Capitalismo sin imperio

En los actuales momentos estamos en presencia de lo que podríamos denominar la arremetida preventiva del imperio y sus lacayos en el resto del mundo, creemos que sería un error calificarla como la arremetida final como si fuera cosa de juegos, o que estuviera dando sus últimos zarpazos, lo que si está ocurriendo y digamos a buen paso son los adelantos de la humanidad en la identificación de su verdadero y real enemigo histórico, hay señales muy fuertes de contraposición a los deseos y destemplanzas que quieren imponer el dominio único y omnipotente; los pueblos del mundo comienzan a ver el horizonte de los causantes de niveles de atraso y miseria que se ciernen sobre la humanidad, no es por casualidad que quieren imponer la guerra para lograr sus objetivos, dado que, muchos países manifiestan la voluntad de erigirse bajo términos de soberanía e independencia. La pregunta es, puede existir el capitalismo bajo nuevas formas sin un imperio al que obedecer, esa es la interrogante y a la vez reflexión en razón de los probables postulados del socialismo del siglo XXI, entendemos que esto puede ser parte del debate, en todo caso no es desestimable desde nuestra óptica.

La fuerte tendencia imperial de dominio está dominada por la escasez de recursos naturales en sus inventarios naturales y físicos, siendo los más importantes el petróleo y el agua, el tema de la salud toma especial relevancia debido al manejo de las transnacionales de los medicamentos, adquiriendo patentes a diestra y siniestra a partir del hecho natural de su origen; la violación de los derechos humanos sistemáticamente a lo interno y externo de los países como EEUU e Inglaterra, es un ejemplo de truncamiento del disenso posible en nombre de la lucha contra el terrorismo; la internacional de las comunicaciones en todos los medios posibles, inclusive la vigilancia de las mismas, contraviene los más claros signos de libertad individual, grabaciones, interferencias, caída de imágenes y sonido, de la TV por cable, cada día son perfeccionados en aras de lo que conocemos como guerra de cuarta generación.

Si sacamos a China y la fabricación de armamento (sin datos precisos), la relación de intercambio entre bienes y servicios, se ha orientado con mayor fuerza, hacia las transacciones financieras en búsqueda de mejores rendimientos, ya lo decía en los noventa la economista norteamericana Joan Spiro, que dicha relación para entonces andaba en 60-40, un porcentaje mayor de las transacciones financieras que la producción de bienes tangibles, indudablemente que la internacional del narcotráfico aumenta considerablemente la proporción y hay que ver de donde provienen “estos intercambios” , lo cierto de todo esto es que el imperio se la comienza a jugar y de manera bastante seria basados en el poderío militar, lo que nos hace ver a los militares principalmente norteamericanos no tan solo como simples soldados obedientes sino involucrados en el contexto de los hechos, debido al alto rendimiento que les produce sin arriesgar nada en cada una de las guerras y simulaciones que realizan.

Sobre la economía mundial podemos decir que el petróleo sigue siendo el principal motorizador acompañado del uso de la tecnología incluyendo la nuclear, el papel de las transnacionales de cualquier nacionalidad es fundamental estudiarlo para visualizar la marcha de la economía mundial, no solo se trata de productos y bienes o los servicios que conocemos, sino lo que está detrás de todo ello con los mensajes de consumismo y modificación de las tradiciones alimenticias, diversión, comiquitas, publicidad subliminal para el consumo de drogas, los medios de comunicación en casi su totalidad que están bajo el yugo del chantaje tecnológico.

El despertar de un mundo que se mueve hacia la búsqueda de la justicia universal es cada día mayor, no es solo Latinoamérica, las elecciones italianas con el triunfo de Prodi y el avance significativo de Refundazioni (Partido Comunista), es signo de alerta para el imperio, lo ocurrido en Francia con el engavetamiento de la Ley de Empleo luego de masivas manifestaciones, son signos de nuevos tiempos y nuevos hombres y mujeres, las armas destruyen pero no convencen y no ocultan el despeñadero hacia el que quieren llevar a la humanidad en nombre de la libertad y lucha contra el terrorismo.

Nuestro país presenta en los actuales momentos y por varios años consecutivos un incremento interanual del PIB (Cantidad de bienes y servicios producidos en una economía), el desempleo rompió los dígitos en sus resultados ubicándose en 9.7%, el PIB no petrolero creció más que el petrolero, la inflación va camino de un dígito, las tasas de interés con niveles de normalidad y tendencia hacia la baja, las inversiones del exterior en incremento, se ha reducido significamente la capacidad ociosa en la estructura de producción de muchas empresas, record en la venta de vehículos, el ingreso per cápita de los ciudadanos reflejan una mejor calidad de vida, los indicadores de calificación de riesgo país bajando, el crédito se ha democratizado y diversificado incrementado la cartera de la banca universal e hipotecaria, son muchas razones para el optimismo, las exportaciones hacia los EEUU no han sufrido variación, se ha incrementado el intercambio comercial con el norte, a pesar de todo ello, el imperio nos ataca de mil maneras bajo observaciones políticas sin fundamento, solo porque no aceptan que un país pequeño como Venezuela ejerza la soberanía económica y tenga relaciones de intercambio donde sus intereses juegen el mejor juego con todos los países, aunado al lobby cubano norteamericano por nuestra relación humanitaria con la Habana.

Todo ello, sucede bajo las normas capitalistas con una gran diferencia, con una propuesta de país diferente e inédita y una política económica que toma en cuenta al ser humano, a los excluidos de siempre con atención prioritaria en áreas de salud y educación incrementando año a año los recursos en relación al PIB para estos sectores. Qué pasa entonces, nos preguntamos, está herido el coloso en cuanto a la interrupción de la costumbre inveterada de ejercer dominio e imponer políticas, las preocupaciones manifestadas por los empleados de la Casa Blanca basadas en cosas inciertas, podrían demostrar flaquezas en la conducción de la política internacional o solo se trata de intimidación en el ejercicio del papel de imperio.

Lo cierto de todo esto, aunque en el caso nuestro, se ha declarado el camino hacia el socialismo del siglo XXI, las leyes del capitalismo sin apellido están vigentes, eso sí, con un Estado no presencial sino realmente activo en la elaboración de políticas y la implementación de programas sociales dirigidos a los más pobres y excluidos, podríamos decir que el sistema está intacto con una diferencia histórica y fundamental, lo hacemos nosotros mismos sin la anuencia del imperio y los organismos internacionales. Vale la pena destacar que a pesar de una política económica donde los recursos no alimentan la vorágine capitalista, sino por el contrario, están dirigidos a incentivar el trabajo y la producción a través de otras formas de organización como el caso de las cooperativas y otras asociaciones, el tinglado capitalista muestra sus elocuencias en un mercado marcado ahora por ciertos niveles de competencia y donde el sistema financiero ofrece resultados óptimos en sus rendimientos y que el porcentaje de plusvalía en las empresas grandes y medianas si no son mejores que en el pasado mantienen los mismos niveles de explotación con salarios bajos y precios de productos muy por encima de sus costos.

El fin del imperio; el líder de la revolución cubana acaba de declarar que le restan alrededor de 50 años, todos los caminos conducen a Roma, pareciera desprenderse de las declaraciones y hechos mundiales que están sucediendo en la faz de la tierra, al respecto en reciente artículo publicado en Ultimas Noticias, el compatriota Freddy Balzán bajo el título “El final del imperio”, dice: “el mundo entero podría ser testigo del comienzo del fin del imperio, si prosperan las gravísimas acusaciones que ha formulado en los Tribunales de Justicia, el ex senador Stanley Milton, contra George Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfield, Condolezza Rice y el ex Director de la CIA, Robert Tenet, de “complicidad personal no sólo en permitir que ocurriera la espantosa destrucción terrorista de las torres gemelas de Nueva Cork, sino de ordenar que ocurriera”.

A esto habría que agregar la decadencia cada vez más manifiesta de la sociedad norteamericana y la gradual disminución del “sueño americano”, apuntalado por la enorme acumulación de unos pocos en detrimento de la gran mayoría de norteamericanos, la reducción de recursos para la asistencia social que está llevando a la población a cumplir con el precepto de “prohibido enfermarse”, dados los altos costos del sistema médico asistencial y la reducción pública de los servicios.

Volviendo al título de la presente entrega, “Capitalismo sin imperio”, podríamos señalar que se trata a nuestra manera de ver, como la etapa de transición hacia un nuevo modelo de socialismo, lo cual debe ocurrir en parte y producto de la inercia natural de los hechos sociales predecibles y las circunstancias propias en el caso venezolano de la revolución bolivariana, la desaparición del imperio debe suponer, la perdida mundial del poder de las grandes transnacionales como paso previo para un nuevo orden económico mundial, esto podría sobrevenir en una especie de dominio de los Estados Nacionales como agentes económicos sustitutivos y los acuerdos de integración sería ejercido directamente por estos.

Nada de esto va ocurrir de manera pacífica y sin traumas, el poder del imperio y la Unión Europea ejercerá con sus fines la lucha porque esto no sea así, de tal manera que la humanidad estará en presencia de uno de los actos históricos mas elocuentes de un nuevo destino para humanidad, lo cual debe pasar por reagrupamientos políticos de índole universal y donde los pueblos tendrán el protagonismo de primer orden, no es la utopía, es la dirección ineludible de la raza humana y una decisión inteligente en aras de eliminar cualquier vestigio acerca del fin de la historia y sus consecuencias nefastas, aún hay suficientes reservas para diferenciarnos del resto de seres vivos, es cuestión de oportunidad y debemos estar seguros de su ejercicio.


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Rafael Febles

Economista. Msc. Seguridad Social. U.C.V.. Militante revolucionario. Locutor. Articulista Correo del Orinoco. Poeta y escritor de la revolución bolivariana

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