Del Agave cocuy al modo de vida campesina en el semiárido

Arismendi Álvarez, de 44 años de edad, habita el caserío Urucure, parroquia Xaguas del municipio Urdaneta, área noroeste del semiárido larense. Es de contextura delgada y, mala comparación como decía mi tía Felicia, parece un maguey que se levanta airoso desde el corazón mismo de esa maravillosa planta suculenta Agave Cocuy, pero también luce fuerte y fibroso como un cují de radículas profundas en el suelo que da sentido de pertenencia e identidad regional y local; por cierto, nos comentó el fotógrafo y cronista Lic. Douglas López, que de las vainas de este árbol también se puede extraer otro elixir, dizque con fama de afrodisiaco.

Como me tocó sentarme al lado de este urucureño de pura cepa que consumía sorbos de cocuy de penca, noto su piel quemada "por el sol de por esos lados", como dice el conocido aguinaldo de Simón Díaz y pregunto por debajito mientras se desarrolla una sesión solemne de la cámara edilicia en homenaje a los cocuyeros de la localidad,(sobre lo abundaremos más adelante), si es productor de cocuy y responde que tiene aproximadamente 35 primaveras en ese arduo oficio de producir el destilado extraído de la planta denominada por los técnicos Agave Cocuy ("Cocuy de penca" o "Clarito", dice el pueblo).

Arismendi, así se llama él, que me es más familiar como apellido, vino acompañado por un sobrino, Rubén Adams, también artesano del cocuy, pues, son parte de los homenajeados en el "Día del Cocuyero" y las autoridades aprovecha para celebrar la aprobación en segunda discusión de una ley estatal sobre tal oficio. Ambos, sostienen que regentan un "Alambique" en la "Loma del Saladillo" en las medianías de Urucure, con un horno de barro construido según una técnica novedosa proporcionada por una institución denominada Prosalafa; o algo así; esos organismos expresión de ciertas políticas públicas del Estado-Nación y gubernamental estatal que alguna cosa buena dejan, pero sólo si la comunidad se apodera de la misma, aunque luego otra administración no le dé continuidad; pero así somos en Venezuela, "el país-campamento" del "por si acaso y mientras tanto", que denunciara el dramaturgo y pensador venezolano José Ignacio Cabrujas en su libro "El país según Cabrujas".

Igualmente, en mi rol de mini cronista que siempre cree en la importancia de la divulgación "de la cultura otra", propia de la perspectiva decolonial, más en los días que corren; logro conversar también de manera informal con otro joven cultor popular y productor artesanal del agave cocuy del municipio Urdaneta, Randy Cabrera; quien realiza una actividad similar en la localidad llamada "Cabeza `.e Caballo", sita al sur de la población de Siquisique, cruzando el río Tocuyo, zona media, que si bien dice que empezó estudios formales universitarios en Barquisimeto, la crisis de las últimas décadas lo hizo regresar a su lar nativo para realizar varias actividades productivas "aquí y allá", "usted sabe, para buscar la plata y la sobrevivencia", entre las que destaca el destilado del agave cocuy (clarito).

Estos dos testimonios recogidos de manera aleatoria o circunstancial mediante notas puntuales en una libreta escolar, coinciden en que "trabajar un Alambique" supone labores extenuantes. Solo soportables por quienes se han adaptado de manera telúrica al modo de vida aborigen y campesino en "estas tierras muertas de sed" y de la "resolana", como han dicho los poetas Luis Beltrán Prieto Figueroa y Luis Alberto Crespo.

Arismendi Álvarez, el coterráneo de Urucure, acota a una pregunta mía que la sabia de la Agave Cocuy recogida en su penca y maceta cuando está verde o queda mal horneada hiere la piel: "pica", genera una sensación urticante, un escozor casi insoportable y una manera de evitar ser salpicado de tal sustancia es que el machete esté bien afilado, como los cuchillos árabes de los rituales para el sacrificio de animales y así nadie sufra, ni el ser vegetal ni el humano, al respecto sostiene que las acometidas cortantes deben ser precisas a una distancia prudente, eso es parte del saber ancestral transmitido mediante la tradición oral en la práctica cotidiana.

Por su parte, José Gregorio García, "El Pijo", exconcejal (AD) y luchador social de vieja data, desde la tribuna de oradores sostiene que, previo al corte de la penca de la Agave cocuy y recoger "la piña" o "cabeza", una vez cortadas las pencas suculentas, los campesinos realizan el ritual de "la santificación"; encomiendan su actividad a Dios, los santos, la virgen María y los "espíritus de la naturaleza", siguiendo tradiciones ancestrales que perviven hoy bajo denominaciones cristianas católicas, principalmente porque en los modos de vida campesinas contemporáneas y actuales, la religiosidad está muy presente, con lo que en el cultivo del agave cocuy y su explotación racional como actividad económica, existe un respeto reverencial por la naturaleza que no se debe perder, cuando la modernidad/colonialidad ha venido penetrando tanto en la sociedad aún en zonas rurales bastante apartadas de las capitales de estado. Además, recomendó encarecidamente la importancia de que los productores del cocuy permanezcan unidos en su asociación como un modo de fortalecer el gremio.

Por su parte Randy Cabrera destaca que este oficio del destilado del cocuy constituye un proceso de hasta 22 pasos, entre los que se puede destacar la selección de la planta en áreas silvestres o viveros, cortar y afeitar la cabeza o maceta, llevar al horno previo el encendido con combustión vegetal seco (leña sobre rocas candentes); el tiempo de cocción oscila entre los 4 a 8 días, o hasta 18 a 20, según halla necesidad; luego está el proceso de comercializar el producto en botellas de 1 o 4 litros y más (garrafa y garrafón); agreda también que no se puede olvidar que productor una vez hecho el corte de la planta agave cocuy tiene obligación de resembrar entre 5 a 20 mil nuevas plantas, una estrategia con fines de preservar la especie vegetal susodicha, siendo un desafío constante.

En realidad y finalmente, me hubiera gustado recoger más testimonios y aunque el protocolo de ocasión no fue tan rígido, dirigido por el Profesor Marcos Bello, quien hace ya años algunos años fuera alumno mío en una asignatura de Filosofía y Educación en la UPEL IPB, así como la joven concejal Bracho, entendí que sí se debía guardar un mínimo de compostura durante la sesión solemne y no pude abordar a un grupo de ancianos curtidos como cocuyeros de oficio o se diría "de vieja prosapia"; pues, suponía conversar brevemente de manera informal, tomar apuntes sin atropellar; además, la mañana avanzó rápidamente y con ello el calor sofocante y abrazador , también el hambre consumía las energías e inmediatamente fuimos invitados a degustar una hirviente sopa de chivo junto a la delegación del Consejo Legislativo del estado Lara.

Consideramos, finalmente que el agave cocuy, su cultivo y explotación comercial hace parte del modo de vida campesino del semiárido larense, tantas veces no visibilizada, como sostuvo el orador de orden (Ing. Electrónica, UNEXPO; 1995 y Magister en Seguridad de la Nación, IAESEN, 2018) Camilo Nicola; entonces el estado y la sociedad venezolana tienen la inmensa tarea de dar reconocimiento a este gremio de productores artesanales bajo la noción de seguridad de la nación, es decir, potenciar los siete ámbitos. A saber, potenciar la economía productiva e identidad cultural, la calidad de vida especialmente de esta población, con lo cual supone conocer el territorio y sus riquezas, una de las cuales viene a ser el pueblo mismo, origen y vértice de toda la acción del Estado, según el artículo 3 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) y artículos 2, 3 y 4 de la Ley Orgánica de Seguridad de la nación (2014), además del Plan de la Patria (2019/2025).

Nota bene:

Mención especial merece la agrupación "Expresión Larense", dirigida por el gran maestro folklorista Giovanny Veliz, que animaron la velada con excelentes interpretaciones tanto en el acto formal de Siquisique, como en la unidad que trasladó a todos a todos los invitados con golpes larenses, tamunangue curarigueño y tocuyano, boleros, pasajes llaneros y hasta canciones de Ali Primera; aunque también hubo la actuación de un grupo cultural local con su música serrana o campesina, que incluyó la celebración del cumpleaños 87 de uno de los señores maestros del arte del destilado del Agave cocuy, testimonio del modo de vida campesina en el semiárido larense, que también tiene su expresión estética específica en la celebración de la vida.

 



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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