“Con los
muertos no se meta”. Muchos menos con el recién extinto canal que
tanto daño hizo y tanta plata para los bolsillos del coqueto de Graniel.
En este luto de Rctv, juegan al caos algunos voceros de la oposición,
unos estudiantes malcriados y uno que otro periodista que a lo mejor
recibe su bono en dólares. Así llevan una semana gimiendo sus últimas
lágrimas y balbuceando maltratos a la libertad de expresión en unos
focos de violencia, donde se ha querido manipular a estos universitarios
que se niegan al debate, al intercambio de palabras y a la batalla de
las ideas.
Hartos de odios
se niegan a aceptar que se les acabó la mantequilla, se les acabó
un poder que pésimamente fue usado para dar un golpe de estado, un
poder que usaban para chantajear y conseguir contratos con el gobierno,
un poder que mucha veces fue utilizado para evadir los impuestos, un
poder donde a cuesta de tetas, traseros y movimientos de cadera
atraparon a todos y embadurnaron a todos de su caca audiovisual.
Rctv expiró
y en medio de su ida lanza coletazos de maldiciones contra una medida
soberana. Rctv, que durante décadas cautivó con sus programaciones
mediocres, banales, paupérrimas, y concursos donde lo atractivo
era el carrusel de hilos y tangas, se resiste a irse al servicio de
cable, satelital o internet , para alimentar el clima de zozobra y violencia
rememorando los hechos del 2002-2003.
Rctv que “estiró
la pata”, Rctv que no volverá, servirá de antimodelo, servirá como
el camino que no hay que regresar sino avanzar en una Teves que sea
edificante, que nos muestre a todos por igual, que los más humildes
no sólo sean muestras de burla sino que compartamos esas variadas y
ricas expresiones artísticas, culturales, musicales, gastronómicas,
deportivas y más que nos hacen grande como pueblo, como país.
Teves recién nace y ha sido un parto raudo, tan así es que en la víspera del 27 de mayo, nueve cooperativas de productores independiente se estaban inscribiendo; lo que viene a significar que las producciones nacionales inician su rodaje y que al cabo de unos meses esta nueva pantalla irá madurando su presentación al país.
¡QUE PAVA LA MÍA!
Bajo una auto-protesta personal, mojado por la lluvia y en medio de fuertes contradicciones internas, recién entre al CC El Dorado-Barinas, donde había prometido no pisar nunca jamás. La razón fue unas diligencias al Seniat, entré cabizbajo, aterrado que alguien me reconociera, sin mirar a los lados subí las escaleras automáticas, lanzé un “cotra-rosario” a quien se le ocurrió colocar esta oficina allí. Estaba dentro del enemigo, fui atacado por un taconeo deslumbrante, unas risas y un cotilleo soso, que no presté atención, se escuchaban a los lados y vilmente fui bombardeado por un aroma Chanel Never Five y un Aqua de Gio. ¡Qué pava la mía! Tuve que regresar al Seniat y fue, ya tardecita, cuando salí espantado de aquel horrible lugar donde nadie me ha llamado, donde nada me interesa y donde ninguna excitación encuentro mirando vidrieras. Luego de la dura jornada llegué a casa, corriendo entré al baño y allí me desinfecté con una pasta de jabón azul y una loción de bencilo, no vaya a ser que por osmosis se me fuese a pegar algo contagioso de aquel lugar hueco y sórdido que no le recomiendo ni a mi peor enemigo. ( “Lluvia de tinta” se lee digital en www.aporrea.org, www.fuerzassocialistas.org.ve y www.radioatake.net)