A mi primo, Luís Hernández “El Turpial”, camarada que prefirió quedarse afuera

Ahora hay más adecos que nunca (en el PSUV)

El otro día una amiga, que es tan entrépita como cualquier verdulera del mercado de Conejeros (con mis disculpas para las verduleras más comedidas), se consiguió con un conocido, quien fuera connotado activista de Acción Democrática en el ámbito margariteño. Mi amiga, que aparte de entrépita es cizañera, le preguntó con sorna cómo andaban las cosas en el “partido del pueblo”. El antiguo accióndemocratista, que en realidad lo sigue siendo por aquello de que adeco es adeco hasta que se muera, le retrucó con una salida por completo inesperada.

“Ahora hay más adecos que nunca – le dijo el tercio – lo que pasa es que están inscritos en el PSUV”.

Como es lógico eso le pasa a mi amiga por refistolera y por buscar lo que no se le ha perdido. Sin embargo, lo interesante del caso es que el retruécano del interpelado resulta ser una verdad de tamaño catedralicio.

Aunque no me han llegado informaciones precisas del resto del país, en Nueva Esparta, al menos, hay más adecos militando en el PSUV que en el MRA, que es el partido de Morel Rodríguez Avila, cuyas siglas les cedió modestamente a algunos chupamedias. Es más, la cosa llegó al punto que el 15 de agosto pasado había más de uno que juraba que el propio gobernador conchupante se inscribiría como aspirante a militante del Partido Socialista Unido de Venezuela.

Que no lo haya hecho no fue por exceso de celo de los propulsores locales del ensamble socialista, pues las puertas quedaron abiertas para que cualquier jerarca local de las épocas de CAP o Lusinchi, aparte de otros con diversos prontuarios, entraran como Pedro por su casa.

De hecho leí con cierta tristeza la crónica de Pedro Salima, cuya condición socialista está fuera de toda duda, narrando como en su batallón el vocero designado es un saltimbanqui con un récord de oportunismo y delincuencia política para figurar en el Libro Guiness.

Aunque a mi eso de “aspirante a militante” me suena como la tercia que decía estar medio preñada, presumí que serviría de filtro para excluir a los bandidos camuflados. Nunca sospeché que los dejarían llegar al proceso de selección de voceros y brindarles la oportunidad de cogerse el partido a punta de mercenarios, empleados municipales y demás procedimientos cuartorepublicanos.

A estas alturas considero que muchos están de sobra en el PSUV y si no se excluye rápido a los contrarrevolucionarios entonces habrá que dejarles el partido para ellos solos y agarrar hacia otro lado.

La cifra de 5.700.000 inscritos indicó que, aparte de no estar todos los que son (PPT, PCV, etc.) no son ni remotamente revolucionarios todos los que están. Algunos piensan que quizás eso es lo que se prefiere: un partido de gobierno, pero no un gobierno de partido.

Antier nomás, viendo a Chávez en el Poliedro, pensaba en lo que podría pasar si el líder máximo, en uno de esos arranques que les son característicos, hubiera dicho repentinamente “¡Levanten la mano los que siguen siendo adecos!”

A lo mejor, si la respuesta hubiera sido espontánea y auténtica, la reacción habría resultado de coger palco. O sea, de coger pal’ co..

y no meterse en vainas raras.

augusther@cantv.net


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Augusto Hernández


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