Balada a los usuarios del Metro de Caracas

“Cuando veas la barba del vecino ardiendo mira la paja en el ojo ajeno” (MR) 

El pueblo venezolano es genial, es amoroso, es patriótico, es clase aparte. Pero como la vida es una dicotomía, pues, igualmente tiene sus cositas. Por ejemplo no tiene mucha paciencia, no quiere entender que este es el único país del mundo donde todos quieren el auxilio del Estado y no a la inversa. Es decir, los contribuyentes, los habitantes de una nación, están obligados a pagar sus impuestos para que éste, el Estado pueda cumplir con la salud, la educación, el deporte, la ciencia, las vías comunicaciones, etc., etc. 

Pero aquí tenemos petróleo por cantidad y la gente se imagina que bueno, algo tiene que dejarnos ese petróleo, pero sin hacer los análisis pertinentes. Por ejemplo, hace poco quien escribe subía dentro de un moderno vehículo por una zonta troncal de Caracas. Dentro del mismo iban dos señora de las que habitan en el cerro, pero que inexplicablemente defienden a los ricos y su fascismo-falta de conciencia y no libre pensamiento- Ellas hablaban contra el gobierno, porque “la carretera que  había destruido la lluvia hacía poco aún no estaba lista. 

Me vieron mi camisa roja rojita y quisieron involucrarme en su rabieta contra Chávez: “Señor, me señaló una de ella con sorna. ¿Qué le parece lo del gobierno y la carretera?”. No reí ni miré de soslayo como en las novelas de Aghata Christie. Simplemente contesté: “Ah, lo siento, no puedo opinar contra el gobierno, porque precisamente voy subiendo el cerro dentro de un moderno vehículo que le cedió el Estado a la Junta Comunal para aliviar el transporte”. Ella no dijeron más nada y alguien  rió con sorna mirándome, no de soslayo, con agrado. 

Mire, si usted viaja en un vagón del Metro y no quiere que lo tropiecen, sobre todo en las horas pico, pues le recomiendo que se compre un helicóptero para que viaje solito, ya que ese tren es un medio de transporte masivo. Ah, si usted es de los que les gusta arrimarse a las mujeres con fines inconfesables”, pues, entonces le recomiendo que piense en su esposa, en su hija, en su tía a ver si, como usted es tan machito, le hagan lo mismo a ellas. Ah y si usted es de los que en los andenes dice: “Coye ¿por qué no mandarán más trenes?”, pues déjeme preguntarle: “Si usted calza 42 ¿puede meter sus pies en unos zapatos 37? En el sistema vial de esa empresa solamente pueden estar 42 trenes a la vez. 

¿No siente pena de lo que ocurre en la Estación Plaza Venezuela? Ahí, en ese lugar la empresa Metro de Caracas ha tenido que poner empleados, que gentilmente le dicen a los usuarios como es que deben situarse en las colas, ¿cree usted que a nosotros siendo adultos tengan que enseñarnos algo que tenemos que saber desde hace años? ¿Es usted de los que se ríen cuando en los tumultos cada vez que llega un tren vació se atropella a las ancianas, niños mujeres y menos débiles de nuestros compatriotas? ¿Cree usted que dentro de ese grupo que goza estará el HOMBRE NUEVO que busca la sociedad para vivir equilibradamente? 

¿Qué piensa usted de esos que rayan, destrozan, denotan sus debilidades cerebrales poniendo los zapatos en las paredes del vagón y que además, haciendo el rol de modernos amantes de la triple X, se besuquean, se  hurgan, se sientan unos sobre otros, para demostrar que “el amor es libre” y que eso es la modernidad? ¿De los infelices que al no poder adquirir unos simples audífonos obligan a los demás a calarse sus melodías chuqui -.chuqui y que además de eso para dárselas de arrechotes tocan el timbre de la emergencia para que los otros pasajeros vean que son unos tipos que no come nada, que se las saben todas, que se caen a coñazos con el más pintado, pero que en ese instante no son capaces de darle el asiento a una de esas ancianas que cuelgan de los tubos mientras ellos va cómodamente sentados? ¿Es usted de los que se hace el dormido para no cederle el asiento a una dama? Piénselo, mi pana, algo de raro hay en su conducta. 

El Metro es de todos. Démosle un buen uso, cuidémoslo y sepamos que quienes ahí laboran son personas que al igual que todos nosotros, quieren ser eficaces y útiles para esta sociedad venezolana que anhela llegar a la simetría social. 

PD: Señor  Francisco Azevedo (¿con z?), el pueblo le tiene un beta: en algunos vagones y hasta en la vía, (Ruiz Pineda) e igualmente en los laterales de los vagones (exteriores) cree que se colocan cosas de la cuales no se puede culpar a los usuarios. Por ejemplo hace poco vieron un afiche del Socialismo al revés, en otro la figura de Iris Valera dibujada como Michael Jackson y otras rayas, ¿no será, señor, dice el pueblo, que se ha colado dentro del sistema uno de esos bichos que espera la noche para pintarrajear y que por supuesto en jamás de los jamases será EL HOMBRE NUEVO?

hdiderot@gmail.com

aenpelota@hotmail.es



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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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