El Reportero del Pueblo

La Unidad China con EEUU, se llama Taiwán

* Fundada por los colonizadores españoles, la antigua isla de La Formosa, debe mantener su criterio económico en el sistema globalizado. El fin del gobierno madurista convalida por no aliarse con quien debe aliarse y, no con comunistas anárquicos, mientras Cuba busca despegar hacia nuevos horizontes socialistas. En una dualidad de criterios, desde las vivencias del Che Guevara.

Ma Xiaoguang, portavoz de la Oficina de Asuntos para Taiwán, ha hecho referencia a los últimos acontecimientos acaecidos en Cataluña para insistir en que la independencia taiwanesa no tiene cabida. "El fracaso del referéndum de Cataluña muestra por completo que la protección de la soberanía nacional y la integridad territorial es un interés nacional primordial, tanto para los países de Occidente como para los países del Este. "Así que la independencia de Taiwán está abocada al fracaso", ha añadido, en declaraciones. Si hubiese que trazar un mapamundi de la industria tecnológica, Asia ocuparía la mayor parte del dibujo. Varios países del continente se han posicionado como referencias principales en la materia. Desde China, el gran productor de componentes para electrónica de consumo y responsable de poner patas arriba el tradicional reparto de poder en el mercado de los 'smartphones'; hasta Japón, Corea del Sur o Taiwán, respectivos hogares de los mayores fabricantes del gremio. Son lugares exóticos que muchas veces son tomados como referencia en innovación y en adopción de nuevas tecnologías. "China comprende y apoya los esfuerzos del Gobierno de España por proteger la unidad nacional y su integridad territorial". Esta fue la declaración institucional de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying, a propósito de la declaración unilateral de independencia de Cataluña, que luego se suspendió, se volvió a declarar y que ahora la presidenta del Parlament catalán, Carme Forcadell, asegura que no fue nada más que un hecho simbólico. Ahora, ante la posibilidad de que Taiwán insista en su intención de abandonar el gigante asiático, Pekín ha vuelto a lanzar otra advertencia.

Desde que se elevó la tensión en Cataluña, en vísperas del referéndum del 1 de octubre, el Gobierno chino ha venido recordando que, si bien se trata de asuntos internos de España, Pekín siempre se opondrá a "actividades separatistas y contrarias a la ley".

Cataluña se presenta ahora como un ejemplo que sirve al Gobierno de Xi Jinping para tratar de frenar los intereses independentistas en Taiwán, más aún desde que Tsai Ing-wen, líder del Partido Demócrata Progresista, de marcado carácter independentista, asumió la presidencia el pasado mes de mayo. Su formación es partidaria de que el futuro de Taiwán lo decidan sus 23 millones de habitantes, y ella misma defiende mantener el statu quo actual que define Taiwán como una región libre democrática.

Tsai venció en las últimas elecciones presidenciales con un aplastante 56,2% de los votos, más de 25 puntos por delante del candidato del Partido Kuomintang. La postura de la presidenta taiwanesa es afín a mantener una buena relación entre Taipei y Pekín, pero el Gobierno chino ya ha advertido en más de una ocasión de que combatirá y tratará de frenar cualquier actividad que tenga como objetivo la secesión y la independencia. "No permitiremos en absoluto la secesión de la isla de la patria, en ninguna forma y bajo ningún nombre".

China, entretanto, ve a Taiwán como una provincia rebelde desde que los nacionalistas se retiraron a la isla tras la guerra civil de 1949 contra los comunistas, que finalizó con éstos controlando la China continental y aquellos, en los territorios insulares, salvo Hainan, bajo control del Partido Comunista Chino (PCCh). Además, desde que Tsai llegó al poder, Pekín ha sido reacia a los viajes oficiales de la presidenta taiwanesa, a la que consideran que quiere acercar posiciones con otros países para presionar a favor de una independencia formal de la isla de Taiwán. Tsai, no obstante, dice que su intención es únicamente defender la seguridad y la democracia en la isla.

El caso catalán le ha valido a China para subrayar aún más su postura hacia un país unido y sin escisiones. El pasado 1 de octubre, Cataluña convocó una consulta popular para decidir acerca de su futuro, si bien desde el Gobierno central la orden era tratar de impedirlo. Esto provocó cierre de colegios electorales, incautación de urnas y una lista considerable de heridos en enfrentamientos con las autoridades policiales. A pesar de que, después de varios días, el Govern catalán decidió anunciar la declaración de independencia que venía anunciando desde hacía tiempo, el entonces presidente, Carles Puigdemont, la suspendió para buscar diálogo con el Gobierno central.

Sin llegar a ningún acuerdo y sin conseguir este diálogo, el Parlamento volvió a declarar la independencia, pero entonces el Gobierno de Mariano Rajoy encendió la maquinaria para activar un artículo de la Constitución nunca utilizado hasta el momento, el 155, con la intención de restablecer el orden constitucional. La celebración del referéndum y la declaración de independencia han llevado a Cataluña a encontrarse en una situación compleja, con más de medio Govern en prisión, con el 'expresident', cesado por el Gobierno central, 'exiliado' en Bruselas y con una convocatoria de elecciones autonómicas viendo el futuro.

Cuando Henry Kissinger habla de China parece un adolescente cantando las virtudes de su enamorada. Seguro que desaprueba que Donald Trump haya dejado que Tsai Ing-wen, la presidenta de Taiwán, le felicitara por teléfono. El gesto tira por la borda cuarenta años de política norteamericana respecto a China, una política que el propio Kissinger ayudó a pergeñar.

Cuando Nixon ganó las elecciones de 1968, era creencia común en Occidente que el bloque comunista era uno y que la URSS y China actuaban de consuno. Kissinger sabía que no, que ambos colosos rojos se tomaban el chocolate de espaldas y se temían el uno al otro más de lo que temían a los Estados Unidos. Kissinger convenció a Nixon de entablar relaciones diplomáticas con la China Popular. La iniciativa fue un éxito gracias a eso de que los enemigos de mi enemigo son mis amigos. Aunque Reagan acabara llevándose con justicia el mérito, fue Nixon quien empezó a ganar la Guerra Fría cuando estrechó la mano de Mao.

No obstante, quedó el problema de Taiwán, la única China que hasta entonces habían reconocido los Estados Unidos. Finalmente, en la época de Carter, el problema se resolvió admitiendo que sólo había una China y que ésta estaba representada por el Gobierno de la China Popular. Taipei y Washington rompieron relaciones, aunque los Estados Unidos mantuvieron el compromiso de proteger la isla de cualquier intento de invasión desde la China continental. Taiwán consintió la nueva situación casi de buen grado por estar de acuerdo con el punto de partida, que China no hay más que una.

Dejarse felicitar como ha hecho Trump por la presidenta Tsai es tanto como negar la ficción en la que se han fundado las relaciones sino-estadounidenses hasta ahora. Porque si Tsai es la presidenta de un país soberano, una de dos, o Taiwán y China son cosas distintas, que es algo que ninguna de las dos admite, o si son una sola y su presidenta es Tsai, a ella corresponde representarla.

Como ocurrirá con frecuencia con Trump, la prensa de izquierdas ha atribuido el gesto a la torpeza e ignorancia del presidente electo. Mientras, en Beijing simulan creer que todo se ha debido a un error. Sin embargo, parece que la llamada estuvo perfectamente preparada. Si así fuera, sería evidente que Trump quiere revisar las relaciones de su país con China. Es probable que se esté limitando a buscar una excusa para obstaculizar las importaciones de aquel país y obligar a los fabricantes norteamericanos a abrir plantas en los Estados Unidos. Pero también cabe que sus objetivos tengan además alcance estratégico y quiera hacer frente más enérgicamente de como lo ha hecho Obama a las crecientes ambiciones geopolíticas del gigante comunista. Sea como fuere, Europa se vería obligada a decidir qué hacer y no faltarán las presiones a favor de imitar la política proteccionista de Trump para amparar a los trabajadores que han perdido o temen perder sus trabajos en las fábricas europeas.

María Cruz Berrocal es investigadora en el Zukunftskolleg de la Universidad de Constanza y asociada con el Departamento de Historia y Sociología y el foco de su investigación es un asentamiento en la pequeña isla de Heping Dao, que pertenece a la ciudad de Keelung en el norte de Taiwán. Las excavaciones, realizadas en este sitio desde 2011, han recuperado importantes artefactos arqueológicos. Documentos de la historia de la presencia humana en la isla: desde la historia temprana en adelante, la región jugó un papel importante para Taiwán y también fue influyente durante la era de la colonización europea.

San Salvador de Isla Hermosa fue fundada como una colonia española en Heping Dao en 1626 y más tarde fue tomada por los holandeses. Los chinos finalmente anexionaron el territorio, seguido por la ocupación japonesa hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

Los españoles vivieron en el asentamiento desde 1626 hasta 1642. Las excavaciones del grupo de investigación internacional de María Cruz Berrocal dieron mucha más evidencia de la temprana presencia e influencia europea de lo esperado. Los arqueólogos descubrieron los cimientos de una iglesia o convento cristiano y el cementerio asociado. "Nuestros hallazgos demuestran que esta colonia no desempeñó un papel marginal: Taiwán fue una coyuntura para las relaciones comerciales en la región del Pacífico y por lo tanto un centro de interacción extensa", explica María Cruz Berrocal en unas declaraciones recogidas por EP.

Las excavaciones, con la más reciente de septiembre a noviembre de 2016, han descubierto hasta ahora seis entierros y otros restos humanos dislocados cerca de la iglesia. En noviembre de 2016, los arqueólogos desenterraron un esqueleto de una persona fallecida que fue enterrada con las manos dobladas en oración. "Estos son los primeros enterramientos europeos de este período descubiertos en toda la región de Asia y el Pacífico y contienen los primeros restos humanos documentados. El cementerio colonial que desenterramos es también el más antiguo de la región", dice María Cruz Berrocal.

El análisis de los huesos humanos y especialmente de los dientes está revelando un cuadro multifacético. La información biográfica convincente, como el origen geográfico, la dieta y la historia clínica se pueden recolectar mediante análisis isotópico y botánico de restos dentales, así como el examen del ADN conservado de patógenos. El análisis isotópico está siendo llevado a cabo por la Dra. Estelle Herrscher de Francia y el análisis botánico por el Dr. Alexandre Chevalier del Colegio Belga de Ciencias. Johannes Krause, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana en Jena, Alemania, está analizando el ADN humano y patógeno.

Los restos vegetales también están proporcionando información importante ya que muchas especies de plantas nuevas fueron introducidas en la región del Pacífico por los europeos.

Los hallazgos iniciales indican que los restos humanos pertenecen probablemente a personas procedentes de Europa, Asia y posiblemente de África. Dado que también estaban interactuando con la población nativa de Taiwán en Heping Dao, es importante llevar a cabo más investigaciones aquí con el fin de discernir el impacto que experimentaron como resultado de la colonización europea. Los análisis adicionales proporcionarán un cuadro más completo de la historia temprana de esta región.

"Los resultados demuestran que estamos tratando con un centro de globalización temprana aquí. La construcción de estilo español de la iglesia ilustra que esta colonia era tan importante para la Corona española como otras colonias establecidas en otros lugares, como en las Américas, por ejemplo. Su intento de ganar un punto de apoyo a largo plazo en la región del Pacífico fue en última instancia frustrado, por lo que los historiadores desde entonces han asumido que Taiwán sólo desempeñó un papel marginal, pero no es así", concluye María Cruz Berrocal.

Naturalmente, a los políticos españoles, ocupados como están en averiguar si somos una nación o varias, esto ni les va ni les viene. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió este domingo nuevamente contra China en medio de las críticas que ha recibido en los últimos días desde Pekín por su reciente conversación telefónica con la mandataria de Taiwán, Tsai Ing-wen, informa Efe. Una Corporación periodística.

Así que, debemos entender que, somos una unidad globalizada en economía y la influencia española fue exitosa, porque eran verdaderos conquistadores de Asía y Europa, sin olvidar América, nuestro virgen Continente, habitado por una gran población indígena desde los Mayas, Aztecas e Incas como pináculos de una cultura. La investigación dirigida por María Cruz Berrocal, de la Universidad de Constanza, está comenzando a llenar este vacío. Las excavaciones arqueológicas de Cruz Berrocal en un asentamiento en el norte de Taiwán han traído una nueva perspectiva sobre la colonización de la región del Pacífico a la luz: la pequeña colonia española de San Salvador de Isla Hermosa fue un primer lugar globalizado.

La Isla de Taiwán, conocida antiguamente como Formosa, está situada frente a las costas de China, separada de ésta por el estrecho de Taiwán. Tras la guerra civil entre el Kuomintang (partido nacionalista) de Chang Kai-shek y el Partido Comunista de China de Mao Zedong, que se hizo con el poder en el continente (China Continental), el bando derrotado se refugió en Taiwán. Desde entonces, el antiguo régimen chino se ha mantenido en Taiwán, con una compleja situación jurídica y diplomática, aunque en la práctica es un Estado independiente parcialmente reconocido como República de China. En el pasado, los investigadores han prestado poca atención a la colonización europea de Asia Pacífico a partir del siglo XVI, lo que ha llevado a una escasez de modernas investigaciones antropológicas, históricas y arqueológicas, así como a las ideas sobre este período de proto-globalización en esta región del mundo.

Pekín urgió a Washington a mantener su compromiso con el principio de una "sola China" y le pidió que maneje "cuidadosamente" los asuntos relacionados con Taiwán para evitar "daños innecesarios".

El acuerdo de libre comercio entre la UE y EEUU, conocido por sus siglas TTIP, ha vuelto a poner sobre la mesa uno de los debates económicos más polémicos de los últimos tiempos. Innumerables periodistas, activistas y asociaciones políticas se han postulado en contra de la desregulación del mercado transnacional por parte de las autoridades públicas.

En este sentido, fueron notorias las declaraciones de Juan Torres López, catedrático de Economía Aplicada y artífice del primer borrador económico de Podemos: "Incluso la teoría económica ortodoxa no ha conseguido demostrar que el libre comercio sea mejor que otro régimen comercial, salvo en condiciones de competencia perfecta que es imposible que se den en la realidad.".

La declaración de Torres López es incierta y deja entrever una clara anteposición de la ideología al estudio científico de la economía. La Academia ha dado respaldo al libre comercio internacional desde prácticamente todas las escuelas de Economía, incluyendo aquellas que no comparten la idea de la existencia del mercado de competencia perfecta.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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