Reforma Curricular: Método vs. Contenido

En víspera de nuevas elecciones el tema de la reforma curricular fue enviado, una vez más, al congelador. Por razones tácticas se sigue posponiendo la discusión en torno a la reforma curricular. A pesar del gran interés de este gobierno en mejorar la educación, la discusión de fondo sobre este tema siempre se pospone. La evasión de la discusión de fondo nos ha llevado a un constante hacer sin guía teórica, sin un Sur bien establecido. Yo pienso que la discusión en torno a la reforma curricular debería ser parte de la agenda electoral. La reforma curricular debería ser tema de discusión para el debate público. No me parece conveniente seguir posponiendo el asunto. En diez años de gobierno todavía no se ha puesto orden en materia curricular, en parte, porque cada vez que se avecina una contienda electoral el tema es engavetado.

Actualmente tenemos varios currículos en ejecución en la práctica. Está el currículo que se han dado a si mismos muchos colegios privados. Por ejemplo, hay colegios privados donde se enseñan cursos adicionales, como Geometría, que no están contemplados en los planes de estudio oficiales. Lo cual no tiene nada de negativo. También hay colegios privados que omiten asignaturas, como Educación Artística, que si están estipulados en los planes de estudio oficiales. Lo cual es muy negativo. En las unidades educativas oficiales el panorama no es más alentador. Tenemos por un lado el denominado sistema educativo bolivariano, formado por los Simoncitos, las Escuelas Bolivarianas, los Liceos Bolivarianos y las Escuelas Técnicas Robinsonianas. Aunque las unidades educativas en ese sistema se guían por los programas de estudio oficiales, tienen la libertad de modificarlos como se les antoje. Tenemos por otro lado, el sistema educativo tal cual como aparece estipulado en la Ley Orgánica de Educación vigente, esto es, el formado por los niveles de Preescolar, Educación Básica y Educación Media Diversificada y Profesional. En este sistema el despelote curricular es fenomenal. Los programas de estudio de Preescolar data del 2005, los programas de estudio de las dos primeras etapas de la Educación Básica entraron en vigencia en 1997, los programa de la Tercera Etapa de la Educación Básica fueron aprobados en 1987, y los programas de Educación Media Diversificada y Profesional vigentes son una modificación hecha en 1991 de los programas de 1973-74. Cada uno de esos planes de estudio fueron elaborados sobre la base de lineamientos pedagógicos, psicológicos, etc. Diferentes. Además de los dos canales educativos anteriores, privado y público, tenemos las misiones las cuales se guían por otros programas y por materiales curriculares especialmente diseñado para ellas. En diez años no hemos podido poner orden en ese caos curricular. Como señalé arriba, creo que en parte se debe a la falta de claridad en la definición de políticas educativas. Creo que no se han distinguido con claridad las propuestas teóricas de la derecha y ha faltado la elaboración de una propuesta pedagógica propia. Ese afán por asumir el supuesto pensamiento pedagógico de Luis Beltrán Prieto Figueroa como elemento relevante en la definición de una propuesta educativa revolucionaria es muestra de ello. Otro ejemplo es la adopción del método de proyectos, parte del núcleo de la propuesta pragmática estadounidense para la conservación por medio de la educación del sistema pseudo-democrático de dominación de las mayorías. Podemos decir que en buena medida hemos caído en las trampas de la derecha y hemos asumido sin menor resistencia sus propuestas educativas.

La derecha no puede develar completamente su plan educativo, el cual es parte de su plan general de dominación de las mayorías. La derecha se ve obligada a devanarse los sesos para mantener oculto su programa, para ofrecer políticas y prácticas educativas que no develen sus verdaderas intenciones. Y lo han logrado en buena medida. Los profesores universitarios al servicio de la derecha han elaborado una manera de lograr ese objetivo. La estrategia es muy sencilla, ellos proponen que la discusión sobre la educación gire en torno a los métodos y se le preste muy poca atención a los contenidos. Esta manera de razonar encontró su máxima expresión en la llamada didáctica centrada en procesos, en los programas de desarrollo de la inteligencia y, más recientemente, en la propuesta del desarrollo de competencias. Todos esos enfoques desvían la atención de los contenidos y se centran en los métodos. Se llega a plantear que el problema de la educación es un problema de métodos, que los contenidos son irrelevantes. Muchos pedagogos revolucionarios han caído en esa trampa. Tal es el caso de aquellos que defienden a capa y espada el método de proyectos, donde el contenido juega un papel secundario. Eso es precisamente lo que quiere la burguesía, que los hijos e hijas de los trabajadores aprendan cada vez menos contenidos mientras que desarrollan en la escuela destrezas y habilidades que los conviertan en buenos empleados en el futuro. Los métodos de enseñanza, incluido el de proyecto, siguen a imagen y semejanza las nuevas propuestas de organización de la producción en el marco capitalista. Recordemos que la organización del trabajo escolar por medio de proyectos lo impuso en el país el Banco Mundial durante el segundo gobierno de Caldera. La razón, la flexibilización laboral propone que se contraten a los trabajadores por proyectos y una vez finalizados los mismos termine la relación laboral.

Pienso que es el momento de retomar la discusión en torno al currículo, en lugar de seguir evadiéndola. Pienso que tal discusión debe servir para diferenciar las prácticas y políticas educativas revolucionarias de las prácticas y políticas educativas de la burguesía y sus servidores. Pienso que tal discusión debería centrarse en los contenidos y poner menos énfasis en los métodos. Una vez determinados los fines y los contenidos elaboraremos los métodos adecuados que nos sirvan para alcanzarlos, y no al revés. Centrar la discusión educativa en torno a los métodos, sea el método de proyectos o cualquier otro, es caer en la trampa de la derecha.

julio_mosquera@hotmail.com



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Julio Mosquera


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