(Qué papita es ser estudiante de oposición hoy)

Pinocho y la nariz mediática

Qué fácil es hoy en día ser estudiante (oposición) y dedicarse a la política, por un lado tienes al gobierno norteamericano, por otro lado las agencias de publicidad, a los medios de comunicación (TV, prensa escrita y radio), a dirigentes adeco-copeyanos en minusvalía, pero como políticos al fin, zorros viejos y si esto no fuera suficiente, te ponen guardaespaldas que te protegen de las “hordas oficialistas”, olvidaba a los profesores de sus universidades quienes, muy condescendientemente, los ayudan a que estudien sin ir a clases, o simplemente le pasan los exámenes, y si esto no fuera el descaro, tienen a la Policía Metropolitana y Guardia Nacional sirviéndole de escudo para que no le hagan daño los “desadaptados” del oficialismo. Es envidiable no ser estudiante de oposición hoy.

Vienen a mi memoria aquellos años 70, donde ser estudiante opositor (izquierda) era un crimen, un autosuicidio ser de la izquierda, habría que preguntarle a aquellos dinosaurios de la política, quienes ocuparon cargos de envergadura, ¿se han olvidado ustedes de cómo nos reprimían? Nosotros no marchábamos por derrocar al régimen nefasto capitalista o por el sistema de libertades democráticas que nos garantizaba la derogada Constitución, nuestras luchas eran reivindicativas en el estricto carácter estudiantil.

Recordar la cantidad de jóvenes que eran masacrados por la Policía Metropolitana sin nadie que los defendiera, si salía la Guardia Nacional, la vaina era peor, eran tiempos del capitalismo en auge, todo se justificaba, los medios de comunicación eran de adorno y cómplices del silencio. El fantasma del comunismo rondaba por las montañas. La guerrilla, un blanco a exterminar. La represión era brutal.

Las vainas han cambiado, definitivamente. Ayer no había dolientes antes el asesinato de jóvenes estudiantes, sólo sus parientes lo lloraban. Hoy una nariz con una curita es sinónimo de intolerancia, el despliegue publicitario es enorme, todos se conduelen de una nariz que nadie sabe a ciencia cierta si verdaderamente esta rota, o si gracias al milagro de la cirugía láser la herida ha sido sanada sin dejar rastros de ese crimen tan grande de lesa humanidad, perpetrado por algún degenerado estudiante afecto al régimen.

Pobre pinocho mediático, cerebro de aserrín, corazón de tela. El discernimiento no es propio, no hay cabida al pensamiento político emprendedor, las ideas sólo son un juego publicitario que no entienden, pero siguen cual autómatas. Entre aplausos y manitas blancas, en clara señal de desobediencia, quieren derrocar al régimen que les ha cercenado sus derechos constitucionales, luchan por la libertad. Estos pinochos mediáticos, son felices, se plantan de tú a tú con la farándula, caminan por las calles caraqueñas en sus polifacéticas marchas a la par con aquellas mujeres que no resisten el anonimato, actrices de ayer y de hoy, muy juntitos bajo el clamor y signos de rebeldía. Sólo quieren rescatar la decadencia de un mundo, de un sistema político moralmente aceptable por la oligarquía eclesiástica, donde los pobres sólo son eso, POBRES y excluidos miserables de las barriadas venezolanas.

Mañana, en un supuesto negado en el cual triunfe la traición, los estudiantes bolivarianos serán vilmente masacrados y asesinados por los órganos de seguridad del Estado Venezolano, así como las policías municipales y regionales, ellos no son tan pendejos como nosotros. Los estudiantes de narices biónicas serán sólo observadores de la barbarie y la sed de venganza, los medios de comunicación callarán ante la represión y matanza de una juventud que hoy se identifica con un gobierno de las mayorías, que sólo pretende su reivindicación social. Su inclusión en un mundo donde por siempre han sido excluidos. Un mundo moralmente aceptable sólo para las minorías que por siempre nos mantuvieron en la más absoluta de las miserias.

La Revolución Bolivariana ha sido demasiado permisible, e incluso hasta solidaria con la oposición, oposición que se esconde en el discurso y en los principios que nos mueven a los revolucionarios, una democracia participativa, un sistema político de libertades, donde sólo pretendemos la justicia social, la inclusión, y alcanzar la mayor suma de felicidad posible. Se aprovechan del discurso para cometer todo tipo de tropelías Ya lo decía el día ayer un tal Oswaldo Álvarez Paz, no tener escrúpulos morales para salir de este régimen por la vía que fuese necesaria, entre tanto nosotros seguimos, cual pendejos, poniendo la otra mejilla para que nos den el coñazo.

Los estudiantes caídos, víctimas de la represión de ayer, de la represión capitalista, deben de estar revolcándose en sus tumbas de la arrechera al ver como les hacemos el juego a estos estudiantes de narices biónicas, que al unísono con sus profesores, salen de sus aulas a desestabilizar el país.

Pinocho y su nariz mediática no sabe qué carajo es sentir un buen coñazo en la nariz. Qué sabroso es salir a manifestar con guardaespaldas y todos los medios, cámara en mano, protegiéndote. A la oposición hay que frenarla de una buena vez y por todas ¿hasta cuando van a joder? ¡ya esta bueno de tanta estupidez.!

Patria, Socialismo o Muerte…
Venceremos

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chamosaurio@gmail.com


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Ricardo Abud

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en Union County College, NJ, USA.

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