Opinión y opinadera

De mucho andar se rompen los zapatos, de mucho hablar no se dice nada y de mucho opinar se agota el discurso. Afortunadamente en los nueve años de gobierno revolucionario se han roto paradigmas inimaginables en cuanto a la participación de gente no representativa de nada ni nadie, de gente que lo único que hace es eso, exponer sus ideas acerca de cualquier tema o conjunto de reflexiones. Muchos link o grupos se han formado para la opinión y la participación, dando cabida a quien no cuenta con otro medio para hacerlo. De esta manera irrumpe Aporrea como medio alternativo y espacio si no para el debate en el sentido estricto del término, para la publicación de información de calle, de apoyo a la revolución bolivariana.

Dos temas han llenado los espacios citados desde su puesta en escena por el presidente, nos referimos al Socialismo del Siglo XXI y a la construcción del Partido Unido de la gente que apoya el proceso de cambios y transformaciones. Por supuesto que de ellos se desprenden subtemas y derivados. Intercambiando ambos como noticias fuente, otros temas del día a día de la información.

Lamentablemente, lo que tiene que ver con tratamientos de lo ideológico, de moral y luces, por ejemplo, son los menos leídos, en el contador está alguna prueba de ello, los títulos rimbombantes llaman la atención por aquello del impacto o el punch de ese titular, es algo si se quiere natural que sea de esa forma. Ahora bien, bajo seguimiento de escritos y opiniones a veces muy limitadas en espacio y contenido, he llegado a la aproximación de una conclusión que es la siguiente: De un momento hasta la fecha, se desconocía los conocimientos que sobre marxismo, comunismo y socialismo existía en mucha gente, lo que me hace presumir, que un fenómeno escondido al fin surgió de las cenizas, floreció y en buena parte está dando aportes a la temática en cuestión, en otros, la contribución es dañina y contraproducente.

Hasta aquí todo parece inobjetable y necesario. Quienes se declaran marxistas, no porque lo dicen, sino la manera de exposición y conocimientos vertidos en la bandeja de la discusión vuelven a caer en la sintomatología del dogmatismo de izquierda (No hay nada más cerca de la derecha que el extremismo de izquierda). Hay otros que se dicen marxistas leninistas que se rasgan las vestiduras en una especie de competencia del conocimiento tautológico y universal. A ambos les digo, sin temor a las respuestas correspondientes, que le hacen un flaco servicio a la construcción del socialismo a la venezolana que es en lo que creo realmente.

Muy raras veces se observa alguna alusión al contenido libertario y verdaderamente democrático del texto constitucional, como si en un futuro no muy lejano debe ser abolida y sustituida por un manifiesto socialista o comunista bien sea el caso. Es hora de hablar claro y por la calle del medio, el socialismo venezolano no puede ser otro distinto al camino que el mismo vaya creando, bajo la condición inaplazable de la libertad tal como se describe en el texto constitucional, me dirán que esto se parece a una exposición opositora, ojala existiera una oposición que encarara estos temas en propiedad.

Señores no tengamos temor de lo que decimos, el socialismo venezolano es el posible, no el que algunos creen que será en alcances y profundidad, descartemos lo que queremos y veamos la realidad. Opinar es materia para la contribución de todo tipo de debate, es necesario siempre y cuando, he allí el dilema, sea parte del todo, es decir, que a quienes va dirigido el mensaje, tomen para si lo que les dice, lo tramiten y aumente el acervo cultural y personal, generalmente quien opina de buena fuente y creación lo hace en uno o dos temas.

La opinadera, es otra cosa, se trata de resabios a veces apoyados por la verdad comunicacional o textual, se opina y dicen cosas no importa la materia que sea, en otros casos, se le hace un flaco servicio al objeto del debate. Lo que me ha llamado la atención, es la proliferación de profesores en gramática, semiología, medicina, marxismo, troskismo, alimentación, tautología, medio ambiente, o lo que sea, convertidos en auto árbitros de todo lo que se escriba u opine. El problema no está allí, la mayoría de veces se atenta contra la libre opinión sencillamente por no estarse de acuerdo, se arremete de manera directa contra el autor, eso lo he llamado talibanismo (extremismo), por la adjetivización que se le ha dado en occidente, no por lo que significa la palabra en si mismo.

En cuanto al primer tema, construcción del socialismo del siglo XXI, nos cansaremos de opinar si debe ser de esta forma, se recogen textos de cualquier origen y autores clásicos, neoclásicos, marxistas, neomarxistas, Che Guevara, Galeano, Mariategui, Dieterich, Troski, Gramsci, se evoca a los libertadores de América, H. El Troudi, Nuñez Tenorio, entre muchos otros, no se toca para nada, la labor que realiza William Izarra sobre la Democracia Directa y la necesidad de la generación de conciencia revolucionaria. Los motores irrumpen como orientación y necesidad histórica fundamentalmente Moral y Luces, en fin todo lo que conlleve a la creación del hombre y mujer nuevos.

En cuanto a lo fundamental, que es, el sistema eleccionario y el texto constitucional, salvo que se piense en abolirlos, en lo que no creo, poca mención se le ha hecho. No se llegó al poder por las armas, por el contrario el proceso ha sido pacífico en cuanto al ejercicio del poder durante nueve años, y es importante señalar, que todo lo que se sustraiga de allí, forma parte de lo inédito, de la creación, de ese camino que es el socialismo del siglo XXI. Por cuanto y tanto la opinadera sin agresión y descalificación se puede convertir en opinión, es lo sensato.

rafaelfebles@yahoo.com


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Rafael Febles

Economista. Msc. Seguridad Social. U.C.V.. Militante revolucionario. Locutor. Articulista Correo del Orinoco. Poeta y escritor de la revolución bolivariana

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