(Manitas Blancas y Juventud Cruceña)

Hermandad del Odio

Los últimos acontecimientos que le ha tocado vivir a la hermana República de Bolivia deben llamarnos a la reflexión, y entender un poco la naturaleza de quienes nos gobernaron en el pasado: políticos entregados a los intereses de una clase dominante que nos mantenía en la más absoluta de las miserias, todo en nombre de una democracia que sólo ellos entendían.

La carga de racismo, odio y desprecio con que nos sometían a una suerte de esclavitud profana, nos hundía cada día en la más intransigente de las locuras y desigualdades políticos-sociales y económicas. Para ellos, las minorías estábamos predestinados (las inmensas mayorías) por la gracia divina, a ser objeto de sufrimientos y calamidades, nuestros votos sólo servían para enterrarnos en cada proceso electoral en un laberinto de marginalidad conceptuada por la bondad de quienes gozaban de todo el poder.

Ser testigo presencial de una masacre de campesinos en la hermana República de Bolivia, dictada por la locura de unos pocos en pleno siglo XXI, debe conducirnos a tomar conciencia de la insensatez y de la demencial propuesta que representó esa democracia representativa. Hombres, mujeres, niños, niñas y adolescentes desposeídos vilmente asesinados por grupos de jóvenes fascistas con una carga de irracionalidad monstruosa. Ver imágenes de cómo es posible erradicar, cancelar a un ser humano cuya única culpa es ser pobre (víctima de la voracidad de una clase que cercena todo derecho a la vida en nombre de la libertad), más aun, pobre producto de las desigualdades impuestas por una oligarquía en pleno proceso de decadencia, herida en su vanidad, en su orgullo, en sus entrañas, que cree necesario exterminar a todo aquel que pretenda promover algún cambio que revierta ese proceso de miseria.

La gracia divina del Dios que los protege a ellos es diferente al Dios que acompaña a las mayorías, su Dios es extremadamente benévolo con ellos cuando accionan sus armas criminales en contra de campesinos indefensos, son animales que deben masacrar, no tienen derechos, sólo deberes. La arrogancia de los pobres, al pretender accesar a las oportunidades en igualdad de condiciones, debe ser aniquilada. Los pobres sólo tienen derecho a soñar en el mejor de los casos, se les prohíbe la esperanza, la fe sólo debe ser materializada en las iglesias que adoran al Dios que los mantiene viviendo en condiciones de inmensa desigualdad.

Los laboratorios de guerra sucia del Pentágono han diseñado un programa de exterminio continuado, que une, en una cofradía de intelectualidad infame, a jóvenes que al unísono en el continente se conforman en una especie de hermandad que lucha por revertir los proceso indetenibles de pueblos enteros que luchan en procura de justicia social, por la libertad. Los libretos son sólo patrones de comportamiento necesarios para unificar acciones que promuevan romper la vulnerabilidad de la esperanza. Venezuela, Bolivia son sólo ejemplos del poder inmenso de la mediocridad insana de aquellos que, bajo la batuta de la estupidez, siguen como borregos estos patrones de conducta. Los jóvenes “manitas blancas” de Venezuela son la par de los jóvenes fascistas cruceños, que sin aspavientos disparan en contra de su propio pueblo, dispersan el caos cual marionetas depredadoras de su propia irracionalidad. Sólo respetan la trascendencia de su estupidez, no hay amor, no hay humildad, no hay razón, no hay sensibilidad, no hay solidaridad, sólo dosifican su odio y lo alimentan con su arrogancia.

La oscuridad intelectual e ideológica de estos fascistas del Nuevo Tiempo sólo tiene asidero en sus pequeñas y retorcidas mentes, donde el gobierno imperialista de USA, deposita excrementos de maldad e intransigencia.

Ayer, el pueblo venezolano, la mayoría absoluta que apoya a nuestro comandante Hugo Chávez, se levantó en pié de lucha, estuvo en alerta y reaccionó de manera consciente ante el vandalismo de las “manitas blancas”, hoy, el pueblo boliviano ha sabido ser racional, no ha caído en el juego perverso del adversario, Dios permita que la racionalidad sea la constante, despertar el espíritu aguerrido de un pueblo no es cualquier cosa, y de seguro esas minorías, no lo entienden. Dios no permita que la ira de la pobreza y la miseria tome las calles para defender el incipiente proceso boliviano, el pueblo NO TIENE NADA QUE PERDER, PERO SI MUCHO QUE GANAR

A la oligarquía criolla y a su escoria (manitas blancas) sólo les pido que no actúen en mi nombre, no quiero que luchen por mi libertad, por mis reivindicaciones, dejen eso en mis manos, es mi lucha, nunca en mas de 40 años de democracia representativa lo hicieron, hoy no les pido que hagan un sacrifico por mí. Seguiremos enfrentados, hasta que no entiendan que mi percepción de libertad y bienestar social es muy diferente a como ustedes lo conceptualizaron. No busquen la ira de quien hoy sólo busca igualdad de condiciones para accesar a las oportunidades! mi vida no les pertenece!


NO HAY NADA MÁS EXCLUYENTE QUE SER POBRE

Patria, Socialismo o Muerte

Venceremos


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Nota: En días pasados alguien susurraba en mi oído la pregunta: ¿Eres Chavista? Respondí: NO, no puedo considerarme Chavista porque aun no poseo las cualidades del líder, soy, simplemente, un militante que lucha por erradicar la deformación social que me injertaron en más de 40 años de democracia representativa.


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Ricardo Abud

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en Union County College, NJ, USA.

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