Eso se llama falsa conciencia

En realidad no me sorprende en nada lo sucedido con el General en Jefe Baduel, sé que el tiempo histórico lo juzgará y que nosotros debemos entender que estamos en un momento de alternativas políticas y que como lo he venido informando estamos infiltrados por una cantidad de individuos que se mantienen dentro del proceso porque se están aprovechando y lucrando a costillas de él y nadie toma las medidas para corregir y limpiar esa asquerosidad.

Se cometen errores políticos al dejarnos conducir por una marea intempestiva, anárquica, no se escuchan las criticas, ni se hace caso de que a estas alturas hablamos de una revolución que padece del mal terrible al no contar con una doctrina de base. ¿Es eso posible?. Padecemos la falta de una organización verdaderamente revolucionaria, de una base dentro de la cual podamos sostenernos, de un orden y una disciplina que se preocupe por los asuntos internos que nos están destrozando y porque se señale y se corrijan esa serie de calamidades que carcomen, pero que a nadie les duele. Esa perdida de fuerzas y hombres, tienen un común denominador: Construimos cantidades de sujetos abstractos, es decir, conciencias falsas y esas han sido las consecuencias y las desbandadas desde que trabajábamos en el movimiento Bolivariano Revolucionario 200.

Una revolución sin ideología propia, pero con todo un volcán de metáforas, nos pondrá en duras polémicas, nos mantendrá en profundas confusiones y estaremos como lo decía Helvetius: “Los prejuicios de los grandes son las leyes de los pequeños” . Estoy plenamente convencido de que la mayoría de los que hoy están hablando de los defectos del proyecto de constitución propuesto por el señor Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, lo hacen porque naufragan en un vacío súbito de interpretación y se contradicen flagrantemente, precisamente porque hemos carecido de base ideológica que soporte lo que hoy estamos construyendo.

Quienes entendemos el camino que marca el señor Presidente sabemos que llevamos una practica segura y beneficiosa para la nación, estamos en pleno proceso de transición que las falsas conciencias no van a entender ni mucho menos aceptar, entonces se quiere convertir al líder en un monstruoso comunista, en un opio del pueblo, en un religioso laico, con lo cual buscan desvirtuar y desprestigiar su carácter legitimo de hombre científico y constructor. Por eso nada de extraño tiene lo que hoy está ocurriendo, nosotros debemos todos de preocuparnos y buscar la corrección de errores, para nosotros tiene que ser importante lo cualitativo y no lo cuantitativo porque eso nos lleva a un apocalipsis que sin ninguna duda nos acercaría al fin del proceso.

No soportaría que repitiésemos esa triste historia venezolana donde las luchas se convierten en estériles y provechosas para los sectores dominantes, solo por el simple hecho de que naufraguemos en un mar de inconsciencia, de dogmatismo y triunfalismo fatal.

No hagamos un idealismo ahistórico, quiero decir, de creencias sin creer, excluido de todo juicio y abundante de prejuicios, ya lo hemos señalado e insistido, el camino es bolivariano y nuestra doctrina base es el árbol de las tres raíces, ella no es una teoría empírica, ella es en suma ideas de las acciones de tres venezolanos que lucharon por nuestra libertad, justicia e igualdad, tiene razón política, social, económica y cultural, ella va dirigida contra la ideología explotadora, y es ahora mas autentica y continuadora de todos nuestros valores como nación.

Nuestros dirigentes tienen que destacarse por su lucha contra la incapacidad donde ella se encuentre, particularmente en su propio pellejo. Esto es lo único que garantiza el triunfo en el combate.

“La ingratitud es el crimen más grande que pueden los hombres atreverse a cometer” SIMON BOLIVAR.


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Víctor J. Rodríguez Calderón


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