Las mafias del capitalismo y sus billetes de cien

La condición privada del modo de producción capitalista crea las condiciones necesarias e indispensables para la incubación y crecimiento de las mafias, que todas, absolutamente todas tributan sus astronómicos robos al capital financiero de la burguesía trasnacional, dueña del imperialismo hegemónico.

Se cuentan episodios espeluznantes de miembros de las mafias apostadas en Maicao y Cúcuta, frente a sus casas fraudulentas de cambio, y que viven un poco del horror que causan a sus víctimas, al no poder recuperar el dinero invertido en la compra y el contrabando de los billetes de 100 bolívares.

Parece que la cosa es en serio, y el tiro les está saliendo por la culata. Nuestros billetes de cien, han llegado hasta la Conchinchina; dentro de unas pocas horas serán como estampitas de un recuerdo desafortunado.

Las mafias le han robado la omnipresencia al Dios, en el que dicen creer, y que también usan como mercancía, de cambio y de reventa, cosa natural del capitalismo, y por consiguiente están en todas partes; están en las carnicerías, y en todos los ventorrillos de robo; ayer en Maracaibo, comenzaron a vender el cochino a 6.000 bolos, la carne de segunda a 5.900. Todos los precios, de cualquier mercancía, estaban aumentados. Una locura, en los aumentos, a pesar del desplome del Dólar Today; entonces es mentira que los precios estaban siendo fijados única y exclusivamente al tenor de esa divisa fraudulenta.

No hay aumento de precios, los precios simplemente, están liberados, y cada quien roba como le da la gana. Los comerciantes de Venezuela, no son negociantes, sino ladrones, y conscientes, o no, pertenecen a la misma mafia que contrabandeó más de 320 mil millones de bolívares en billetes de 100, para colapsar la economía venezolana, mediante la devaluación, la especulación y la hiperinflación inducida; y ahora, no saben qué hacer con sus imborrables y desvalorizados billetes de cien.

Las mafias del capitalismo sobre Venezuela desde afuera y desde de adentro, intentarán recuperar la fortuna que han perdido en billetes de cien. Ahora extreman el contrabando, y hacen uso de su liberación de precios, hasta matar de hambre al pueblo trabajador venezolano.

Si el decreto de cancelación de los billetes de cien ha sido muy bueno; un decreto de suspensión de la liberación de precios y enjuiciamientos de las mafias que han empobrecido y hambreado a las grandes mayorías de Venezuela, sería magnífico.

Una medida como esa, haría que las mafias reculen, y se muden para otro lado.



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Eduardo Mármol


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