El avance del fascismo y la amenaza contra la patria

La situación política que a escala planetaria estremece las bases de la democracia, con al  ascenso del fascismo, con señales de fuerza muy superiores a las que dio en  los albores de la “Segunda guarra mundial”, debe llamarnos a la reflexión a quienes militamos en el campo de la izquierda. Nos obliga a pensar que algo hemos hecho mal. Con mayor énfasis en el campo comunicacional y en la estrategia para blindar las conquistas de los pueblos, que han depositado su confianza en manos de nuestros dirigentes, que valga reconocer no todos han estado a la altura de la aguerrida conducta de estos, que se han quedado esperando la radicalización y profundización de los procesos surgidos al fragor de las luchas populares, razón por la cual hoy están amenazados por el repunte del fascismo, que no anda con media tintas, sino que viene con todo.

En el campo comunicacional estamos observando un verdadero desastre, producto de la ausencia de políticas que lleguen con la información precisa, transparente y oportuna al colectivo, para que la pueda digerir y asumir como herramienta para desmontar la arremetida de la derecha internacional, que día a día captura espacios que venían siendo ocupados por gente nuestra.

Desafortunadamente nos hemos venido conformando con atosigar al pueblo con propaganda dirigida a personalizar los procesos, es decir colocarle nombre y apellidos, ya sea de un “Líder” o de un grupo partidista que se oye así mismo,  pero deja a los iguales, como simples receptores, sin la posibilidad de retroalimentación. Tal cual como lo ha venido haciendo la burguesía y la extrema derecha a través del proceso comunicacional desarrollado por la industria de la cultura. O lo que es igual, que nuestras estrategias comunicacionales han sido más de lo mismo y prueba de ello es lo que ocurre en la República Bolivariana de Venezuela, donde el sectarismo y los errores cometidos en épocas pasadas los reeditamos con lo cual asestamos una certera puñalada al pensamiento y legado de Hugo Rafael Chávez Frías, quien tuvo la sapiencia y la audacia para bajar a Simón Bolívar, de los pedestales de bronce y granito, y ponerlo de carne y hueso a caminar al lado de su pueblo en pos de la vuelta a nuestras raíces, como elemento fundamental para el sostén y fortalecimiento de la revolución.

Desgraciadamente luego de la temprana marcha del Comandante Eterno, “ El morral” se ha roto y muchos de sus sueños se están quedando en el camino. El sectarismo y la soberbia de muchos, es la fuente de las contradicciones y de la corrupción galopante que amenaza al gobierno bolivariano, que preside Nicolás Maduro Moros.

El presidente Chávez, cuando convocó al pueblo para construir el socialismo bolivariano y del siglo XXI, lo hizo con la amplitud necesaria y llamó a construir el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), como una herramienta de fortaleza, ética, solidaria, moral y hacedora de sueño, desde la organización y la educación de las masas en los diferentes espacios sociales, pero no como instrumento hegemónico para la administración y disfrute de todos los bienes de la república, repitiendo las mismas charadas de los gobiernos de la IV República.

Es urgente la apertura del diálogo claro y diáfano, con toda la comunidad nacional sin anteponer las siglas partidistas, como ocurre hasta ahora, que hasta la formación de la estructura de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) se cocina en las cuatro paredes de la casa del partido, cuando lo más lógico sería que esto naciera de una consulta popular en Asamblea de Ciudadano, donde incluso surgieran proyectos para promover la producción, para que los CLAP no se queden en simples bodegueros para la venta y entrega de bolsas de comida y generadores de corrupción

con los cobros condicionados en muchas oportunidades, la incautación de cajas o bolsas, con diversas artimañas y el gran negocio de los fletes, que a veces comparativamente son mas costosos que la mercancía.

Tenemos que entender que las estructuras político-partidistas surgidas en los últimos 20 años, no vienen de otro planeta, sino de acá mismo con las virtudes y vicios del pasado reciente. En otras palabras es la misma mercancía de la IV República con diferente envoltorio que necesita ser tamizada con la educación revolucionaria, como forma de empoderamiento y con férreo blindaje frente a las tentaciones de la corrupción.

El momento histórico que vive Venezuela asediada y amenazada por los centros de poder imperial en el mundo, requiere del reencuentro de todos los venezolanos patriotas y eso pasa por corregir posiciones erróneas y buscar el supremo acercamiento con el pueblo de a píe, para junto a él elaborar proyectos y construir herramientas de empoderamiento real y efectivo, que permita atacar la creciente anarquía, donde nadie respeta a nadie, donde las leyes se están quedando en el papel, mientras las mafias capitalistas de las cadenas de distribución de bienes y servicios laceran al pueblo usuario, con   las tarifas que les viene en ganas, todo con el silencio cómplice de quienes ejercen funciones de gobierno por elección popular o por designación ejecutiva, que por no tener consciencia revolucionaria ni compromiso con el proceso se hacen la vista gorda y sordos frente a las directrices del gobierno central.

Para combatir estos vicios, el presidente y su equipo requiere de un pueblo unido sin colores partidistas, en defensa de la soberanía y la dignidad de la patria y de sus ciudadanos, con el pendón tricolor victorioso históricamente, como enseña en la lucha por una vida digna y con raíces profundas que no permitan la vuelta atrás.

La amenaza contra Venezuela y la Patria Grande, no solo reside en la traición de la oligarquía, sino también en la “Pranización” de la política que ha hecho de este arte de gobernar, una peligrosa arma para delinquir y colocarse al mejor postor y en este caso del crimen organizado representado por el fascismo, que retumba con fuerza en la Casa Blanca, con la llegada al poder de la supremacía blanca o Ku Klux Klan (KKK), que sigue considerando a Venezuela, como “Amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de Estados Unidos de Norteamérica”. Sino que le pregunten al Vice Mike Pen, que como no puede acusarnos de tener armas de destrucción masiva, nos acusa de organizar y financiar “La caravana migrante de Centro América, que se dirige a USA, único responsable de la desgracia de esos pueblos.

A esta amenaza tenemos que agregar el afianzamiento del fascismo en la vecina Colombia, con el triunfo de Duque, la caída en desgracia del Partido de los Trabajadores en Brasil y las posibilidades de triunfo del Jahir “Trump” Bolsonaro, en la segunda vuelta electoral en el gigante del sur,  quien ha prometido barrer de las fas de la tierra carioca a la izquierda, de ser posible incluso, con el fusilamiento de la “Petrasca”, expresión despectiva dirigida a la militancia del PT.  Para completar la arquitectura del cadalso  |que amenaza a nuestra querida patria y con ello la unidad de la patria grande, están la altera traición de Lenín Moreno al ideal de Sucre y Bolívar en Ecuador, que había sido rescatado por el presidente Rafael Correa y su gobierno, el ascenso del nazismo en Argentina con Mauricio Macri; en Chile con Sebastián Piñera  y en Perú con los 40 de Alí Babá, que han dominado ese territorio, para desgracia de la memoria del Gran Tupac Katari.

Por si fuera poco tenemos un “Caballo de Troya”, representado en esa cueva del delito contra la patria,  cuyos miembros se autodenominan representantes del pueblo, que no hacen más que diariamente alimentar a la canalla mediática en contra de la patria y en nombre del pueblo de Bolívar y lo peor pagados por el Estado venezolano...Viva la dictadura roja rojita”.

Para coronar el cocktail, tenemos la guinda de “profesionales, académicos, intelectuales”, que se presentan ante los medios de difusión, como profesores universitarios, presidentes, coordinadores y paramos de contar de parapetos internacionales, para justificar con su “autórita de togados”, las acusaciones y sanciones contra la patria y contra el presidente Nicolás Maduro, que ahora de obrero pasó a ser un criminal de guerra, señalado ante la “Corte Penal Internacional”. Cuando vemos a estos esperpentos de la historia en   esa pose de  infelices lameplatos, por no decir algo más ácido, no podemos menos que sentir asco y decepción, por esas “grabadoras# con su Chip colonial, repitiendo lo que el amo quiere oír. Por cierto en esta semana han estado muy activos, a propósito de la acusación de Mike Pen.

Ante esa lamentable bajada de calzones,  nos queda el orgullo: nuestros pueblos y quienes tenemos la dicha de llevar su sangre en nuestra venas, jamás fueron colonizados y jamás lo seremos. Los únicos colonizados son esos infelices esperpentos, que se conforman con verse en el vetusto espejo de la dominación imperial. Por eso se impone la unidad de los no colonizados, de los patriotas, para alzar las armas de la consciencia revolucionaria y la fortaleza de nuestras raíces, frente al avance de fascismo y la amenaza contra la patria grande.

 

 



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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