Teodoro Petkoff: De guerrillero a sapo, o siempre sapo

Teodoro Petkoff nunca fue santo de mi devoción. Estudié de cerca sus hazañas como guerrillero, su papel en la constitución del MAS, su participación en el segundo gobierno de Rafael Caldera y su labor como editor del diario Tal Cual. Esa trayectoria de vida se explica mediante dos hipótesis: a) siempre fue un hombre al servicio de la burguesía o b) sufrió transformaciones personales importantes que lo llevaron de guerrillero a sapo. La primera hipótesis es la que cobra más fuerza. Esta hipótesis la soporta parcialmente su apología a los cambios drásticos en política con su panfleto “Sólo los estúpidos no cambian”. Teodoro escribió ese libro como cortina de humo para tratar de hacernos creer que él, que no se considera estúpido, ha cambiado su posición política en el tiempo.

Yo sostengo, y eso me ha costado muchas amistades en el seno de la izquierda tradicional, que Teodoro Petkoff siempre estuvo al servicio de la burguesía. Petkoff logró infiltrar los altos niveles de la dirigencia política de la izquierda venezolana e informaba a la burguesía de sus movimientos. Esta alianza de Petkoff y otros guerrilleros con la burguesía explica en buena medida el fracaso de la lucha armada en Venezuela.

No es gratuito que Petkoff pasará con tal facilidad a formar parte de las altas esferas del gobierno de Caldera. La burguesía se sentía muy a gusto con la presencia de Petkoff en el gabinete del anciano socialcristiano. Como agente de la burguesía Teodoro contribuyó a la derrota de la guerrilla venezolana, sirvió de líder y candidato del MAS para mantener a la izquierda dividida y disminuir sus posibilidades de triunfo por la vía electoral, llevó adelante las políticas burguesas como ministro de Caldera, tristemente famosa fue su participación en la entrega de las prestaciones sociales de los trabajadores, y sirve con su periodicucho a la campaña mediática de los sectores más poderosos del país. Esta trayectoria nos muestra que Teodoro ha sido coherente en su vida política, el siempre estuvo al servicio de la burguesía, unas veces de manera encubierta y otras veces de manera abierta y descarada. Sólo un sapo puede hacer lo que ha hecho Teodoro, esa actitud explica cómo un ex-guerrillero puede denunciar con tanta vehemencia a la guerrilla colombiana y defender la masacre cometida por el Gobierno colombiano.

En fin, Teodoro es realmente un estúpido, según su propia vara, porque él realmente nunca ha cambiado. Él realmente siempre ha estado del lado de los poderosos, del lado de la burguesía. Un revolucionario que se alinea con la doctrina Bush-Uribe es indigno de llamarse como tal, de mentarse ex–guerrillero.

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Julio Mosquera


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