Estrategia oposicionista contra La Reforma Constitucional

Con la finalidad de definir la táctica y la estrategia para enfrentar la reforma constitucional, en los últimos días un grupo de dirigentes del oposicionismo efectuó una reunión nocturna en un conocido restaurante del este de Caracas.

De acuerdo a las informaciones que manejan los periodistas, en el citado cenáculo oposicionista estuvieron presentes Henry Ramos Allup, Manuel Rosales, Cabeza ‘e Motor, Antonio Ledezma, Oswaldo Álvarez Paz y Enrique Mendoza, entre otros. Al ver tantos sesudos analistas y opinólogos opositores apandillados, el mesonero que los atendió expresó: “Esta noche ha llovido, mañana hay barro”. Así fue. Los lodos de esta reseña, provienen de ese corro del sector opositor.

Ninguna de las personas que observó la reunión de la camarilla opositora, se creó la expectativa de que la sabiduría se impondría en un debate regido por las vísceras, sobre todo cuando fue tutelado por el hígado. Al hacer uso de la palabra, nadie emitió, ni por error, un bello sonido democrático. La palabra “golpe” fue tan manoseada, que en horas de la madrugada el golpismo había perdido su denotación y connotación política. El único golpe que se escuchaba era el golpazo producido por el choque de copas y vasos.

Henry Ramos Allup, tratando de esquivar su condición de sectario, saludó la presencia en la reunión de lo más egregio de “la ultraderecha recalcitrante, ultramontana y repugnante”. Como si sintiera en su nuca el aliento vivo de la Reforma Constitucional que el presidente Hugo Chávez adelanta en compañía del pueblo, el dirigente adeco reconoció: “Vivimos en una extraña quietud, el mapa político está petrificado”. Cuando concluyó la frase, dos tremendos lagrimones cubrieron su rostro cuarto republicano.

Para Ramos Allup, la nueva estrategia de la oposición debe consistir en presentar las pruebas para demostrar que el presidente Chávez ha ganado todas las elecciones de manera fraudulenta. “Ya es hora de denunciar el fraude y la manipulación grosera con que Chávez ganó el referendo del 2004 sobre su mandato”.

Como sus palabras causaron risa y burla entre los presentes, el dirigente de AD muy serio expresó: “Lo juro por la memoria de Piñerúa Ordaz y Gonzalo Barrios, que ahora si voy a mostrar las pruebas que prometí presentar el 16 de agosto de 2004”.

-Es más, daré una rueda de prensa para exhibir al Cisne Negro y a todos sus críos. Así podré demostrar cómo el fraude electoral se ha ido reproduciendo vertiginosamente en Venezuela. Mañana, muy temprano, llamaré a Tulio Álvarez para reactivar a la Comisión de Sustanciación que investiga el fraude cometido en el proceso referendario realizado hace tres años.

Dicen que, antes los vítores y aplausos que generaron estas palabras de Ramos Allup, los comensales que se hallaban en una mesa cercana pagaron el descorche de una

nueva botella del whisky del bueno de 18 Años. Este noble gesto etílico fue festejado por Oswaldo Álvarez Paz, quien después de cantar el tango gardeliano Tomo y obligo (“Tomo y obligo, mándese un trago, / que hoy necesito el recuerdo matar”), alzó su vaso y, brindando, resaltó: “Éste ambiente de unidad que estamos viviendo, me recuerda al clima que privó poco antes del paro petrolero de 2002. ¡Qué tiempos aquellos! Para mí, Chávez no llega al 2021”. Relatan que nadie se comió ni se bebió ese cuento

Luego intervino Cabeza ‘e Motor. Hacer un análisis sobre lo que dijo éste oposicionista, seria caer en meras especulaciones, elucubrar referencias históricas e inventar notas de investigación. Es decir, mentir, engañar, embaucar a los lectores. Para no hundirnos en la manipulación y la tergiversación periodística, sobre lo expuesto por Cabeza ‘e Motor sólo formularemos lo que dicen los expertos jugadores de dominó: ¡Paso y gano!



Para definir la estrategia publicitaria y propagandística opositora que se opondrá a la Reforma Constitucional, tomó la palabra Manuel Rosales. “Yo propongo que el oposicionismo reactive la tarjeta Mi Negra para llegarle a las hordas chavistas. Por lo tanto, elaboré el eslogan de esta campaña: “No le pidas peras al horno, con Mi negra no hay reformo”.

Al terminar de explicar su lema publicitario, todos los opositores presentes se miraron la cara con asombro y bochorno. Apenado, el filósofo del Lago de Maracaibo agachó la cabeza y se dirigió al sanitario. Hasta el día de hoy, el Aristóteles maracucho no ha vuelto a participar en reuniones oposicionistas para tratar el tema de la Reforma Constitucional.

De seguidas, pidió la palabra Antonio Ledezma para saludar la presencia de Ezequiel Zamora, Antonio París y Ernesto Alvarenga, quienes se incorporaron a la tertulia luego de una llamada telefónica que les hizo Álvarez Paz. La llegada del trío, sirvió de excusa para que el ex dirigente copeyano pudiera solicitar la sexta botella de escocés de la noche “para esta mesa”.

Ledezma propuso, aportando una táctica novedosa, oponerse al uso de las máquinas captahuellas en el referendo de la reforma constitucional. “Impedir el uso de esas máquinas, será fatal para Chávez”. Concluida la exposición de Ledezma, el ex rector del CNE, Ezequiel Zamora, aplaudió fuertemente. Ante éste arrumaco inesperado, el ex alcalde de Caracas agradeció el gesto de Zamora. De seguidas, Zamarro aclaró que había aplaudido lo dicho por Ledezma, sino que sonó sus manos para llamar al mesonero para que trajera hielo. Abochornado, Ledezma dijo que iba al estacionamiento del restaurante a buscar un documento importante que se le había quedado olvidado en el carro. Salió presuroso, pero no regresó.

Ya entrada la madrugada, habló Enrique Mendoza. El ex gobernador del estado Miranda, para demostrar que la oposición viene con todos los hierros, dijo: “Tenemos que reactivar la Coordinadora Democrática y abrir la Casa de la Unidad como centro de conspiración. Sólo así podemos enfrentar con éxito la Reforma Constitucional. ¡He dicho, carajo!”.

Ezequiel Zamora, Antonio París, Ernesto Alvarenga y Oswaldo Álvarez Paz volvieron a brindar. Como si lo hubieran ensayaron, el cuarteto gritó al unísono: “Chávez no llega al 2021”. Y chocaron los vasos, para festejar lo expresado por Mendoza.

Fastidiado de escuchar siempre el mismo discurso desde 1998, el mesonero -recogiendo las sillas y las mesas- manifestó señalando con el dedo índice a todos los opositores presentes en el cenáculo golpista: “Esto que se llama el oposicionismo, va fuera del aire. ¡Va fuera del aire!”. Y apagó la luz.

vchavezlopez@hotmail.com


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Vidal Chávez López


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