La invito a que lea el 25 de julio de 2011 en el Correo del Orinoco un trabajo sobre la muerte de Jorge Rodríguez para que reflexionen sobre las mentiras que les hace hoy la oposición causante de estos crímenes en el pasado, a través de los medios privados, al servicio de los intereses foráneos gracias a su sarta de lacayos venezolanos. Es la pura verdad. Esta verdad es solamente una de las miles respecto a las “bondades” del partido ACCIÓN DEMOCRÁTICA después de 1959.
Jorge fue despedazado por los esbirros de CARLOS ANDRÉS PÉREZ a causa de su apego a una forma de vida acorde con la civilización. Así como él, centenares de desaparecidos a los que jamás se supo adonde los llevaron en esas terribles noches, sacados desde sus ranchos, desde sus humildes apartamentos, lanzados desde helicópteros, hundidos en ríos y mar, enterrados en fosas comunes como perros muertos, sin la presencia de sus hijos, sus familiares, sus seres querido. Así actuaba ACCIÓN DEMOCRÁTICA. Si esos señores que se enorgullecen de pertenecer a esa hitleriana tolda tuvieran un poco de de humanismo no anduvieran por ahí mintiendo descaradamente.
Uno de los lugares, por estar más cerca del centro, de donde los ADECOS sacaron más jóvenes para torturarlos fue el 23 de Enero. Tan cruel era y es esta tenebrosa organización que hasta mataba a sus seguidores, caso de Alfonso Rodríguez, un militante de esa agrupación al que los gatillos alegres adecos de Santa Marta mataron una noche en el bloque 9. A cualquier hora del día estos macabros personajillos del medioevo, entre ellos un italiano(MELLUZO) reencauchado venezolano por AD para echarle dedo a los rebeldes jóvenes del 23, aparecían y disparaban a mansalva contra los que se oponían a los tenebrosos “compañeritos”. Muchos murieron, otros andan por ahí con balas en su cuerpo, por el sólo hecho de no compartir con estos estatizados elementos de la desgracia política
Fueron Rómulo, Raúl Leoni CAP y Lusinchi, pasando por RAFAEL CALDERA, ¿dónde está Noé, Planas?, quienes instauraron las torturas y el odio contra la juventud que se rebelaba como en cualquiera democracia. Se decía que Rómulo fue instruido por la CIA para que eliminara a quienes querían que en el país se fomentara una revuelta contra los amos del imperio gringo estadounidense. Y el guatireño puso en evidencia su frustración al no poder ser padre, (era un Herodes subdesarrollado) mandando a su ministro CAP a derribar puertas, incendiar ranchos, colocar grapas en el escroto de cualquiera que se negara a traicionar a sus camaradas. Un caso de eso fue Jorge Rodríguez, quien se negó a decir algo que LOS ADECOS que lo torturaban le pedían dijera. Jorge fue un héroe de esos que les gusta a los jóvenes de consciencia que no son obedientes, sumisos, lame suelas ni antipatriotas. UN JOVEN que no sea rebelde, que no ame a su patria, que no se identifique con los pobres, es la mitad de un joven.
Se cuenta entre el pueblo del 23 de Enero que una noche de aquellas terribles noches, los adecos del 23 de Enero comandados por Lucas Pérez fueron a un barrio cerca del Observatorio y sacaron a cuatro hermanos de una humilde vivienda, que habían estado lanzando gritos rebeldes contra el gobierno cerca del bloque 7. Se los llevaron en una camioneta y en verdad, nunca más los vimos otra vez. Algunos dijeron que se fueron al interior del país, pero de ellos nunca más se supo. Otro expresó que esa noche los adecos se los llevaron rumbo a la carretera que une a Santa Mónica con Cumbres de Curumo y que en la soledad de la misma se deshicieron de ellos. No sabemos en verdad, pero los pocos ADECOS del 23 de Enero aún mantienen el mismo odio contra todo lo que huela a revolución, porque eso se lo enseñó Rómulo y ellos se estatizaron en el pasado.
Queremos recordarles a los jóvenes de hoy que cuando escribimos que no nos dirigimos a los llamados “manos blancas” lo hacemos porque los padres de los Sánchez, de los Goicoechea, de todo ese grupo que come cachito y se cose la bemba, que estudia en la UCV y en la UCAB son LOS HIJOS DE LOS ADECOS que ayer desaparecían a los adolescentes que se hacían irreverentes en barrios y urbanizaciones
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