A propósito de ser ciego

Triunfo de Rafael Correa y Lenin Moreno no será válvula de oxígeno para Nicolás Maduro

Desde hace un tiempo hemos venido alertando en diferentes artículos que Maduro no sólo enterró el llamado socialismo del siglo XXI {1}, sino que luego en forma consecutiva pronosticamos que Scioli perdería con Macri en Argentina {2}, explicando en detalle las razones de tal derrota {3}, e incluso sobre Ecuador una vez que Lenin Moreno no pudo obtener el triunfo en primera vuelta, pese al excelente desempeño de Rafael Correa, razón por la cual, nos adelantarnos sobre lo que también podría suceder en el país meridional {4}.

En efecto, conocidos los resultados de la segunda vuelta (balotaje) en las elecciones presidenciales de Ecuador, quien no quiera aceptar que Maduro es el principal responsable de esta debacle, pues que siga en su mundo lleno de espejismos. De hecho, Televisora del Sur (Telesur) al meterse con sus mentiras en relación con tratar de engañar al electorado de ese país sobre las condiciones de Venezuela, le hizo un débil favor al candidato de Alianza País (AP), el cual ya estaba muy afectado por su negativa en condenar los abusos del madurismo, colocando incluso en riesgo su posibilidad de triunfo.

Cuando se estudian los fenómenos de respuestas geopolíticas en el ámbito mundial, las mismas en su mayoría responden por los hechos que se generan en un espacio determinado. Así ha sido en la historia de la humanidad, y en nuestro cono latinoamericano, los procesos de independencia tuvieron su punto más alto, luego que la Revolución Francesa sirviera como detonante en los procesos políticos de Europa.

Por analogía cuando en Venezuela ocurre hacia finales del siglo XX, la victoria de Hugo Chávez en 1998, se produce la ruptura con las élites burguesas y económicas del poder instituido. La Asamblea Nacional Constituyente de 1999 inicia una ruta hacia la consecución de una democracia por y para las mayorías, las cuales habían sido marginadas en sus derechos fundamentales, es decir, destrozadas en sus aspectos vitales y por ende empobrecidas.

Entonces, con Chávez a la cabeza y con Venezuela como nación líder en su propuesta revolucionaria, vinieron cambios importantes en Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador y otros naciones del Caribe y Centroamérica, lo cual estabilizó a la región por más de una década en el plano político, económico y social, y cuyos efectos fueron en beneficio de las clases más desposeídas de la región, lo cual significó de manera directa una disminución en los índices de pobreza y de acceso en servicios fundamentales como agua, electricidad, educación, salud y vivienda.

Lamentablemente, el fallecimiento de Hugo Chávez, rompió y mimetizó los avances sociales de Venezuela. Llegó al poder Nicolás Maduro, cuya experticia al lado del líder bolivariano de nada le valió en forma positiva, sino por el contrario, resultó además de traidor, con suficientes elementos para demostrarnos su incapacidad, ignorancia e ignominia.

Maduro no sólo acabó con la economía del país, sino que pactó con los grupos más corruptos del prostituido Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y entregó a los militares más ramplones, la praxis de la administración pública en materia de alimentos y salud. Los resultados están a la vista. El hambre y la quiebra de todo el sistema asistencial, aunado con grandes escándalos de corrupción, que sólo encendieron el motor de la hiperinflación y la pobreza en nuestro país. Enriqueciendo a políticos junto con "empresarios de maletín" y, empobreciendo a la gran mayoría de nuestro pueblo.

Incluso, fue tal la preponderancia del funesto gobierno de Maduro, sobre todo en la primera vuelta presidencial de Ecuador, que en algún momento de la campaña en tiempos de balotaje, que Rafael Correa señaló en tono de contradicción, que no comprendía el por qué comparaban su gobierno con Venezuela y no con las otras "izquierdas" de la región, como por ejemplo, Uruguay,

El débil triunfo de Lenin Moreno, pese a la excelente gestión política, social y económica de Rafael Correa durante una década, demuestra que ningún país quiere tener el riesgo de parecerse a Venezuela, cuyo colofón de esta triste historia sobre lo que una vez fue la izquierda latinoamericana bajo la égida de Chávez, desgraciadamente Maduro la terminó en destruir cuando sus lacayos del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) validaron "El Madurazo", precisamente días antes de las elecciones ecuatorianas. O sea, mostrarle a ese pueblo, el cómo se podía eliminar la Asamblea Nacional y decretar no precisamente el socialismo, sino el totalitarismo del siglo XXI, lo cual evidencia que de haber sido las elecciones ecuatorianas en otra fecha, no tengo dudas, que los resultados hubiesen terminado por ser adversos.

Sí Ecuador, luego de una década de crecimiento económico y enormes logros y avances en materia social, apenas derrota al candidato de la oposición por dos puntos porcentuales, tal y como fue nuestra predicción {5}, ¿qué quedará para Maduro, luego de cuatro años de pobreza, pobreza y más pobreza? Pues, sólo tiene pintada una enorme derrota en su rostro, y de allí su negativa a realizar cualquier proceso eleccionario, cuyas consultas electorales debemos exigirlas los venezolanos con toda la presión posible y derechos que nos asisten por nuestra Constitución ante el Consejo Nacional Electoral (CNE).

La única manera de que la izquierda vuelva con fuerza al poder en América Latina mientras Maduro se encuentre en la presidencia de Venezuela, es que éste se declare de derecha. El único triunfador de las elecciones en Ecuador fue Rafael Correa, porque además de luchar contra la oposición de su país, debió asumir el manto oscuro del gobierno de Maduro.

El triunfo de Rafael Correa y Lenin Moreno no será válvula de oxígeno para Nicolás Maduro. Ecuador se ha convertido en la última prueba de ver que Maduro (porque no tendrá otra) ha sido contraproducente para la izquierda en América Latina. En síntesis, la auténtica izquierda latinoamericana necesita que Maduro termine de salir del poder, antes de que termine por destruirla en su integridad política, jurídica y social.

A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.

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{1} https://www.aporrea.org/ideologia/a206009.html

{2} https://www.aporrea.org/internacionales/a216114.html

{3} https://www.aporrea.org/internacionales/a217585.html

{4} https://www.aporrea.org/internacionales/a241795.html

{5} http://24-7digital.com/contenido_detalle.php?id=16193



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Javier Antonio Vivas Santana

Más de 6 millones de lecturas en Aporrea. Autor de la Teoría de la Regeneración del Pensar. Dr. en Educación (UPEL). Maestría en Educación, mención Enseñanza del Castellano (UDO). Lcdo. en Educación en las menciones de Ciencias Sociales y Lengua (UNA). Profesor de pre y postgrado tiene diversas publicaciones y ponencias internacionales acreditadas y arbitradas por editoriales, universidades e instituciones de España, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, y naciones de América Latina.

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