Los “caza güires” de la oposición

Las dificultades dentro del chavismo y en el gobierno de Maduro, aún no superan las torpezas fraccionalistas y ególatras dentro de la oposición venezolana. La oposición venezolana es una fauna infinita de egos sin ningún tipo de disciplina ni claridad para el acceso al poder.

Después de la muerte del presidente Chávez la oposición no pudo superar el duelo de la muerte de su más feroz contrincante, nunca se prepararon para el día después, sin embargo pudieron medir el riesgo que a todas luces corrió la revolución tanto por la debilidad de liderazgo en el seno del proceso, como por la desmovilización que podía generar la muerte de su líder, pero lo que no midieron es que el narcisismo político dentro de la propia fauna opositora se convertiría en su principal enemigo.

La posibilidad de éxito de tuvo Capriles en la elección contra Maduro estuvo signada por: 1. Una unidad forzada y sin esperanzas ya que cuando las tienen vuelven a su estado de naturaleza hobbesiano, y 2. Por la terrible campaña de Maduro. Pero jamás la posibilidad de éxito de la oposición ha estado signada por una propuesta que persuada a la mayoría o un candidato con carisma suficiente para arrastrar a las masas al objetivo electoral.

A más de un año de la última derrota presidencial de la oposición, y aunque por primera vez en años, excepto Hinterlace, todas las encuestadoras del país en los más recientes estudios de opinión dan por hecho una mayoría del “bloque político” de oposición (premisa que parte de la categoría “bloque, poco pertinente para la realidad política opositora), hoy su realidad interna pone en evidencia que incluso su coyuntural “unidad” forzada, está en verdadero riesgo.

Quisiera advertir a este nivel, que no es objetivo de este escrito analizar la unidad dentro del chavismo, tema que seguro abordaré en próximos escritos, pero hoy en día, a pesar de las diferencias y críticas que sectores del chavismo tienen con Maduro, nadie en el chavismo se está planteando saltar la talanquera o romper la unidad dentro de la diversidad, aunque se exija mayor reconocimiento de ésta.

Pero la oposición es algo distinto. La pugnacidad entre Capriles, López y Machado, ha llevado al desmoronamiento del hasta hace poco único líder artificioso de la oposición en años: Capriles. La ambición de poder de López, lo llevó a jugársela completa junto a Machado con “la salida”, e hizo todo para quedar preso, tal como lo advertimos meses antes en declaraciones y escritos, facilitando así no sólo una ruptura interna de la MUD, a cambio de subir al segundo lugar del liderazgo opositor, sino, generando una violencia política que ha enlutado al pueblo venezolano completo.

Mientras tanto, dos actores como quien no quiere la cosa, andan “cazando güire”. Una AD con un líder inviable electoralmente (Ramos Allup, aunque no pierde las esperanzas), asumiendo que ante un evidente quiebre entre Primero Justicia y Voluntad Popular, y ante una toma de exmasistas a UNT su sucursal regional, pareciera que la única opción a pesar de las eternas descalificaciones y desplantes (recordemos a Allup abrazado con un Capriles de cartón en plena campaña ya que Capriles nunca se quiso tomar la foto con los adecos) es Primero Justicia encabezado por Capriles.

El segundo “caza güire” del que también advertimos en escritos del 2012 es Henri Falcón, que como jefe de campaña de Capriles en la primera tanda presidencial, lo único que hizo fue acumular fuerzas con el fin de iniciar su proyección con base en su legítima aspiración presidencial, esperando convertirse en una especie de “tercera vía” que sume chavistas y opositores descontentos. Detrás de Henri se encuentran en este momento UNT (timoneado por un ala de exmasistas), el MAS, La Causa R, posiblemente COPEI y Voluntad Popular que como “maraca sin palo” ante la posibilidad de que Leopoldo no pueda ser su figura estelar hacia una contienda electoral próxima, pero con una cantidad de votos opositores acumulados por la “solidaridad” con Leopoldo, se verá obligada a tributarlos a Falcón y no a quien hoy es su objetivo derrotar a lo interno de la oposición.

Al final, aunque queda mucha agua que pase por el río, lo cierto es que más allá de estar o no de acuerdo con la violencia política como método para “derrocar el régimen” como les place expresar a la cúpula opositora, la concepción neoliberal de todas estas tendencias o fracciones sólo se diferencian por el actor que encabeza su práctica, descartando por lejos que alguna de estos representantes opositores signifique algún atractor para una “tercera vía”n o sólo para la base opositora, sino para el chavismo Light, descontento y menos aún el chavismo crítico.

Por tanto, aún cuando la oposición pueda ser hoy mayoría circunstancial, en términos electorales le será difícil traducirlo en votos, al menos que dentro del chavismo se sigan cometiendo errores irreparables.



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Nicmer Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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