrastra de todo y la emoción la catapulta, pero con el tiempo al igual que el río comienza a decantar a dejar atrás las impurezas, para que fluya el agua cristalina por el lecho y entonces a parte de la emoción necesario es ponerle corazón y en eso debemos montarnos todos los militantes revolucionarios,para seguir depurando este proceso, que ahora es cuando le queda basura y este es el tramo más duro, el de las definiciones, donde no hay cabida para los oportunistas y eso nos lleva a pensar que: Es fácil iniciar una revolución, difícil en consolidarla y mantenerla. Vamos con todo. 

Periodista*

CNP 2414  cd2620@gmail.com  cadiz2021@yahoo.es.



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Cástor Díaz*

Periodista CNP 2414

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