Chavismo y populismo: el eterno keynesianismo criollo petrolero

En artículos anteriores ubicaba al chavismo como una variante del populismo latinoamericano, en un período histórico en el que el "socialismo realmente existente" (y todo lo implicado, incluido el marxismo-leninismo) ya no es referente pues ha fracasado, dando paso a retornos del capitalismo, algunos realmente perversos (como el capitalismo de estado chino); pero los pueblos latinoamericanos, gracias a su resistencia, hacen inviables las propuestas neoliberales globalizadoras que, a la postre, también fracasan, como se evidencia en la crisis mundial que arranca en el 2008.

A nivel venezolano, eso es observable con las décadas subsiguientes a la del fracaso de la lucha armada, cuando la izquierda "realmente existente" se reduce, bien a una modalidad declinante de socialdemocracia, bien a una dispersión de trabajos locales, que terminan, ambos, en apéndices del calderismo, hasta culminar en una subordinación a la conspiración chavista.

El "populismo" lo caractericé, siguiendo a Luís Britto García, como un discurso político que articula el uso de las tradiciones populares nacionales (y nacionalistas) con un proyecto de conciliación de clases o policlasista. El caso que estudió específicamente Britto en su libro fue el de Acción Democrática. Pero los rasgos descritos coinciden con la mayoría de las aplicadas por el movimiento y el gobierno chavista: el liderazgo carismático de rasgos extraordinarios, la dádiva hacia un pueblo necesitado y víctima de la oligarquía (en el sentido retórico y real), otorgada masivamente a cambio de una gratitud que se exige, la reorientación de la renta petrolera hacia inversiones sociales que no resuelven la cuestión de nuestra dependencia estructural.

Como ya es consenso, el esquema chavista de "socialismo petrolero" (Giordani) aplicado desde aproximadamente 2002, a partir de las misiones sociales, sólo fue sostenible gracias a un abundante ingreso petrolero, sólo posible por los altos precios de nuestra principal (casi única) exportación: el petróleo. Esas especiales condiciones del capitalismo internacional en el período, tuvo que ver con las extraordinarias capacidades de la economía china, en crecimiento alto y continuo durante varios años, lo cual mantuvo altos los precios de las materias primas.

La gestión de ese inmenso ingreso ya ha sido analizada por economistas como Manuel Sutherland y Víctor Álvarez. Sólo cabe destacar algunos rasgos que caracterizan lo que llamo un keynesianismo criollo petrolero consuetudinario.

El keynesianismo criollo es una adaptación del keynesianismo original que, como se sabe, fue una elaboración teórica que respondía a la crisis del liberalismo que se hizo evidente en el crack de 1929. En todo caso, se asumió esa corriente teórica como inspiración para completar un sistema de reacciones políticas económicas propias del estado venezolano: promover inversiones públicas "por el lado de la demanda", mediante obras públicas, créditos generosos en condiciones amables a una clase empresarial protegida además por impuestos de entrada de las importaciones, al lado de una propensión fuerte a la importación de capitales, materias primas y tecnología, lo cual, lejos de lograr una industrialización orientada a la independencia, determinó una fijación estructural de nuestra dependencia.

En teoría (keynesiana, se entiende) aumentar la demanda interna agregada facilitaba la ralización de las mercancías producidas en el país y garantizaba a los empresarios unas ganancias que se reinvirtirían en un círculo virtuoso. Eso habrá funcionado, hasta cierto punto, en Europa y Estados Unidos, pero aquí los empresarios, protegidos por un estado petrolero demasiado generoso, en lugar de invertir en el país, comenzaron una monstruosa fuga de capitales hacia el sistema financiero internacional. Y estoy hablando desde, por lo menos, la décad de los 70. Esa tendencia no decreció con el gobierno chavista, sino que, al contrario, se pronunció.

Otro rasgo de las políticas económicas de ese estado petrolero dadivoso fue el de la nula previsión: se comió todo el ingreso rentístico, y nunc ahorró para el tiempo de las vacas flacas. Eso se vió también en este período chavista.

Continuaremos en otro capítulo este análisis.



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Jesús Puerta


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