5 de Enero

El 23 de enero, año 58 del siglo pasado, el pueblo trabajador venezolano, siguiendo la propuesta y la orientación del Partido Comunista de Venezuela se conforma en Junta Patriótica, y echa de la usurpación del poder a la tiranía cívico militar, encabezada por el sátrapa Marcos Pérez Jiménez.

Rómulo Betancourt y Rafael Caldera, se encaramaron sobre la Junta Patriótica, excluyeron al PCV, a URD, y a otras organizaciones políticas del Pueblo venezolano; se robaron la victoria popular del 23 de enero; firmaron el Pacto de Nueva York, luego Pacto de Punto Fijo, o acuerdo de alternabilidad democrático-burguesa del poder para sí, entre AD y Copey, y que duró 40 años: el pueblo fue sometido a otra tiranía, la más larga de todas, esta vez civil, protegida por los militares de la Escuela de las Américas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la OEA, la UNU, y todas la organizaciones pertenecientes a la dictadura capitalista y guerrerista del imperialismo yankee.

El 5 de enero de 2016 los mismos enemigos del Pueblo trabajador venezolano, herederos del Betancourtismo, entregado a la política imperialista del garrote, y del calderismo, hoy evolucionado hacia el fascismo más descarnado, van a intentar, usurpar el poder originario, constituyente, y expresión máxima del gobierno supremo que "reside intransferiblemente en la Soberanía Popular, de la cual emanan todos los órganos del Estado, y a ella están sometidos" (Art. 5 CRBV).

Subidos sobre una victoria de estafa al electorado, mediante técnicas de desgaste en la aplicación de todo tipo de sufrimientos, vejación, humillación y robo de los salarios en los supermercados, abastos, tiendecitas; en la procura de cualquier servicio público o privado, fueron electos por sus propias víctimas, como mayoría calificada de la nueva Asamblea Nacional; los mismos que pusieron a sufrir al pueblo trabajador venezolano, dueño del gobierno supremo, acusando siempre como culpable a la revolución bolivariana, su víctima expiatoria, hasta ahora.

A partir del 5 de enero, el adequismo más rancio, en un pugilato con el fascismo, nacido de la secta "Tradición, Familia y Propiedad", desde la Asamblea Nacional, se disponen conculcar todos los poderes del Estado, que desde el preámbulo, nuestra constitución, define como "de Derecho, y de Justicia".

Casi 2 millones de compatriotas que apoyan a la Revolución Bolivariana, y que siempre votaron por ella, no fueron a votar confundidos por el sufrimiento y la anarquía en el intercambio económico de los dueños de la MUD, escondidos detrás de la manito. Ahora esos hermanos de clase están arrepentidos, y claros en la certeza de que fueron estafados por la promesa de un "cambio" para Venezuela; hoy saben, que ese cambio es hacia la conculcación de todos las conquistas, que en materia de derechos humanos habían logrado los gobiernos de Chávez y Maduro a favor del Pueblo trabajador venezolano, que hoy comienza a movilizarse como Soberanía Popular.

Esos compatriotas que no fueron a votar, hoy arrepentidos, se suman a los 5, 6 millones de camaradas que si fuimos a votar por nuestros intereses de clase, intereses que la señora Cipriana Rojas, presidenta de Consecomercio, ha vejado e insultado desde Globovisión, afirmando que la LOTTT "no tiene por qué favorecer a los trabajadores", y que "la inamovilidad, perjudica" a los que vendemos la fuerza de trabajo al capitalismo para sobrevivir; con todo, suman un poco más de 7,5 millones que configurados como pueblo soberano, con la constitución, puño en alto, no le vamos a permitir a los mandaderos del Imperialismo, atentar contra el principio de progresividad de los derechos humanos que ha obtenido, en dura lucha, el soberano de Venezuela. (Art.19…, CRBV).

No es tiempo de lloriquear sobre nuestros errores de inacción, es tiempo de luchar para hacer realidad el mandato de la constitución nacional que establece claramente, a la Soberanía Popular, como depositaria del poder constituyente originario, y del gobierno supremo del Estado Social de Derecho y de Justicia.

Nadie podrá prohibirle otra vez, al soberano de Venezuela ejercer la crítica y la autocrítica, y el rechazo a cualquier forma de menoscabo al principio de la progresividad de los derechos humanos obtenidos durante la Revolución Bolivariana. Prohibición que ha causado un daño terrible al avance del proceso revolucionario; ha desmovilizado al pueblo soberano ante los abusos del ladronismo empresarial que viola todas las leyes, bachaqueando todas las necesidades de vida e imponiéndole los exorbitantes precios de un robo gigantesco al salario de la clase obrera y trabajadora, que espera todavía, sin actuar, la protección de los funcionarios del Estado, destinados para tal fin, pero que sin embargo se han corrompido, y se han vuelto cómplices de la estafa al Pueblo. Estafa que tiene el sello de la MUD, dirigida por el repugnante imperialismo yankee-israelí.

El ladronismo empresarial, viola la ley de precios justos, la CRBV, y no están presos los mercachifles. Asambleas de Ciudadanos, en todo el País para salvar a Venezuela del ataque económico, y de los vejámenes de todos los aliados de la MUD y del imperialismo. (Art, 70 CRBV)



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Eduardo Mármol


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