Entrevistando imaginariamente a Marx sobre lo tratado en: El capítulo XXIV de “El Capital” (IV)

¿Cuáles eran los argumentos de los defensores de los cercados?

Escuchemos un instante a un defensor de los cercados y adversario del doctor Price: "No es correcto  concluir que existe despoblación porque ya no se vea a la gente derrochando su trabajo en el campo abierto. Si hay menos de ellos en el campo, hay más de ellos en las ciudades... Si, luego de la conversión de los pequeños campesinos en gente que se ve obligada a trabajar para otros, se pone en movimiento más trabajo, ésta es una ventaja que la nación" (a la que no pertenecen, naturalmente, quienes experimentan la conversión mencionada) tiene necesariamente que desear... El producto será mayor cuando su trabajo combinado se emplee en una sola finca; de esta manera se formará plusproducto para las manufacturas, y gracias a ello las manufacturas, una de las minas de oro de esta nación, aumentarán en proporción a la cantidad de grano producida".

La imperturbabilidad estoica con que el economista contempla la violación más descarada del "sagrado derecho de propiedad" y los actos de violencia más burdos contra las personas, siempre y cuando sean necesarios para echar las bases del modo capitalista de producción, nos la muestra, entre otros, el "filantrópico" Eden, tendenciosamente tory, además. Toda la serie de robos, ultrajes y opresión que acompaña a la expropiación violenta del pueblo, desde el último tercio del siglo XV hasta fines del XVIII, sólo induce a Eden a formular esta "confortable" reflexión final: "Era necesario establecer la proporción correcta entre las tierras de labor y las pasturas.  Todavía durante todo el siglo XIV y la mayor parte del XV, por cada acre de praderas para el ganado se dedicaban 2, 3 y hasta 4 acres a la labranza. A mediados del siglo XVI la proporción se había transformado en 2 acres de pasturas por cada 2 de tierra laborable; más tarde aquélla fue de 2 acres de pasturas por acre de tierra labrantía, hasta que finalmente se alcanzó la proporción correcta de tres acres de prados por acre de tierra laborable".

En el siglo XIX, como es natural, se perdió hasta el recuerdo de la conexión que existía entre el campesino y la propiedad comunal. Para no hablar de tiempos posteriores, ¿qué cuarto de penique de compensación percibió entonces la población rural por los 3.511.770 acres [1.421.097 há.] de tierras comunales que le fueron arrebatadas entre 1801 y 1831, y que los terratenientes donaron a los terratenientes a través del parlamento?

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Nicolás Urdaneta Núñez


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