¿Quién es usted Luckert?

Le pregunto porque ayer leí unas declaraciones suyas en la prensa donde usted expresa que se le está tratando de minimizar, de atacar, de ofender... A mi me envían correos electrónicos donde me amenazan con descuartizarme, con aplicarme la acción que los judíos le aplicaron a Arafat, con lanzarme una bomba atómica como la que le lanzaron los gringos a los inocentes habitantes de Hiroshima, con quemarme de cuerpo entero con Napal como, reitero, lo hicieron los gringos en las aldeas de Vietnam

Digamos que a usted se le ataca, ¿quién es usted para que no se le diga nada por la prensa, la radio o los periódicos alternativos? ¿No anda usted en la lucha política o es que usted tiene patente de corso para decir y que no se le diga? ¡Vamos Lukert usted es un hombre, no un enviado especial de Kripton el planeta de Superman. Aquí ya nadie es tan inocentón para seguir creyendo en que Caín mató a Abel con una quijada de Manuel Rosales, perdón de un burro, que es lo mismo pero no se escribe igual

Estamos en el siglo XXI, Luckert, ni aquí ni en ninguna parte del mundo la iglesia católica puede aplicar la Santa Inquisición, no se pueden quemar Juanas de Arco, no se puede acusar a nadie de ser brujo,hereje porque opina lo que no le gustas a la “santa iglesia”. Creemos que el 98% de los venezolanos fuimos bautizados en esa iglesia católica, pero eso no nos obliga a callar por que ustedes, Porras, Velásquez, (q e m d) Urosa, Ugalde y otros de largas sotanas les de la gana.

Ustedes ofenden al Presidente de la república; ustedes y el tropel que los sigue. Ustedes confunden la religión con la política y dejan a los santos de yeso solos en las iglesias para dedicarse a defender poderes económicos, dígame, ¿por qué no podemos opinar de ustedes? ¿De qué están ungidos que no se les puede criticar? Ya le escribí que no creemos en Eva ni en la serpiente menos en el Arca de Noé. Eso se lo dejamos a los literatos del engaño y el billete. Una nueva generación de seres humanos, dicen no al eterno engaño.

Fíjate Luckert (te tuteó porque eres un hombre como yo) mientras tú pasas el tiempo haciendo política, utilizando los espacios de la iglesia para envenenar mentes en vez de curar, muchos pueblos del mundo mueren de hambre, sobre todo los niños, ¿dónde está ese amor que tú juras defender? No he visto a ninguno de ustedes trepando un cerro a darles consuelo a los pobres, no los he visto caminando los pueblos en busca de almas descarriadas ¿no ese e el pregón de la iglesia donde tú convives, Luckert? ¿Qué piensa el pueblo de lo que pasó con el aberrado que violó a la mujer policía y que ustedes ocultaron durante un año? ¡El pueblo, Lukert piensa que ustedes son cómplices de esa alteración biológica del TERRORISTA que se fugó.

Un viejo refrán dice que “el que busca su cogombro que se lo eche al hombro” ¿es así? Bueno… Durante años el pueblo vivía obnubilado con ustedes los curas. Creía en lo que ustedes expresaban. Hasta les pedían la bendición. Pero eso ustedes lo echaron por la borda, porque EL PUEBLO NO ES EL MILLONARIO QUE VA A LA IGLESIA A HACER DONACIONES. El pueblo que iba a esa iglesia acudía a oír las palabras de los curas sobre el divino Dios; a recibir paz en el alma, a orar por los males del mundo.

Todo eso, Lukert se vino abajo. Fue bochornoso que un día de abril de 2002 uno de ustedes el cual no sabemos en que lugar del infinito se encuentra, con una sonrisa de oreja oreja, feliz, le daba la mano a un hombre que se erigió en Presidente de la República Bolivariana, derribando al gobierno que ese pueblo había elegido en limpios comicios. Ahí comenzó esa debacle de la iglesia. Ustedes, ¿qué opinaban del millón y medios de analfabetas que la Revolución después enseñó a leer? ¿Ustedes que hacían antes de los Comedores del Barrio? ¿Ustedes que opinaban de la UCV sólo para ricos?

Ustedes son políticos Lukert y deben aguantar la carga sin ponerse a llorar porque ustedes son HOMBRES y nada especial les recubre la epidermis. Aquí no creemos en bondades de gringo, en amapuches de coristas, ni en Glorias por la cuales vamos a caminar si nos portamos bien. ¡’Vamos Lukert deja la gipiadera que estás bien anciano para eso!



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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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