El voto blanco

El sistema electoral venezolano actual no tiene incorporada la figura del voto en blanco, es decir del voto de quien no está de acuerdo con ninguno de los candidatos presentados por los distintos partidos y organizaciones políticas y, por lo tanto, decide no votar por ninguno, aunque sí participar en los comicios y ejercer su derecho a pronunciarse negativamente ante todas las opciones presentadas. Parecería un contrasentido, pero no lo es como veremos más adelante.

Erróneamente se ha venido confundiendo cada vez más el voto en blanco con el voto nulo. En la medida en que la contienda electoral adquiere características de mayor antagonismo entre los participantes, y aparece incluso un grupo de electores que llaman a la abstención, también se crea una masa de votantes que quieren votar para no ser considerados partidarios de la abstención, pero no está de acuerdo con ninguno de los candidatos presentados ni con las políticas de los partidos participantes.

Las personas con esta posición tratan de expresarla votando en forma tal que su voto sea anulado. Dicen entonces que "votarán nulo", cuando en verdad el voto nulo no existe como decisión del elector, pues lo que realmente existe es que el voto se le anula al elector y esa anulación la hace el sistema electoral. El "voto nulo" en realidad es un voto anulado, lo anula la mesa electoral que cuenta los votos, si se trata de una votación manual, o lo anula el programa de computación utilizado en el caso de una votación electrónica.

La principal causa de anulación del voto es que no exprese con claridad la voluntad del elector. Se supone que el elector al votar efectuó una escogencia y la deja plasmada en su voto, sea éste manual o electrónico. Pero puede suceder que su voto no exprese claramente su decisión y que no se puede dilucidar por quién votó el elector. Al no poderse saber por quién quería votar el elector, su voto no se puede adjudicar con certeza a ninguna opción electoral. Ese voto se anula y se cuenta como voto no válido.

Todo sistema electoral trata en principio de que el acto de votar sea lo más sencillo posible y que las posibilidades de error sean inexistentes. O al menos que la probabilidad de que haya un error sea mínima. Recientemente oí a alguien quejarse de que el sistema actual dificultaba mucho "votar nulo", es decir votar en forma tal que el voto fuera anulado por no expresar la voluntad del elector. Esta característica es lo que lógicamente esperaríamos de un buen sistema electoral.

Lo que realmente se está resintiendo es que no exista la posibilidad de votar en blanco, lo cual sería un derecho del elector que quiera expresar que no vota por ningún candidato de los presentados, sin tener que rechazar el acto de votar. La existencia de esta opción les permitiría a los militantes y simpatizantes de un partido expresar su desencanto con las opciones presentadas, sin tener que recurrir a votar por los candidatos de otros partidos. Permitiría a la gente no votar por el menos malo si no quiere hacerlo. Es por lo tanto un voto que expresa con claridad la voluntad del elector y cuya opción es muy necesaria.

El voto en blanco impediría que el sector oficial o el sector privado presionara a sus trabajadores a votar por determinados partidos políticos, pues el elector podría recurrir a votar en blanco. Esta posibilidad debe ser incorporada al sistema electoral venezolano, lo cual contribuiría a su perfeccionamiento en todos los sentidos, pues la voluntad del elector estaría mucho más libre de las presiones que hoy tiene. Los votos en blanco, a diferencia de los votos nulos, son votos válido no efectivos.



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Luis Fuenmayor Toro

Médico-Cirujano, Ph. D., Ex-rector y Profesor Titular de la UCV, Investigador en Neuroquímica, Neurofisiología, Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Luchador político.

 lft3003@yahoo.com      @LFuenmayorToro

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