En abril/02 sus fundadores aplaudieron la abolición de la constitución y hoy, cínicamente, juran defenderla

El Movimiento 2D de Miguel Enrique Otero está asumiendo la vanguardia de la conspiración

El Movimiento 2D ha llegado al cinismo mayor e increíble de exigirle al presidente de la República, Comandante Hugo Chávez, que restaure la legalidad. Tamaña impostura de quienes han llegado al convencimiento de que el país todo está habitado por una manada de idiotas y, además, de estar muy seguros que ese mismo país los reconoce como los que han estado, rodilla en tierra, defendiendo la democracia y la legalidad en estos tiempos de cambios revolucionarios irreversibles. 

 

Pocas veces habíamos visto intentos de recrear un discurso dizque político fundado en un engaño mayúsculo, claramente preparado como parte de un plan subversivo, pues no otra cosa es posible sacar como conclusión del  contenido del documento final que suscribieron al término del cónclave que realizaron sus integrantes este fin de semana en le región andina, el cual lo han denominado “Manifiesto de Mérida”, al hacer allí un llamado al pueblo en general “a no ser indiferentes frente al proyecto político del actual gobierno de permanecer en el poder más allá de lo previsto en la Constitución”, para agregar, como el argumento que determina ese llamado: “Nuestro país atraviesa en estos días una etapa trágica, caracterizada por el regreso de aquellas prácticas dictatoriales que imaginábamos ya superadas, con el agravante de que ahora se le añaden designios ideológicos totalitarios que se proponen el establecimiento de una sociedad de pensamiento único, experimento ya fracasado en la Unión Soviética y en las naciones de la órbita comunista y que vive sus últimos momentos en Corea del Norte y en un país como Cuba que ha perdido medio siglo (..) no hay manera de ser indiferentes, frente a algo de tanta gravedad, nadie puede renunciar a su futuro permitiendo que mal tan pernicioso avance y se imponga sobre nuestros derechos colectivos.”.

 

Efectivamente, con ese manifiesto de marras, basado en falsas premisas, tal y como no han dejado de hacerlo en estos ocho años de oposición al gobierno revolucionario porque carecen de liderazgos y de un programa alternativo de cambios, lo cual cada día les hace muy cuesta arriba pensar siquiera en tomar el poder por la vía electoral, de que Chávez nos quitará los hijos, o nos confiscará una casa si tenemos dos, o nos quitará un calzoncillo o una pantaleta, si tenemos tres, o también que Chávez prohibirá a las mujeres usar minifaldas, etcétera, etcétera, sus firmantes apuestan e invocan a una salida de fuerza inmediata como solución a tan aborrecible régimen que hoy sojuzga a nuestro pueblo.

 

Hay que decirles a estos sujetos de la “exquisita y divina inteligencia”, que se bajen de esa nube, que aterricen y asuman la realidad incontestable que está aquí y que nadie, por más dinero y medios de desinformación que posean, la pueden alterar o manipular.

 

En este país jamás nadie podrá olvidar, tanto porque ocurrió no hace mucho tiempo, en abril del 2002, como porque fueron hechos bien marcados por la mayor traición y el crimen, que todos ellos fueron quienes, desde distintas posiciones, unos a la vanguardia frontal, como ocurrió con el propio presidente del Movimiento, Miguel Enrique Otero Castillo, participaron en la preparación y en la ejecución del zarpazo a la Constitución que hoy dicen ser sus custodios, lo cual permitió que Carmona Estanga se autojuramentara como presidente de la República de Venezuela el 12 de abril de 2002.

 

Pruebas incontestables abundan acerca del papel que jugaron todos ellos para violentar aquél fatídico e inolvidable día la institucionalidad de la democracia consagrada en la Constitución Bolivariana de 1.999, pero hay tres emblemáticas y bien vergonzosas que dejó el “bobolongo” de El Nacional (recordemos que ese mote se lo endilgó Teodoro Petkoff a Miguel Enrique), las cuales allí han quedado para la historia negra de la patria, como crudo testimonio de conductas absolutamente antidemocráticas al servicio de los sectores más retrógrados del país, en total connivencia con el imperialismo norteamericano.

 

Veamos seguidamente esas pruebas que conforman, sin duda alguna, un grave delito que esta “bárbara dictadura” perdonó, pero que no creemos lo volvería a hacer si osaran repetir el delito de embarcarse en un nuevo golpe de Estado:

 

1) Titular de la edición especial de El Nacional del día 11 de abril de 2.002: “LA BATALLA FINAL SERÁ EN MIRAFLORES”;

 

2) La mancheta de la edición del día después de la juramentación de Carmona Estanga (13 de abril): “NO ERAN PODERES NI ERAN PUBLICOS” y,

 

2) Fragmentos del editorial de ese mismo día, 13 de abril:

 

“La renuncia de Hugo Chávez a la Presidencia ha sido un episodio de significación histórica, no sólo por las circunstancias en que se llevó a cabo sino por las posibilidades que se le abren a todos los venezolanos. Chávez tuvo el infortunio de malinterpretar sus funciones como jefe del Estado, y en lugar de actuar como representante de todos los sectores de la sociedad, se obstinó en dividir a los venezolanos. No tuvo éxito en sus prédicas, como fue demostrado el 11 de abril cuando un río humano recorrió las grandes avenidas de la ciudad, desde el Parque del Este hasta el centro.”

 

“Afortunadamente, no se tiene que partir de cero (con salida de Chávez). Varias instituciones se han venido preparando con seriedad y persistencia, a través de métodos multidisciplinarios, y existen proyectos y estudios que permiten ponerlos en práctica con la urgencia que todos compartimos. Esos proyectos pueden ser (..) punto de parida para una acción de Estado, enriquecido si fuere preciso por quienes a su vez han venido trabajando en el acuerdo de gobernabilidad presentado al país por la CTV” (de Carlos Ortega), la Fedecámaras de Carmona y la Iglesia de Ugalde.

 

Ese gran acuerdo de gobernabilidad, continúa señalando el editorial, “fue descalificado por los chavistas, ocupados exclusivamente en robar el erario público y de disfrutar de las ventajas del poder de una manera grosera y ostentosa (..) Desde luego que no habrían podido actuar con tal impunidad si los poderes públicos no hubieran sido reducidos a la sumisión y complicidad más abyectas (..) Nunca la Fiscalía o la Contraloría se habían arrodillado no sólo frente a un mediocre Presidente de la República como Chávez, sino ante cualquiera de sus empleados más cercanos (..) Ni qué decir, por supuesto, del Poder Electoral, verdadero mercado persa donde se compraban y vendían elecciones al mejor portor (..) Ha hecho bien el nuevo presidente Pedro Carmona Estanga en prescindir, de un plumazo, de estos esperpentos institucionales, devaluados ética y moralmente por la escasa gallardía con que sus representantes ejercieron el cargo. Mención especial merece el fiscal, quien horas antes de caer Chávez, ya se proponía ante las cámaras de televisión como su posible sucesor…”

 

Suficiente para desenmascarar un movimiento que más allá de pretender encontrar cauces para la construcción y el fortalecimiento de un país que sea cada vez más democrático, lo que andan es buscando caminos verdes para instaurar un régimen de facto que lo retrotraiga al pasado puntofijista, donde ellos y sólo ellos eran los que disponían el presente y el futuro de la patria.

 

¡Qué equivocados están! ¡No volverán, lo decimos una y otra vez…!


oliverr@cantv.net


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Iván Oliver Rugeles


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