"La historia me absolverá" Fidel Castro

Fidel Castro cumpliría 97 años; es oportuno recordar su contribución, y en qué consiste. No fue sólo líder cubano, caribeño y latinoamericano, sino del anticolonialismo mundial. Fue uno de los jefes de estado de países en desarrollo que han enfrentado con verticalidad la agresividad del imperialismo norteamericano, en su caso desde una isla caribeña ex-colonia de Estados Unidos. Los enfrentamientos comunistas con el capitalismo mundial han sido titánicos y producido dirigentes de procesos revolucionarios, y después del estado, que superan por mucho los demás políticos e inauguran fases históricas. Fidel fue uno de ellos. El actual ascenso del Sur global se debe, en medida considerable, a su influencia.

En su tiempo la productividad de la humanidad aumentó exponencialmente –el Producto Interno Bruto global creció de 1,392 billones de dólares en 1960 a casi 100,000 billones en 2023– mostrando las posibilidades de progreso de los pueblos sometidos, es decir, la mayoría del mundo, si cambiaran las relaciones internacionales. Los países más ricos del Norte global ahora se dedican mayormente al consumo y despilfarran enormes masas de dinero. Las regiones más pobres son África sub-Sahara, América Latina, y el sur de Asia.

Comparable a la Revolución Haitiana y uno de los acontecimientos más importantes del siglo XX, la Revolución Cubana inauguró el rol dirigente de las clases populares latinoamericanas contra el imperialismo norteamericano, el cual ha considerado al hemisferio su traspatio privado. Cuba inició el viraje gradual hacia políticas de izquierda y progresistas de los estados de América Latina y el Caribe, que vemos hoy, e inspiró corrientes socialistas que se hicieron gobierno en Venezuela, Nicaragua y Bolivia, e influencian otros gobiernos de la región.

El líder de la Revolución Cubana sirvió de inspiración a sucesivos movimientos populares – afrodescendientes, religiosos, campesinos, indígenas, obreros, estudiantiles, guerrilleros– en el Caribe y Norte y Suramérica. Poseedor de gran energía intelectual y física desde joven, se mantuvo interviniendo y escribiendo –sobre ecología, recursos energéticos, relaciones internacionales, la crisis estadounidense, la economía cubana– hasta sus últimos años.

Fidel Castro fue intelectual de las complejas cuestiones de la dependencia, la transición a la soberanía económica, el poder popular, la construcción nacional, las alianzas. Insiste en usar diferentes formas de lucha, el intelecto colectivo y la formación de dirigentes. Aprecia la sabiduría campesina, así como la alta tecnología. Aborda la unidad entre los cubanos residentes en Estados Unidos y los de la isla fundada en el amor a la patria. Organiza un sistema inexpugnable de defensa nacional, contrainteligencia, e inteligencia respecto al terrorismo yanqui. Cumple la tarea que tiene asignada un dirigente del estado moderno: asegurar la sobrevivencia y progreso del estado.Esa generación que tendrá el ejemplo de gobiernos buenos, de hombres leales, de patriotas enteros que no se humillarán ante nada ni ante nadie, esa generación es la generación con que soñamos nosotros, es la generación donde :

—Como decía el poeta, en los versos que fueron aquí declamados—

"Crecerán los niños que serán como imágenes de los hombres que han caído"; los niños que serán como El Che, "Si queremos expresar cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¡Que sean como el Che! Si queremos expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras generaciones, debemos decir: ¡Que sean como el Che! Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilación: ¡Queremos que se eduquen en el espíritu del Che! Si queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, ese modelo es el Che! Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: ¡Queremos que sean como el Che!"

El imperialismo norteamericano, asegura el comandante cubano, eventualmente será aislado. Derrotarlo es prioridad de la humanidad.

Son legendarias su perseverancia y sagacidad política en el proceso de la Revolución Cubana. Después del ataque al Cuartel Moncada en 1953, el Movimiento 26 de Julio encabezó una movilización anticolonial multi-clasista. Líder guerrillero y de masas, y él mismo medio de comunicación incansable, Fidel articuló la memoria de las luchas cubanas del siglo XIX contra España a las de aquel presente, reuniendo la conciencia y la emoción de las clases populares con el símbolo nacional. La unidad entre la pequeña burguesía radicalizada y las clases trabajadoras de la ciudad y el campo generó la propuesta socialista. Fue una inaudita rebelión en el sistema norteamericano. La burguesía y otras secciones de la sociedad cubana se unieron a la contrarrevolución.

Después del triunfo en 1959 vino la larga epopeya, que continúa, de construir la economía nacional y a la vez hacer frente al estado yanqui, un estado gángster, según lo ha calificado Michael Parenti –con relación al asesinato de Kennedy– por su deslizamiento fácil y explícito al crimen, el asesinato, el terrorismo y la guerra. El bloqueo comercial, muestrario de la crueldad racista de Washington, persigue no sólo abrir una brecha entre el pueblo y el Gobierno cubano, sino que la Revolución Cubana sea un contra-ejemplo, una advertencia: mira lo que te pasará si desafías nuestro sistema; sufrirás miseria y escasez, y dudarás de los ideales que te llevaron a rebelarte.

El bloqueo hace difícil para Cuba producir riqueza suficiente para el mercado interno y el intercambio internacional, no digamos ya construir el socialismo. Alejar a Cuba del socialismo es una meta del bloqueo. Mientras no haya productividad y abundancia suficientes para una sociedad comunista –según la teoría marxista, pensada originalmente para los países europeos industrializados– desafortunadamente seguirán existiendo las clases sociales y la desigualdad. En el Caribe la pobreza extrema lleva cinco siglos; en Cuba también, aunque en una situación nueva. Fidel insistió desde los años 60 –incluso indirectamente en su discurso ante el tribunal en 1953, «La historia me absolverá»– en que el desarrollo de los países sólo es posible contra el imperialismo. La miseria y el atraso resultan de un régimen de comercio y política encabezado por el imperialismo.El proceso es contradictorio y controvertible.

Ahora es más claro que la lucha de clases se expresa en la lucha entre estados. Que las naciones vengan obligadas a desarrollarse choca con el sistema occidental, tarde o temprano. Los países ricos descansan en el capital, el dinero, la banca y el consumo. Las economías de «servicio» en zonas del Norte global dependen de economías productivas –agrícolas e industriales– en el Sur. La «civilización occidental» debe imponer sus monopolios financieros, agroindustriales y mediáticos, y omitir toda mención de socialismo.

Como el imperio británico o el nazismo alemán, Estados Unidos añora la dominación global total. De aquí su guerrerismo, sus armas nucleares, químicas y biológicas, y su amplia red de oscuros contubernios. Es apta la metáfora del Ayatola iraní y del venezolano Hugo Chávez, de que el imperialismo yanqui es el mismísimo Satanás: un significante de destrucción de la sociedad humana y la naturaleza, y de indiferencia moral.



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Antonio J. Rodríguez L.


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