En los Consejos Comunales la mayor importancia no debe centrarse en la renovación (o ratificación) de sus voceros, sino en la conformación de sus Comités de trabajo.

Los Consejos Comunales nacen en el marco de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), donde se trasciende de la implementación de la vieja Democracia representativa y elitesca promovida por los gobiernos de la IV República, a la Democracia participativa y protagónica donde el Pueblo es sujeto indispensable en la toma de decisión.

En función de esto, es necesario volver al punto estratégico que se busca con la organización y conformación de los Consejos Comunales: "son instancias de participación, articulación e integración entre los ciudadanos, ciudadanas y las diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales y populares, que permiten al pueblo organizado ejercer el gobierno comunitario y la gestión directa de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades, potencialidades y aspiraciones de las comunidades, en la construcción del nuevo modelo de sociedad socialista de igualdad, equidad y justicia social" (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, art 2).

De tal forma, que lo importante es alcanzar el mayor grado de participación posible de sus ciudadanos y ciudadanas en la búsqueda de las soluciones y mejoras a la comunidad, es la explosión de Poder Popular, el pueblo organizado, con conciencia de clase que ha sabido identificar en este mundo globalizado a sus aliados y sus enemigos. Esta tarea no se le debe dejar a "el vocero o vocera" de un comité de trabajo en lo particular como si fuera una actividad exclusiva de ser atendida de manera personal. Eso sería contradictorio con la esencia del Poder popular.

Por tanto, al cumplirse los dos años de duración de las funciones para los cuales fueron electos (Art 12, LOCC), se deben ir al proceso de renovación (reelección) de las vocerías. Esta etapa debe servir para fortalecer las estructuras del Poder Popular. No se debe permitir el error de darle más importancia al hecho de: quien resulta el ganador o ganadora, como si se tratase de una elección de representatividad popular. Esta acción concebida así, como una medición de liderazgos individuales terminan generando divisiones y enfrentamientos no sólo personales sino hasta grupales, con consecuencias para las comunidades. En definitiva, no es una conducta que genera integración comunitaria el darle prioridad a quien resulte vocero o vocera si ese acto en vez de unir, descompone.

Lo lógico, entonces debe ser promover en ese proceso del Consejo Comunal como principal objetivo: la conformación de los Comités de trabajo y sus instancias (Ejecutivo, Contraloría, administrativa y financiera). Que se entienda que lo primordial es crear la instancia colectiva, a través de la postulación voluntaria y de compromiso por luchar por las mejoras de la comunidad en el marco de la construcción del socialismo. Que estas instancias del CC estarán integradas de manera amplia y que el tema de las vocerías es un asunto subalterno al de la conformación de los Comités y sus instancias, por tanto su responsabilidad (como vocero o vocera) pudiera ser rotativa entre todos los integrantes del Comité, en el marco de los 2 años de la duración de su ejercicio.

Al final, no debe verse como un triunfo de unos y la derrota de otros. Es la real integración de todos los interesados en aportar sus mejores esfuerzos y capacidades por el bien de sus comunidades en consonancia con los planes de desarrollo: comunal, municipal, regional y nacional. Es el interés individual y colectivo por atender una responsabilidad en un área de trabajo determinada que demanda la comunidad, es trabajar de manera armoniosa y en colectivo sin la imaginación de la representativa figura del "presidente o presidenta del Consejo Comunal".

"Con el Poder del Pueblo, construimos el Socialismo"