“Quien traiciona a sus votantes es en mediocre”
Se decía que por los años cincuenta, el político Jóvito Villalba le vendió las elecciones a Marcos Pérez Jiménez. Eso no es descabellado sabiendo al amor que le tienen estos sujetos a vil metal. Una señora que habitaba al lado de mi casa expresaba, al referirse a la “victoria” de Pérez Jiménez y al FEI” (Frente Electoral Independiente que apoyaba al gordito de Michelena) “Que las elecciones ganó porque a Jóvito compró.
Lo cierto del caso es que URD, para esa época se había hecho con la mayoría
de los votos y de repente, Jóvito que era su candidato, sale a vivir cómodamente al exterior. Jóvito era uno de los tres mosQUESEROS que después que se echaron palos con Pérez Jiménez, salieron antes del 23 de enero y regresaron después a Venezuela a decir que ellos eran “mártires de esa dictadura”… ¡no me la jodas Luis! Caldera moqueaba y balbuceaba…”No estoy a la altura del poder sino aquí en la arena de la lucha”. No sabemos aún si era por la lucha libre que en ese tiempo estaba de moda con Dark Búfalo y Jaime el Fantasma o por la lucha de hacerse con unos billetotes del Estado como sucedió con los años. De una humilde vivienda en Sábana Grande se mudó a una quintota en Los Chorros.
Su hijo Juan José víctima de los genes paternos hizo lo mismo cuando fue gobernador de Yaracuy, ¡claro! Juan José fue un mediocre de la política que no tuvo vida para llegar a ningún lado. Hoy debe estar viviendo de las comisiones que les dan sus riquezas, digo yo. Se recuerda que una vez, ante los reiterativos señalamientos que hacía Juan José acusando al gobierno de la “masacre de Llaguno, fue invitado a Miraflores por el presidente Chávez a aclarar esa situación. Nunca se había visto a un ser que hiciera tal derroche de vacío pensante como lo hizo Juan José esa noche. Fue imposible que alguien pusiera en duda las limitaciones cerebrales de Juan José.
Muchos de los “revolucionarios que acompañaron a Chávez en su inicio, después que el pueblo les dio el voto, se vendieron al enemigo. Sobresaliendo entre el grupo el vejete Luis Miquilena y Ernesto Alvarenga, dos traidores de postín. A Luis Miquilena le vimos la costura en la bola cuando el escritor Vargas Llosa se metió por primera vez con el actual proceso y con Chávez. Quien escribe esta nota lo hacía en esa época para el Correo del Presidente, el primer abreboca que tuvo la revolución para la corrupción: en el piso 17 de la Torre Oeste se acumulaban miles de los periódicos porque el encargado de distribuirlo no lo hacía y lo llevaba de la imprenta a ese lugar. Muchos fueron los cómplices de esa trapisonda que igualmente hoy trabajan en la administración pública. Luis Miquilena se oponía a que en ese periódico, los pocos que se llevaban a los quioscos, se le escribiera algún reproche a Vargas Llosa.
Pero es cierto: la corrupción de los políticos venezolanos, una parte de ellos, es muy evidente. Todavía recordamos cuando ANDRÉS VELASQUEZ se peleaba a cuchillo y machete por LA BOLOÑA DE BILLETES que debido a la desunión de LA CAUSA R les proporcionaba el ente elector a este partido. ANDRÉS VELÁSQUEZ de sindicalista en Matanza, de humilde obrero con su agenda debajo del brazo, ¡ÑAQUITI! Pasó a ser lo que es hoy: ¡TREMENDO MILLONARIO defensor de la oligarquía a la cual un día prometió someter “porque jodía mucho a los humildes y se reía de su esposa porque y que vestía muy “tierrúo” para ser Primera Dama” ! Igualito a los ESPÍAS DE LA CIA Pompeyo Márquez y Teodoro pecón, perdón, Petkoff.
Un periódico inglés, en unas elecciones donde participó ANDRÉS VELÁSQUEZ de candidato lo dio ganador. Todo el mundo decía que había triunfado en esas elecciones, pero, ¿por qué el pueblo venezolano, que NUNCA SE EQUIVOCA, trajo a colación lo que hizo Jóvito Villalba con Pérez Jiménez? No sé; yo no aseguro que alguien venda triunfos, pero…el dinero mi pana, el dinero, eso afloja cualquier tornillo político, más si son grandes sumas…
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