Dilemas de nuestro año escolar 2022-2023 en Venezuela

En un programa radial ("Portón sindical" Radio Cristal 610 AM, Barquisimeto, estado Lara, Venezuela) señaló su locutor, docente en condición de jubilado, que este año escolar 2022-2023 que ya finaliza fue "el peor" de toda la historia de la educación en Venezuela.

No oímos cuál serán las referencias empíricas (estadísticas o indicadores) que sustentan semejante afirmación temeraria. Pero, ¿qué se puede pedir a un simple "perifoniador"? Un personaje popular portador de un "saber común", propio de quienes y a pesar de sus titulaciones universitarias de grado y postgrado, no superan la doxa u opinión suelta y moliente. Decía Francis Bacon que hay vive atrapado por los ídolos: el ídolo de la tribu o del foro; en consecuencia, no pasan de la "creencia", el prejuicio, la ilusión y el error. Así demás estrategias del tipo ad homine, que llaman.

O sea, el mor por la simple descalificación, en este caso, a las políticas públicas del Estado-Nación en materia educativa y demás ámbitos atinentes a la seguridad de la nación; además, constituye una declaración que no considera el contexto socio-cultural que ha caracterizado actual venezolana.

Por cierto, con fines divulgativos vamos a citar el artículo 2 de la nombrada Ley Orgánica de Seguridad de la Nación (2014), pues conviene tener presente que la educación forma parte del proceso cultural general, así, a la letra dice:

Artículo 2

La seguridad de la Nación está fundamentada en el desarrollo integral, y es

la condición, estado o situación que garantiza el goce y ejercicio de los

derechos y garantías en los ámbitos económico, social, político, cultural,

geográfico, ambiental y militar de los principios y valores constitucionales

por la población, las instituciones y cada una de las personas que conforman

el Estado y la sociedad, con proyección generacional, dentro de un sistema

democrático, participativo y protagónico, libre de amenazas a su

sobrevivencia, su soberanía y a la integridad de su territorio y demás

espacios geográficos.

Al considerar, aunque sea someramente lo establecido por el citado artículo se pone de relieve que ciertamente Venezuela en la última década ha presentado graves obstáculos en su desarrollo integral y en el goce y disfrute de los derechos y garantías constitucionales, ¿quién puede negar semejante realidad? La crisis como un fabuloso contendiente ha sido un peleador que en el ring says ha tirado a la lona, pero, como en aquella película de Charles Chaplin, nos hemos ido levantando, haciendo fintas y movimientos extraordinarios. En fin: hemos estado en resistencia; inclusive el gremio docente, los estudiantes, padres y representantes, la sociedad toda.

Más aún, si bien este fue un año escolar muy arduo en muchos aspectos, también se pudo ver u observar de manera de manera participante, como dicen algunos sociólogos, que un porcentaje de profesores y maestros se esforzaron denodadamente por cumplir los objetivos o propósitos de planes y programas de las diversas asignaturas en áreas científica-técnicas y humanísticas; para rematar Maduro tuvo la ocurrencia de ofrecer un concierto a los recién bachilleres de todo el país y las imágenes que se han podido ver por la tv desde el estado Guárico son multitudinarias, ¿el peor año escolar en la historia de Venezuela? ¡Vacié carajo!

Pero, como todo, no podemos negar que en cuanto a los derechos sociales de los docentes y demás trabajadores venezolanos: salarios, seguridad social, bono vacacional, prestaciones sociales... dejan mucho que desear, ¿culpa del gobierno o también de la oposición? El presentador de ese programa que promueve el odio, debe saber quiénes son los que han promovido las denominadas sanciones a Venezuela, el mismo sector a que él pertenece, ¿estará dispuesto a reconocer su responsabilidad? No lo creemos, como todos los opositores los domina la cobardía.

Pero, ciertamente lo del salario en Venezuela, constituye uno de los dilemas más importantes, pero me decía un allegado, que esto último depende de la recuperación económica general y los gremios y sindicatos, en general, han perdido la fe en el actual proyecto político o nunca han creído en la Revolución Bolivariana, se han decepcionado o, como se dice vulgarmente, han brincado la talanquera. Tal como la gente de Fenatev, entre otros desde 2002.

Quedamos para otra ocasión lo relativo a las estadísticas sobre la historia de los mejores y peores años de la educación de la historia de la educación en Venezuela. Al respecto, recordamos la antología de Rafael Fernández Heres sobre las Memorias de 100 años del ministerio de educación y la memoria educativa que manera digital lleva desde hace ya años Luis Bravo Jáuregui, entre otras muchas referencias, pero como señalan también la ignorancia es atrevida.

 



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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