Alquimia Política

Franz J.T. Lee: poeta de los tiempos que vendrán

Hay noticias que llegan cargadas de tristeza; y uno va construyendo muros para evitar que terminen con las pocas esperanzas que se tienden a tejer para salvaguardar un cierto equilibrio a la hora de sufrir. Pero la pérdida física de Franz J.T. Lee (Sudáfrica, 1938-Egido, 2011), ha sido sin duda una de esas noticias para las cuales no se está preparado; o, más concretamente, no estaba preparado. 

A Franz John Tennyson Lee, le conocí desde la Universidad de Los Andes de la década de los ochenta. Fue mi facilitador en Pensamiento Político III, y me enseñó a leer a Karl Marx sin tapa bocas, ni bajo el “credo” de los que se rajan las vestiduras por los procesos revolucionarios. Me hizo entender que la latencia-tendencia era algo inevitable en una sociedad de humanos; que el hombre estaba en el universo para formar parte de él y no para ser víctima de los arrebatos de los astros y satélites, que transforman a unos hombres en amos y a otros en servidores. Me enseñó que no debía bajar la mirada, que siempre me sintiera seguro de los caminos emprendidos y que jamás fuera desleal, falso, egoísta ni hipócrita. Que actuara según pienso y que mi último pensamiento fuera a favor de los desposeídos, de los condenados de la tierra que describiera Fanon en la década del setenta. 

Franz J.T. Lee posó  su mirada en mí (y esto es un mensaje para esos canallas que piensan que soy un recién llegado al proceso de transformación de mi país) cuando en 1989 escribí para el periódico “El Correo de los Andes” (hoy ya desaparecido), un artículo de opinión que titulé “Franz J.T. Lee, poeta de los tiempos que vendrán”. Y fue una opinión de un muchacho de apenas veintiún años, en donde expresé que: “…los caminos de la revolución se han de dar cuando el pueblo esté en paz con su conciencia ciudadana, dando paso a hombres como Lee que como el flautista de Hamelín (fábula o leyenda, documentada por los Hermanos Grimm), va tocando sus arengas y lleva al caudaloso río de la sabiduría a esos animales irracionales que atacan a los hombres…” Franz era un hombre prestado a su época. Su visión de una sociedad superior, organizada, modelada como esfinge divina que va más allá de todo compromiso o interés particular (socialismo), no era simplemente un sueño, él sabía que está allí, en cada uno de los hombres y mujeres que como su pueblo adoptivo de Venezuela, tomó la decisión de actuar y de llevar adelante su autodeterminación que no es más que su libertad. 

La obra de Franz Lee que más he leído es “Teoría-Práxis de la Revolución-Emancipación”. La primera edición fue a comienzo de los ochenta y la segunda, que aún conservo, es de 1991. Un ensayo social vigoroso, sensible; con un estilo literario sin armazón predeterminado, sino que es abierto, frontal y sobre todo poético; Franz nos habla: “Desde la primera edición de este libro, como lo he advertido todo cambia: el sujeto que escribe, el sustrato de su reflexión y lo que está escribiendo…; desde 1986 la Virgen de Fátima acabó con el comunismo, Marx es obsoleto y Lenin está tumbado, ¡Heil Bush! ¡Ave Gorby! Espero que la segunda edición de esta obra vuelva a informar al lector que la Teoría, la Práxis, la Revolución y la Emancipación son históricamente invisibles, y son las únicas cosas en el Universo que valen la pena pensar-hacer-saber, para producir y reproducir un Mundo que responde y corresponde no a un hombre nuevo ni a una mujer nueva, sino al Hombre Emancipado Nuevo del Siglo XXI dialéctico.” 

Hoy ha partido del mundo terrenal Franz J.T. Lee, pero no hace mucho, en la Web aporrea, dejó lo que interpreto como su último testamento emancipatorio; en un breve ensayo titulado “El paradigma de Gadafi y nuestro pequeño chance para sobrevivir el Globofascismo” (12 de mayo 2011), donde toca el tema a fondo del neo-imperialismo internacional, Lee nos deja su llamado: “Para que los movimientos de los trabajadores a escala global sean radicales tienen que agarrar cualquier problema histórico por sus raíces, con firmeza, contundencia y principios emancipatorios bien claros. Esto significa nada menos que agarrar el fascismo global por sus raíces transgenéticas y erradicarlo dándole en su ‘alma’, es decir, atacando todas las condiciones económicas, políticas, sociales, militares y alienantes que lo han sostenido”. 

En una palabra, no puede haber posturas intermedias, complacientes; debe subsistir una conducta humanista que haga del Hombre y del Universo, un binomio perfecto, para conquistar el buen vivir que no es más que el de sentir la libertad como un desafío para liberar a todos nuestros semejantes. Ha muerto Franz J.T. Lee: ¡Viva Franz J.T. Lee! 

*.-ramonazocar@yahoo.com.ve



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Ramón E. Azócar A.*

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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