Conseguí una Bohemia de 2002, señora justicia

Cundo los venezolanos observan al déspota Julio Carlos Andrés Borges, chismeando desde la Asamblea Nacional, se pregunta: “¿Pero acaso no fue este hombre uno de los que acabaron con esa asamblea aquél abril 12 de 2002 al unirse y darle apoyo personal al fugaz dictador Carmona Estanga? ¿Por qué el pueblo tiene que mirar con desconcierto cómo el golpista Julio Carlos Andrés Borges, tiene el tupé de ir indignamente a ese lugar el cual contribuyó a eliminar aquellos inolvidables días a profanar sus revolucionarios predios? El pueblo quiere justicia.

El pueblo que soportó en silencio, sin llevar un arma en sus manos para atacar a quienes planificaron aquel macabro golpe contra las instituciones, pide a garganta limpia, que se haga justicia y que los profanadores de la paz, de la convivencia, de la libertad, ingresen a las cárceles a pagar sus tropelías Estupor causa releer aquella BOHEMIA DEL 14 DE ABRIL DE 2002, la cual el grupo DE ARMAS, editores de casta oligarca, pensaban poner a circular, sí el pueblo y la Fuerza Armada no hubieran tomado la acción que históricamente les pertenece, porque DEMOCRACIA , es gobierno de pueblo. El grupo de Armas, el mismo del amarillista 2001, el mismo al cual pertenece una dama que, supuestamente anda deambulando en el sicariato y el crimen, tiene una cuenta con el pueblo y la justicia.

No es posible que EL GRUPO DE ARMAS se escude en la libertad de expresión, para seguir socavando esa misma libertad, llevando entre sus arpíos dedos, la sangre del pueblo que contribuyó a derramar en el inolvidable puente Llaguno. El soberano quiere justicia y quienes están en el deber de hacerla cumplir, tienen esa obligación. Basta de discursitos blandengues, la Revolución, aupada por el monstruo de las mil cabezas, se quedará acéfala si sus integrantes no actúan con la asepsia que le pide el rango constitucional. ¡Basta de impunidad! A 5 años de del fuerte golpe contra un gobierno electo democráticamente, los vándalos andan libres y el pueblo con una arrechera de padre y señor mío encima. La portada fue evidente. Nadie puede hacerla invisible. Es lo que trató de hacer EL GRUPO DE ARMAS después que el pueblo y la Fuerza Armada, regresaron al sitio que le corresponde al humanista Hugo Rafael Chávez Frías. Intimidaron a sus trabajadores si hablaban, los amenazaron, quemaron las que estaban listas y pararon la rotativa, destrozando el fotolito, las láminas, pero nada ni nadie pueden hacer que la verdad se hiciera gráfica. Justicias te pedimos REVOLUCIÓN, estos personajes deben estar tras las rejas, porque se está hablando de equidad, de balance social. Justicia pide el pueblo.

Al Presidente Humanista lo secuestraron, lo ruletearon, lo vejaron, lo llevaron a Fuerte Tiuna, lo llevaron a Mamo y luego a la Orchila. La orden era asesinarlo. Los cabrones de Bush andaban por El Caribe. Era cuestión de horas, si es que el pueblo no sale a la calle, para que la oligarquía de Venezuela, sumisa y cipaya del Norte, colocaran a Chávez en la cruz del sacrificio. No sabían los inmorales, los patanes, los cabrones descerebrados, que eso ellos jamás la iban a celebrar, porque el ejército que luchó junto a Bolívar para liberar a cinco pueblos, no lo iba a aceptar ni lo aceptará nunca. Aquí en Venezuela no permitirá jamás el pueblo, gobiernitos de factura golpista ni casta pro imperial.


Se valieron de toda clase de artimañas, de fotomontajes, de gráficas inmorales. Se colocaron como mártires, cuando todo el mundo sabe que no existe rico mártir, porque la riqueza monetaria donde ellos cohabitan, es sinónimo de ocio, de vagancia, de inmoralidad, de caída de todos los valores humanos. No ha existido en el mundo, ninguna sociedad donde los ricos, los magnates, los oligarcas, la burguesía, sean víctimas porque precisamente la esclavitud, la inmoralidad, la orgía, es producto de esa misma riqueza. Un pueblo no acude a la inmoralidad; es algo reservado a los que ven de reojo, a los fariseos que sacrifican Cristos y bombardean pueblos. Buscaron con todos los efectos de la tecnología, de los medios anti pueblo, de la prensa amarillista y mentirosa, darle al mundo imágenes fabricadas en laboratorios, fotografías inexistentes que borrará la imaginación y la inteligencia.


La oligarquía cipaya buscó por todos los medios presentarle al mundo un espacio virtual de los que sucedía en Venezuela ese día. Mientras las marcha fúnebre que partió de Chuao capitaneada por “Cabeza de Huevo” Lameda, Carlos Ortega y otros súbditos de la descomposición moral, sembraba de mierda a sus pasos El Silencio, vía El Calvario, la TELEVISORA VENEVISIÓN EN CADENA, TOMABA A LOS DEFENSORES de Puente Llaguno que disparaban contra las ballenas de Alfredo Peña en defensa propia, para decir que se estaba sucediendo una masacre contra el pueblo. ¿Cuál pueblo? ¿Acaso era pueblo esa cabalgata de desadaptados ahítos de sangre, que venía disparada rumbo a Miraflores, pues ya sabía del golpe? Una anti ética periodista, un locutor preñado de odios y bajeza, gritaban que…”MIRA COMO DISPARAN AL PUEBLO”.mientras los oligarcas y sus plebeyos, sin que el pueblo actuara, se hacían de los predios de Miraflores. Más allá, desde el Ausonia y El Edén, los francotiradores puestos en esos lugares por la oligarquía, eliminaba gente, para que el caos fuera total. Una gran lección aprendió el pueblo ese día: jamás permitirá que la lucha inmoral vuelva sin hacerle pagar con creces sus ofensas.


¿Hasta dónde puede llegar un artista por dinero? El caricaturista J. Leal, ¿de cuál color tiene su conciencia? Por eso el pueblo no se cansará de repetir que no existen poetas de derecha, no existen escritores de derecha, no existen pintores ni caricaturistas de derecha, porque para llevar a la realidad la obra espiritual que bulle en el cerebro de un artista, debe existir AMOR como base de su creatividad. No puede la injusticia llenar de mentiras ni rencores, el pincel de un pintor, no deben los dedos de un escritor, tomar el lápiz para ensañarse contra el pueblo que menos tiene, jamás un poeta podrá musitarle a su musa, que en vez de néctar coloque en la piel de sus encantos, el veneno que ha de matar al colibrí que le inspira Y éste J. Leal, que vendió su dibujo por 40 denarios, no es más que un mercader del arte; un cabrón mercantilista y estúpido, que se prestó al demonio para saciar su gula económica. La caricatura del Humanista Chávez, que J. Leal presentó ese día, no es más que la degradación que vive el mundo imperial y sus lacayos.


El pueblo revolucionario no sale de su estupor. Todos los días del mundo, se tiene que calar a los golpistas, vomitando mierda desde la televisión, la prensa escrita, radios y revistas. El pueblo sabe que Marta Colomina se fue del Canal 8 con las cabuyas en las patas; que utiliza los medios para golpear al pueblo, que emite mentiras, que se tuerce de odios contra la nación que no habita los sectores de la burguesía, empero está tranquila por ahí, ¿ qué pasó con el desfalco al Canal de todos los venezolanos?

¡El pueblo quiere justicia, carajo!

Anopeleón Bravo y Víctor Manuel García se confesaron ante millones de televidentes, como GOLPISTAS, empero andan libres. Tal parece que la democracia no le duele a nadie sino al pueblo. Julio Carlos Andrés Borges, se unió al golpe, colocando a algunos de los militantes de Primero Justicia en ese gobierno fugaz, empero tiene las santas bolas de escribir en la prensa, emitir desde la televisión sus monsergas y el colmo, en estos días pasados fue a la AN, un lugar del cual despotricó y contribuyó a eliminar aquellos días infernales. El locutor que llamó desde Venevisión al pueblo para que dijera donde vivían los chavistas para asesinarlos, anda libre: se cagó en las leyes. Manuel Rosales, un choro natural, firmó el libro de Carmona, poniéndose de acuerdo en que todos los poderes fueran eliminados, empero anda en campaña por el país, riéndose de la gente, despotricando contra el gobierno que le permite tanta vaina. Se hizo rico de la noche a la mañana y nadie sabe como. Sin embargo por ahí anda jodiendo junto al más desestabilizador de los desestabilizadores, un sigüiz llamado LEOPOLDO LÓPEZ, ¿qué pasa con la justicia Dios mío? grita la multitud.

Capriles Radonsky es otro; vulneró las leyes internacionales, invadió la embajada de un país foráneo, permitió que una sarta de cabrones de probeta destrozaran carros, fachadas, árboles, metió preso a un ministro a un diputado, pero anda libre, ejerciendo su “libertad de expresión”, amenazando, creando odios en contubernios con los jerarcas de una iglesia, Porras, Luckert, Urosa, que cada día que pasa se ve más disminuida en creyentes. Por ahí se cruzan entre mansiones, quintas, edificios, cuchitriles, bungalow y hoteles, revisando mapas, leyendo posiciones, arengando a los hijos de la oligarquía, prometiéndoles “parte del país cuando ellos triunfen sobre los tierrúos, los desdentados, los negros zambos”. Maldicen a Chávez, despotrican de que no hay libertad de expresión, pero le mientan la madre al Presidente, ofenden a los ministros, se burlan de los pobres, amenazan con radicalizar sus “obras guarimberas” y salen a las calles a desfilar como marionetas de un imperio que sueña con ponerle la mano encima a nuestro petróleo. Estos vende patria, no lograrán sus anhelos, porque el pueblo tiene el suficiente valor, coraje y bolas, para cortarles de una vez por todas, sus increíbles posiciones de sumisión ante el extranjero invasor y el oligarca maldito que campea en nuestro suelo.


Las fotografías que la prensa demoníaca les presentó a la opinión mundial es algo para la historia. En ellas están los hombres que acompañaban al Presidente Chávez en su gobierno. Los hombres que se sometieron al trabajo diario en pro de los de abajo. Ellos, los golpistas de la prensa, los colocaron en el álbum de su maldad. Los tildaron de asesinos, de hombres sin escrúpulos, y el pueblo se pregunta, ¿cómo sucedió esto? ¿Porque los valores morales de estos venezolanos fueron colocados en los retretes del camino. Es hora que estos golpistas paguen con cárcel el deshonor que le hicieron a estas personas que no planificaron otra cosa que ser parte de un propósito social de envergadura, donde la mayor suma de felicidad sería para el pueblo. El pueblo pide justicia. Los golpistas cometieron un agravio contra la patria y sus hombres. Nos gustaría saber si eso quedaría en el olvido en la nación que ellos, los oligarcas adoran, el país de la invasiones, la discriminación, la muerte, la angustia, llamado Estados Unidos. El grupo de Armas no puede lavarse las manos como Pilatos. Es hora de que al pueblo se les reivindique sus derechos de creer en la justicia revolucionaria. Vamos ya, que se les abran los juicios a estas cascabeles del golpismo y que no quede ninguna de ellas gozando de la libertad que nunca han querido para Venezuela.

aenpelota@gmail.com



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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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