Al Pueblo Chavista que cree en la constituyente

Es evidente que hay un sector nada despreciable del pueblo chavista que está considerando la Constituyente como una salida a la crisis política, económica y social que atraviesa el gobierno de Nicolás Maduro. Aunque es sólo un porcentaje minoritario de las grandes mayorías populares que en su momento respaldaron al presidente Hugo Chávez entre 1999 y 2012, este pueblo chavista que respalda la constituyente representa a sectores del movimiento popular organizado que tratan de desarrollar desde las bases sociales una lucha firme contra el burocratismo y la corrupción que se han apoderado de prácticamente toda la administración pública del estado bolivariano.

Este respaldo de sectores de las bases populares chavistas a la propuesta de Constituyente realizada por Maduro se fundamenta en algunos aspectos de la realidad nacional e internacional, y en los mismos ofrecimientos implícitos en la oferta de ANC hecha por la cúpula del PSUV.

1. LA AMENAZA DEL IMPERIO GRINGO Y SUS ALIADOS CONTRA LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA:

Esta es una realidad insoslayable. Desde la misma campaña electoral de Chávez en 1998 se desataron diversas iniciativas imperiales para impedir su victoria presidencial, y luego para sabotear por todos los medios posibles la consolidación del proceso revolucionario bolivariano. Este sabotaje yanqui contra Chávez tuvo su momento culminante en el golpe de estado del 11 de abril de 2002 y en el paro patronal-petrolero de diciembre 2002 a febrero de 2003. Una de las tareas fundamentales de todo proceso revolucionario en Nuestra América es romper las cadenas de dominación con el imperio estadounidense. En cierta forma la presidencia de Chávez avanzó en esa dirección incluso en términos continentales, al favorecer la creación de organismos de integración nuestramericana como el ALBA, la UNASUR, la CELAC, Petrocaribe, la redefinición del MERCOSUR, el Acuerdo de Defensa Suramericano, el Banco del Sur.

Hoy cuando la correlación de fuerzas en el continente se ha volteado en contra de los gobiernos que propugnan cambios revolucionarios, el gobierno de los Estados Unidos y sus países aliados dentro y fuera del continente (Canadá, México, Colombia, Brasil, Argentina, Perú, España, Francia, Inglaterra, Alemania y otros) ejecutan todo un esfuerzo diplomático por aplicar sanciones contra Venezuela, intentando interferir en los asuntos internos del país y tratar de favorecer que la vieja burguesía ligada al Pacto de Punto Fijo recupere el poder.

Por eso hemos visto todos los esfuerzos realizados por el imperialismo y sus aliados desde la OEA para intentar aplicar sanciones políticas al gobierno de Maduro, y las distintas sanciones unilaterales que el gobierno de los Estados Unidos, desde Obama hasta Trump, han venido aplicando a distintos funcionarios del estado bolivariano.

Contra este sabotaje histórico que el capitalismo estadounidense y sus países aliados ha realizado en contra de la revolución bolivariana no sólo nos hemos pronunciado desde el primer momento, sino que hemos propuesto y desarrollado múltiples iniciativas políticas y propuestas de gobierno para contrarrestar de la mejor manera los efectos de dicho sabotaje sobre la buena marcha del proceso bolivariano (se pueden ver https://www.aporrea.org/internacionales/a245069.html, https://www.aporrea.org/actualidad/a243595.html).

Al mismo tiempo hemos mantenido críticas a los acuerdos que con el capitalismo global ha venido realizando el gobierno de Maduro para explotar nuestros recursos naturales. A ese respecto hemos criticado el Arco Minero del Orinoco, la reactivación de planes carboníferos en el Zulia y la aprobación de Zonas Económicas Especiales, pues constituyen políticas abiertamente neoliberales, antipopulares y antinacionales que contradicen totalmente el Plan de la Patria formulado por Hugo Chávez en su campaña de 2012 (se puede leer: https://www.aporrea.org/contraloria/n295625.html; https://www.aporrea.org/contraloria/a232524.html; https://www.aporrea.org/ddhh/a231954.html; https://www.aporrea.org/pachamama/n297438.html; https://www.aporrea.org/actualidad/a244665.html; https://www.aporrea.org/actualidad/a248856.html; https://www.aporrea.org/actualidad/a241593.html).

También denunciamos en su momento las numerosas reuniones secretas realizadas por agentes del gobierno bolivariano con representantes de Obama, como las reuniones Jaua-Kerry, Cabello-Shannon y Rodríguez-Kerry-Shannon. No compartimos la diplomacia secreta (la cual en su momento histórico fue denunciada y rechazada por los revolucionarios bolcheviques en la Rusia revolucionaria de 1917), y hasta ahora no conocemos el alcance de esas reuniones y de los posibles acuerdos secretos establecidos entre el gobierno de Maduro y el de Obama. Sabemos que actualmente el gobierno de Maduro ha mantenido conversaciones igualmente secretas con el gobierno de Trump, sin que hasta el presente se haya explicado al pueblo venezolano los objetivos y resultados de esa diplomacia secreta, cuyos efectos históricos siempre han sido negativos para los pueblos y las fuerzas revolucionarias en todo el mundo.

Consideramos una total contradicción la que se presenta entre el discurso antiimperialista de Maduro y demás dirigentes del PSUV, y la práctica de acordar grandes proyectos y contratos con las principales multinacionales que representan en el capitalismo global a ese imperio estadounidense contra el cual supuestamente lucha la revolución bolivariana. Mientras se mantiene un discurso antiyanki, se le está entregando el país a las multinacionales yanquis y de sus países aliados.

Pensamos que al valorar la actual campaña imperialista en contra de la revolución bolivariana, hay que tener muy claro que el propio gobierno de Maduro ha favorecido dicha campaña al mantener una política económica de entreguismo casi total ante las multinacionales occidentales. Para ser consecuente con el antiimperialismo que defendiera el comandante Chávez, Maduro debería anular el proyecto del Arco Minero del Orinoco, suspender los acuerdos petroleros con grandes multinacionales gringas y detener los planes de expansión de la explotación carbonífera en el Zulia. De lo contrario, el antiimperialismo no pasa de ser una fraseología hueca que termina engañando incautos en las bases populares chavistas.

En este marco, la convocatoria a una constituyente no vemos cómo puede aportar en positivo a una política genuinamente antiimperialista. Por el contrario, la redacción de una nueva constitución se puede ver como un intento por facilitar más la penetración de esas inversiones capitalistas, un mecanismo que les permitirá modificar los artículos de la constitución del 99 que limitan la participación de capitales extranjeros en el sector petrolero así como los artículos que hacen prevalecer el control del estado sobre las actividades económicas fundamentales.

Los sectores de las bases chavistas que respaldan la constituyente deben tener en cuenta lo que aquí exponemos. Si llega a concretarse la constituyente, su deber es el de enfrentar cualquier intento de la burocracia madurista de hacer retroceder las conquistas nacionalistas y antiimperialistas de la constitución de 1999. No distraerse en cuestiones superfluas como la constitucionalización de los Claps y de las misiones, que si bien no nos oponemos a eso, por sí mismas no son ninguna garantía de ampliación de los derechos del pueblo. No se deben distraer en esos "caramelitos" que lanzará la burocracia madurista para mantener entretenido al sector popular que aún los sigue, y habrá que concentrarse en las reformas económicas y políticas de carácter regresivo (pérdida de derechos constitucionales) que intenten imponer en una pretendida nueva constitución. En esa lucha pueden estar seguros que los acompañaremos, o digamos mejor, la realizaremos simultáneamente, mediante la lucha popular en los centros de trabajo y estudio.

2. LA POSIBILIDAD DE QUE LA DERECHA PUNTOFIJISTA REGRESE AL PODER.

Un segundo elemento que pesa en el discurso de sectores populares que dicen respaldar la constituyente es que la otra alternativa sería el regreso al poder de los partidos de la MUD, representantes de la vieja burguesía adeco-copeyana. Ciertamente la hegemonía de la protesta social contra el estruendoso fracaso económico del gobierno de Maduro la ha asumido la derecha representada en la MUD. Estamos también plenamente conscientes de que la MUD no es más que una representación política de los intereses del gobierno de los Estados Unidos en Venezuela, y de un sector significativo de la burguesía criolla.

Pero también estamos en conocimiento de la progresiva conformación de una nueva burguesía "bolivariana" que se ha constituido sobre la base del inmenso desfalco cometido contra las finanzas públicas. Se calcula que el monto de lo robado supera los 250.000 millones y se acerca incluso a la astronómica cifra de 500.000 millones de dólares. No por casualidad nuevos empresarios boliburgueses se apoderaron de casi todos los medios de comunicación que antes poseía la burguesía criolla tradicional, como ocurrió con el diario El Universal, el Bloque De Armas (Meridiano, diario 2001), la Cadena Capriles (Ultimas Noticias), Globovisión y numerosos diarios, emisoras de radio y televisoras regionales (se pueden leer: https://www.aporrea.org/contraloria/n257348.html; https://www.aporrea.org/contraloria/a226836.html; https://www.aporrea.org/contraloria/n311537.html).

El propio Maduro reconoce que el estado bolivariano sigue siendo un "estado burgués". Aunque a cada rato hablan de que esta es una revolución socialista, nunca se toman la molestia de explicar en dónde se manifiestan las medidas de economía socialista que se deberían estar ejecutando. Una serie de medidas de carácter netamente compensatorio ante la brutal crisis económica que padecemos, como son los Claps, han sido vendidas por el gobierno como pretendida expresión del carácter socialista de la revolución, cuando en realidad no pasan de ser unos simples paliativos de emergencia que no resuelven ninguno delos problemas de fondo de la economía ni contribuyen a mejorar la caída abrupta de los niveles de vida de la clase trabajadora venezolana.

La política de misiones, si bien la respaldamos, las mismas tampoco le imprimen un carácter socialista al gobierno, pues se enmarcan en la reedición del estado de bienestar que promovió la socialdemocracia mundial en el período de la posguerra 1945-1980. Por más que Maduro y el PSUV se autodenominen "socialistas", en realidad no superan con su práctica de gobierno a las viejas expresiones adecas y copeyanas de la cuarta república. Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera también desarrollaron en sus respectivos gobiernos una serie de políticas compensatorias que son equivalentes a las misiones que aplica el actual gobierno bolivariano.

La equiparación histórica del actual PSUV con la MUD no significa que estemos de acuerdo con el regreso al poder de la vieja partidocracia adeco-copeyana que hoy está implícita en la MUD. Pero la descomposición del enorme apoyo popular que sustentó a la revolución mientras Chávez estuvo al frente de este proceso es responsabilidad exclusiva de las erróneas políticas de Nicolás Maduro. Desde el mismo 2013 y sobre todo en el 2014 enarbolamos una serie de propuestas urgentes para rectificar el rumbo económico y político que llevaban Maduro y el PSUV, enfatizando en el Golpe de Timón propuesto por Chávez en octubre de 2012. Pero todas nuestras propuestas fueron desestimadas, quienes las formularon fueron expulsados del PSUV y despedidos de sus lugares de trabajo en el gobierno bolivariano. El resultado de mantener todas esas políticas erróneas fue la tremenda derrota electoral sufrida por la revolución en diciembre de 2015.

Ante la total negativa de rectificación expresada por Maduro, Cabello, Padrino y demás dirigentes del gobierno, hemos enarbolado en los últimos años la necesidad de conformar una Nueva Referencia Política Revolucionaria, para reconstruir las fuerzas chavistas a partir de un programa que vaya en sintonía con el Golpe de Timón. Por esa causa Marea Socialista, que originalmente era una tendencia obrera dentro del PSUV, nos salimos de ese partido y tratamos de inscribirnos legalmente ante el CNE, lo cual por cierto nos fue negado en una clara medida de corte autoritario y fascista. Por la misma causa se constituyó en 2016 la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución, a la cual se integraron una serie de ex-ministros, constituyentistas del 99 y generales que estuvieron colaborando muy de cerca con el presidente Chávez durante sus años de gobierno.

Es por ello que si la derecha tradicional regresa al poder, los adecos y copeyanos de la cuarta representados ahora en la MUD, es por la responsabilidad exclusiva de Nicolás Maduro y su nefasta política económica. No podemos escoger al mal menor. No vamos a respaldar al gobierno boliburgués de Maduro para evitar que asuma el poder otro sector de la burguesía. La decisión del pueblo debe ser la de rechazar tanto a la burocracia neoadeca del madurismo como a la burguesía pitiyanki de la MUD. Construir una nueva referencia revolucionaria es vital para que todo el proceso de transformación iniciado por Chávez no termine de perderse. En esa dirección concentramos nuestro esfuerzo como luchadores revolucionarios de varias décadas.

Apoyar la constituyente significaría fortalecer al madurismo y contribuir a que se consolide en el poder una fracción burguesa que intenta repetir el fracasado rumbo de los gobiernos estalinistas de la Europa oriental.

3. LA CONSTITUYENTE ES UN SUPUESTO ESPACIO PARA EL DIÁLOGO Y LA PAZ.

Hablando se entiende la gente. Así reza el estribillo de la cancioncita del gobierno promoviendo la constituyente. Pero todo el discurso diario de los principales dirigentes del PSUV se refiere a la constituyente como una amenaza contra los opositores al gobierno. De acuerdo a ellos, al instalarse la constituyente serán inmediatamente destituidos de sus cargos todos los diputados de la Asamblea Nacional y todos los fiscales, comenzando por la misma Luisa Ortega. Muchos de estos dirigentes complementan las amenazas de destitución con las de cárcel, sin debido proceso judicial, sin respetar derechos humanos, (sin "pasar por go", como dicen en un lenguaje propio de malandros de la política). En otras palabras, la instalación de la constituyente, según la misma dirigencia madurista, significará la violación completa y absoluta de la Constitución de 1999, su desmoronamiento de facto como cuerpo fundamental de la República Bolivariana de Venezuela.

La barbarie con que amenazan a toda la disidencia llega al extremo absurdo que hoy Maduro amenazó con introducir una "ley constitucional" en la constituyente para ejecutar un diálogo "obligatorio" con los partidos de oposición. Algo así como que los llevarán con una pistola apuntando a su cabeza para que se sienten a negociar con el gobierno. No sabemos si denunciar esa amenaza fascista o salir a buscar a los loqueros para que encierren en el manicomio a estos tipos que todos los días dan muestra de haber perdido toda capacidad de razonamiento normal en los seres humanos.

Desde un principio no respaldamos la propuesta constituyente como supuesta única salida pacífica a la crisis venezolana, pues hemos visto y sufrido en carne propia toda la confiscación de los espacios democráticos que ha ejecutado el madurismo en estos cuatro años en el poder. Desde la negativa a discutir en el congreso del PSUV en el 2014, hasta las farsas de los congresos de la patria y de los congresos por sectores sociales, los cuales sólo fueron concebidos como espacios de catarsis para que las bases chavistas expusieran sus numerosas críticas, las cuales nunca fueron consideradas para nada pues todos esos congresos sólo tuvieron un carácter aclamacionista y mediático, concebidos para las fotos y las tomas de mucha gente aplaudiendo a los líderes de la cúpula psuvista.

Hemos visto como el gobierno ha impedido todos los procesos electorales en los cuales puede salir derrotado, como la suspensión de las elecciones sindicales en SIDOR y en la federación petrolera, como la no realización de las elecciones de gobernadores, el sabotaje contra la propuesta de referéndum revocatorio, la suspensión por años de las elecciones universitarias, y de manera general hemos presenciado la total negativa del madurismo a implementar procedimientos electorales democráticos.

Esta realidad ha sido complementada con la forma en que se ha convocado la constituyente, sin consultar previamente al pueblo mediante referéndum. Maduro ha usurpado funciones que el artículo 347 de la CRBV le otorga exclusivamente al pueblo. Para rematar, las bases comiciales de la constituyente son en sí mismas una trampa electoral y un fraude contra la ciudadanía, al violentar de manera descarada el carácter proporcional del voto por cada ciudadano, al sectorizar de manera arbitraria a una parte de los electorales y al dejar sin derecho a voto a varios millones de venezolanos (se pueden revisarlos artículos que desenmascaran el fraude de las bases comiciales: https://www.aporrea.org/actualidad/n311966.html, https://www.aporrea.org/actualidad/a249860.html).

Además, ante el rechazo a la propuesta constituyente que han declarado no sólo los partidos políticos de la MUD, sino también una serie de fuerzas políticas revolucionarias y personalidades ubicadas en lo que ahora se denomina "chavismo crítico", sólo ha quedado el PSUV como única fuerza política que ha inscrito candidatos en la constituyente, razón por la cual es evidente que la misma no servirá jamás como mecanismo de diálogo y paz nacional, sino que por el contrario su implementación significará echarle más gasolina a la brutal crisis política, económica y social que sacude a Venezuela desde hace ya varios años.

Sospechamos de la disposición al diálogo de una burocracia madurista que jamás ha dialogado con las fuerzas populares, tendencias obreras y grupos revolucionarios que mantienen posiciones críticas y disidentes hacia lo que ha sido su práctica gubernamental desde el 2013. Si nunca se han conducido democráticamente, no vemos sinceramente ningún indicio que permita creer que ahora con la constituyente van a respetar los principios democráticos populares y revolucionarios que nunca han permitido ni dentro del PSUV ni tampoco en las organizaciones sociales por ellos controladas ni dentro de las instituciones del estado bolivariano.

La negativa a dialogar con otras tendencias revolucionarias contrasta con la permanente negociación que el madurismo ha mantenido tanto con la derecha representada en la MUD, como con sus jefes capitalistas de Fedecámaras y del propio imperio. Desde finales de 2013 y comienzos de 2014, Maduro-Jaua-Cabello y demás jefes del gobierno han realizado conversaciones y pactos hasta con el mismo Lorenzo Mendoza, supuesto responsable principal de la guerra económica pero al cual nunca se le ha abierto ningún procedimiento judicial ni se le ha expropiado ninguna de sus grandes empresas. Contra la burguesía Maduro y su gobierno nunca han pasado de la retórica. Puro insulto por los medios y grandes contratos en privado.

El actual discurso amenazante del madurismo es demostrativo que lejos de abrirse a mecanismos democráticos, la burocracia madurista lo que busca es consolidar una dictadura monopartidista basada en un mamotreto de constituyente que les permitirá concentrar todo el poder de las instituciones públicas y borrar del mapa a todas las fuerzas disidentes tanto de la derecha pitiyanki como de la izquierda revolucionaria. Esto no tiene nada que ver con la democracia participativa y protagónica que inspiró a Chávez, basado en toda la experiencia de lucha popular de las décadas de 1980 y 1990, para promover la Asamblea Constituyente de 1999 y dar inicio al proceso de transformaciones conocido como la revolución bolivariana.

CONCLUSIONES:

  • Respetamos a ese sector del pueblo chavista que ha decidido respaldar el llamado a constituyente de Maduro, aunque no compartimos ese respaldo por las razones antes señaladas.
  • Los llamamos a mantener una férrea lucha, dentro y fuera de la constituyente, si esta llega a instalarse, contra la burocracia corrupta encarnada en Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y algunos altos mandos de las fuerzas armadas, responsables directos de esta brutal crisis económica, política y social que hoy amenaza con liquidar completamente el proceso de cambios que inició Chávez en 1999.
  • Reiteramos que la única forma viable para defender la revolución bolivariana es la denuncia pública y abierta contra la corrupción y las desviaciones presentes en la cúpula del PSUV y en las instituciones públicas (ministerios, alcaldías, gobernaciones, empresas del estado). La "crítica interna" siempre será acallada y sólo servirá para que la burocracia identifique a los militantes críticos y emprenda contra ellos toda clase de represalias, como ha ocurrido miles de veces en estos últimos años.
  • Esperamos volver a coincidir con estos sectores populares y revolucionarios, pues la lucha de clases por darle continuidad a la revolución bolivariana iniciada por el presidente Chávez apenas comienza.

Maracaibo, Tierra del Sol Amada. 28 de julio de 2017



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Roberto López Sánchez

Roberto López Sánchez (Caracas, 1958). Profesor Titular de la Universidad del Zulia (LUZ) con ingreso en 1994. Licenciado en Educación (LUZ, 1994). Magister en Historia (LUZ, 2005) y Doctor en Ciencias Políticas (LUZ, 2013). Actualmente dicta 6 materias en la Licenciatura de Antropología en LUZ: Historia de América; Historia de Venezuela; Intercambios Económicos; Poder y Movimientos Sociales; Culturas Afroamericanas; y Modo de Vida e Identidad Nacional. Ha dictado seminarios a nivel doctoral y nivel maestría en universidades venezolanas; y seminarios de Historia de Venezuela en universidades de Chile y España. Actualmente coordina la Unidad Académica de Antropología. Ha dirigido proyectos de investigación a través del CONDES-LUZ, y CLACSO. Línea de investigación: estudio de los movimientos sociales. Ha publicado más de 50 trabajos científicos. @cruzcarrillo09

 @cruzcarrillo09

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