1988: Los hijos de Zamora presentes en El Amparo

siemprelibertario@gmail.com

El 29 de octubre de 1988, ocurre en el caño La Colorada de la parroquia El Amparo - Apure, frontera con el Arauca colombiano, uno de los falsos positivos más contundentes de la democracia puntofijista. El "Comando Especifico José Antonio Páez" (CEJAP), una fuerza especial militar-policial que operaba en la frontera colombo-venezolana, realizó en el Caño La Colorada, muy cerca del centro de explotación petrolera Guafita, una masacre contra 14 pescadores. Dos de ellos, se lanzan al caño y sobreviven para contarle al mundo lo ocurrido. José Augusto Arias y Wolmer Gregorio Pinilla son los dos afortunados hombres que no solo sobreviven al fusilamiento que los hombres vestidos de negro del CEJAP realizan en contra de los 14 pescadores presentándolos como guerrilleros, pertenecientes a la insurgencia colombiana.

Gracias a la solidaridad de una familia de Guafita, llegan los dos sobrevivientes a la población de El Amparo a contar la verdadera historia del supuesto enfrentamiento montado por el CEJAP. El comandante de la policía estadal Adán Tovar, quien conocía a los pescadores no dudo en brindarle solidaridad y protección a los mismos y un centenar de ciudadanos ampareños cercaron la comisaría policial para impedir que los hombres con pasamontañas y vestidos de negro, detuvieran a los dos pescadores y seguramente aplicarles la ley de fuga.

Al conocer el país la verdad de la masacre, la indignación, la digna rabia se manifestó de diversas maneras a lo largo y ancho del territorio nacional. En especial el movimiento estudiantil universitario que venía librando duras batallas contra la política económica neoliberal y represiva que aplicaba el gobierno adeco, dirigido por el dúo Lusinchi – Ibáñez, tomó las calles para denunciar ante el mundo dicha masacre. En Barinas los estudiantes de la Unellez, por varios días consecutivos protestan ante tan vil asesinato colectivo, hasta que las autoridades universitarias – militantes adecos - acatando línea del Comando Ejecutivo Nacional de Acción Democrática, suspenden de manera indefinida las clases. Inmediatamente al conocerse la suspensión de las actividades académicas, una parte de la dirigencia estudiantil unellista, comienza a organizar un viaje hasta la población de El Amparo.

Venciendo distintos obstáculos y gracias al apoyo de un grupo de empleados, obreros y profesores universitarios, se logra conseguir una pequeña buseta, donde alrededor de 30 estudiantes viajan la noche del 9 de noviembre hasta la población de El Amparo. EL día 10 del mismo mes, a eso de las 8am llegan, los hijos de Zamora a El Amparo, coincidiendo su presencia con la exhumación de los cadáveres. Una delegación estudiantil se acercó hasta el cementerio para presenciar la exhumación, mientras el grueso de la representación estudiantil marchaba por las calles principales de la población voceando consignas: "General Camejo, el pueblo no es pendejo!!!, "La petejota, el Dim y la Disip asesinos del pueblo!! ,"No eran guerrilleros los muertos de El Amparo!!!, Castigo a los asesinos de los pescadores!!!.

Además de la marcha, se realizó junto a un grupo de estudiantes de la escuela técnica agropecuaria "Francisco Aramendi", un sancocho en la plaza Bolívar y se pintó un mural en una pared adyacente a la iglesia del pueblo. El contenido del mural fue un regalo del arquitecto y militante revolucionario Fruto Vivas, quien para esos días estaba de visita en Barinas, y al enterarse del viaje, inmediatamente hizo un hermoso dibujo y señaló: "como no puedo acompañarlo en su viaje a El Amparo, les encargo pinten esta flor en una calle del pueblo. Es mi aporte solidario a la lucha por la verdad." Así se hizo.

Testimonios de la presencia combativa y solidaria de los estudiantes unellistas en El Amparo fue recogida en una crónica acompañada por sendas gráficas, por el periodista José Francisco Rojas (+) y publicada en tres entrega, en el diario "La Prensa de Barinas". El mencionado comunicador social, acompaño a los estudiantes en dicho viaje solidario y junto a un grupo de defensores de los derechos humanos se trasladó hasta el caño La Colorada, afluente del rio Arauca, sitio donde ocurrió la masacre.

Estos recuerdos me llegan a la mente y los escribo 32 años después, no solo para recordar, sino para reflexionar sobre el papel dinamizador que en la lucha por defensa de los derechos humanos, ha jugado el movimiento estudiantil venezolano, hoy técnicamente desaparecido.

Uno de los retos que tienen los militantes revolucionarios, es recuperar y fortalecer el movimiento estudiantil, como elemento motivador y movilizador de las luchas del pueblo. Acompañar, impulsar las luchas por pequeñas que sean, con el firme propósito de luchar por la defensa de los derechos humanos y de la democracia protagónica y participativa, masacrada hoy por el partido-gobierno corpomilitarista, es una de las tareas urgentes a desarrollar por el movimiento estudiantil.

Castigo a los masacradores de ayer y de hoy!!!

La Línea Justa es: Luchar Hasta Vencer!!!



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1543 veces.



Freiman Páez García

Apure-Venezuela. Revolucionario socialista, marxista, sociólogo: solidario con los pueblos en lucha por su soberanía y la construcción del socialismo

 gabansabanero@yahoo.es      @freimanpaez

Visite el perfil de Freiman Páez García para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: