Amuay o la teodicea

Escribo este texto de un tirón, y va como salió porque  ¡Dios, cuánto dolor embarga a la comunidad nacional, a las personas de buena voluntad por esto que ha significado la tragedia de Amuay. Y frente a ese evento caben muchas posturas. Según cómo nos afecte, y hasta hay quienes que más que gente  parecen los bárbaros potros de Atila de habla el poeta Vallejo en su famosa creación del paréntesis del título, oscuros heraldos que celebran la muerte y pretenden en medio de la conmoción halar la brasa para su sardina, actitud deleznable, cruel e inhumana. En realidad, ¿cuándo la gran burguesía y el capitalismo ha tenido humanidad? Pero la posición tética, la lógica de sentido y la cosmovisión frente a tal  hecho, como lo real dado que tenemos ahí y de cómo asumamos la gestión antrópica, esto es, la noción de cómo comprendamos la relación del hombre con el medio físico natural: aprehensiva o abierta, sustentable o crematística, propia de la razón instrumental de aprovechamiento desmedido, como dicen Lenin Cardoso y Alvaro Márquez en un libro que estudiamos en Misión Sucre la otra vez con los chicos del Programa Gestión Ambiental en la población de Siquisique, estado Lara, y que por cierto hay que felicitar por que ya se graduaron, dependen en mucho las reacciones.

Y sobre esto último es de destacar, por su puesto, como relevante, la actitud del Comandante-Presidente Chávez quien asumiendo el liderazgo ante la turbación y el dolor ha dicho que a la pregunta gallegueana de “Con quién vamos”, la respuesta inequívoca es, desde la opción cristiana,  “Con el Viejito”, con Dios y la Virgen, pues; pero a Dios rogando y con el mazo dando: el alto gobierno se ha esforzado por hacer justicia y amparar al pueblo digno en momento de abatimiento y dolor indecibles; y es aquí donde entra la palabrita esta de la “Teodicea”, que estudiáramos alguna vez pero para su mayor inteligencia recurrimos a Google y una fuente electrónica  cita que Leibniz fue su fundador y advierte que es una “rama de la filosofía (…) cuyo objetivo es la demostración racional de la existencia de Dios mediante razonamientos, así como la descripción análoga de su naturaleza y atributos”, de hecho uno de los libros más famosos de este tal Leibniz (1646-1716) se llama “Ensayo de teodicea. Acerca de la bondad de Dios, la Libertad del Hombre y el Origen del Mal”… pero, en  síntesis, la palabra  Teodicea, su autor y concepto elemental viene a cuento, como se dice, porque en Venezuela siempre tenemos en la boca a  Dios, al Dios cristiano, decimos, y ante estos eventos devastadores hemos recurrido a EL en oración mental y pública y hasta cual modernos Job hemos preguntado seguramente cosas graves, propias de un alma desgarrada.

¿Es justo que muera tanta gente e incluso amigos o familiares en eventos como el que comentamos?  O,¿ por qué se producen esos eventos catastróficos y cómo actúa la libertad del hombre en semejantes contextos? ¿O es que esas comunidades se asientan por coacción en las adyacencias de las instalaciones petroleras potencialmente peligrosas?  E igualmente preguntar ¿qué nos “dirán”, por así decir, esos desastres, naturales o por las pretensiones de “domeñar la naturaleza”; como señala José Ortega y Gasset en su “Meditación sobre la técnica” y principalmente por el agua y el fuego? Que son dos elementos que desde antiguo, según recordamos con Jorge Luís Borges desde antiguo los hombres los ven con reverente asombro y temor por su eventual fuerza destructora y al propio tiempo propiciadores de grandes bienes a la civilización humana. En fin, aquí la cuestión es ¿por qué el buen Dios permite estas cosas? Son, pues, situaciones límites…Pero según el Salmo 33 debemos probar y ver qué buenos es el Señor…

Según La Enciclopedia Católica a la acudimos en busca de luces “el mal en el mundo no está  en conflicto con la bondad de Dios, que de hecho, no obstante sus muchos males, el mundo es el mejor de todos los mundos posibles”; de allí  que los compatriotas afectados por la pérdida de un amigo o familiar, que nos fácil, ese dolor no debe conducir a la desesperación. Volviendo a citar al Presidente Chávez, y ahí es donde uno comprende por qué es el líder que es, ha pedido que por sobre ese dolor hay que elevar el espíritu, buscar fortalezas, recordar aquello de san Pablo de que “cuando soy débil es que soy fuerte”; que si se agotan las fuentes del conocimiento racional conviene aferrarse a la verdad revelada. Así dice el Evangelio:”Por aquel tiempo exclamó  Jesús: (…) Vengan a mí los que están cargados y agobiados, porque yo los aliviaré”,(Mateo,11:28). Recurramos a Él, pues, ya quela dimensión espiritual, trascendente o metafísica no debiera obviarse en este y todos los momentos.

Estas frases, reflexiones y citas pudieran interpretarse como parte de lo que un conocido experto en sociología de la cultura de cuyo nombre no quiero acordarme, da en llamar el bálsamo que ofrecen las religiones, o un ejercicio de la sensibilidad religiosa, que permiten mitigar en algo el dolor, ya que recordando también a Vallejo: “Hay golpes en la vida, tan fuertes…/¡Yo no sé!/  Golpes como del odio de dios/ como si con ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma…/¡Yo no sé! Son pocos; pero son…/ Abren zanjas oscuras/ en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte/  Serán tal vez los potros de / bárbaros Atilas; / o los heraldos negros/ que nos manda la Muerte/ Son las caídas hondas de los Cristos del alma/ que alguna fe adorable que el Destino blasfema/ Esos golpes sangrientos son las crepitaciones/ de algún pan que en las puertas de horno se nos quema/ Y el hombre…Pobre…pobre!/ Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombre/ nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo/ lo vivido/ Se empoza como un charco de culpa, en la mirada/ Hay golpes en la vida, tan fuertes…¡Yo no sé!

Para cerrar recordemos que el factor religioso en la sociedad tiene su función e inclusive de acuerdo con Marx en sus Manuscritos Económicos y filosóficos de 1848, señala que la religión es el corazón de una sociedad sin corazón, según  Otto Maduro en un libro suyo que leímos hace algunos años ya, ¿vale?

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Luís Saavedra

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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