La SIP, las AUC y los Hornos de la Muerte

Al mismo tiempo que el Rey de España, Juan Carlos de Borbón recibía a los miembros de la inefable Sociedad Interamericana de Prensa, allá en Madrid y éstos de nuevo de manera artera, en compañía de los “Representantes de los Explotadores de Periodistas” en nuestro país, Marcel Granier, Alberto Federico Ravell, David Natera y Miguel Enrique Otero desataban sus ataques contra Venezuela y el gobierno bolivariano, dizque por violaciones y amenazas permanentes a la libertad de expresión, aquí muy cerca en la vecina Colombia, Iván Laverde, alias “El Iguano”, ex jefe del denominado Bloque Catatumbo de las tristemente célebres Autodefensas Unidas de Colombia – grupos paramilitares de ultraderecha a manos de quienes han muerto miles de colombianos al filo de la motosierra, bajo la mirada cómplice del gobierno de aquél país - confesaba a la Cadena Radial Caracol, “…haber incinerado en dos hornos a una cien víctimas para que fuera imposible la ubicación de los restos y dificultar así futuras acciones judiciales, ante la posibilidad de que fueran encontradas las fosas comunes donde habitualmente los paramilitares sepultan a sus víctimas…”. Según Laverde, el primer horno se construyó en 2001 en las afueras de la población de Villa del Rosario, en el Departamento de Norte de Santander, donde fueron incinerados 28 cadáveres. En 2003, se construyó otro en la misma zona donde se incineraron más de 70 cuerpos. El Iguano finalmente remató confesando a la fiscalía colombiana, el asesinato de unas 2.000 personas por parte del Bloque Catatumbo, uno de los más sanguinarios de las Autodefensas Unidas de Colombia y que a partir del ascenso de Uribe al poder, ha visto beneficiado a cerca de 32.000 de sus miembros, con un plan de desmovilización adelantado por el gobierno entre 2.003 y 2.006 y que incluyó entre otras perlas, penas inferiores a ocho años de cárcel para estos asesinos. La SIP por allá y Ravell, Marcel, Natera y Miguel Enrique, por aquí no se han dado por enterados. Mutis total. Al contrario, a estos tristes y vergonzosos personajes se le hincharon las manos de tanto aplaudir la reciente elección como presidente de la SIP, de Santos, a la sazón Vicepresidente del Diario El Tiempo de Bogotá y hermano del ministro de guerra colombiano Juan Manuel Santos. Hecho este que a nuestro juicio devela en primer término el rostro de los agentes del imperialismo internos que en alianza con factores externos, abrieron y abrirán en los meses venideros fuego a discreción sobre nuestro pueblo y sobre nuestro gobierno. En segundo término queda claro que la base donde se diseñan y se ponen en marcha los planes desestabilizadores contra Venezuela, esta instalada hace tiempo en Colombia. Desde allí y en estrecha alianza con el narcotráfico y el paramilitarismo inundaran a nuestro país con droga en todas direcciones. La idea claro está, no es otra que vincular a Hugo Chávez con este terrible delito y de construir por la vía de los medios de comunicación local e internacional, la imagen de un gobierno que si no trafica droga, colabora para que quienes trafican lo hagan sin problemas. En tercer término queda a nuestro juicio absolutamente develada la alianza que desde hace muchos años, sectores reaccionarios de nuestro país han venido tejiendo con sectores paramilitares y de gobierno – que a fin de cuentas es lo mismo – en Colombia, con miras a la elaboración de planes conspirativos con pretensiones de dar al traste con el proceso bolivariano (Finca Daktari y Robert Alonso, remember) de cambios que se adelanta desde hace ya diez años. Una alianza que habrá que denunciar hoy, mañana y siempre. Porque esa alianza es como la oposición venezolana, necrófila, corrupta, perversa. Es una alianza que solo utiliza las flores, para hacer coronas y arreglos fúnebres. Una alianza a la que poco le importa la sangre derramada de nuestros campesinos en su lucha contra el latifundio. Una alianza a la que le importa un bledo el futuro de nuestros hijos, venderse al mejor postor y arrodillarse ante los yanquis. Una alianza a la que debemos enfrentar y derrotar con la alianza perfecta de todos los sectores revolucionarios y progresistas de nuestra América, ese continente que sufre pero que no olvida y que a pesar de los pesares, seguirá venciendo la oscuridad y la sonrisa de la muerte, con la imperecedera luz que brota de los ojos de sus mártires y la eterna, tierna y amorosa sonrisa de la vida.

rubenvillafa@hotmail.es


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Rubén Villafañe


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