En ellas no había nadie

Casas vacias

Sábado, 29 de julio de 2023.- Si usted alguna vez ha entrado en un lugar, en un sitio, en un pueblo sin gente, en donde todos, por alguna razón que usted desconoce, no están y usted ha sentido una sensación de vacío en la boca del estómago, bueno, entonces usted sabe de lo que estoy hablando.

No importa como llegó al lugar donde esto le sucedió.

Lo hizo por usted mismo ya sea caminando, manejando o en transporte público, como sea y entonces, en un segundo, en un momento, en un instante, usted se da cuenta que está solo, no hay nadie en los alrededores.

Solo o con una sensación de profunda soledad.

Hay señas que el sitio está habitado, está limpio, ordenado, y con trazas de vida pero no se ve a nadie en los alrededores, no hay ni una sola persona a la cual le pueda preguntar: ¿dónde están todos?

Ya sea en un sueño o en la realidad, si algo de esto la ha pasado, entonces y solo entonces mi querido y sorprendido y solitario o solitaria involuntarios, sabe de lo que le estoy hablando.

Esta sensación la tuve hace algunos meses cuando me movilizaba por la ciudad de Caracas, que es mi ciudad y creo que en lo que me resta de vida no la olvidaré.

Atendiendo a una amable invitación de unos amigos con quienes tenia unas ganas tremendas de reunirnos, procedimos al encuentro, pero por una de esas fallas que no aparecen en los manuales de planificación, la persona encargada de traer el pan, llamó y avisó que por un imprevisto iba a llegar tarde.

Nada, me tocó ir a comprar el pan para aproximadamente una docena de comensales, lo que fui a hacer con mucho gusto y a pié, pues la panadería más próxima quedaba relativamente cerca y a mi, no sé a usted, pero a mí me encanta caminar.

A pleno atardecer, cuando el sol comienza a guardarse, una de mis horas predilectas en esta Caracas de mis tormentos, ya que la luz es a esa hora y sobre todo cuando hay buen tiempo, es hermosísima, y a esa hora fui por el pan.

El silencio era profundo y casi se percibía la respiración de los grillos.

Y noté, posiblemente usted también lo ha notado, en alguna ocasión le puede haber pasado lo mismo, que en los alrededores por donde transitaba, plagado de edificios de viviendas, con muchas luces apagadas y note que muchas de las luces de los apartamentos que estaban encendidas, tenían ese alumbrar que da la sensación, que indica, que en esa unidad familiar no hay nadie.

En ellas no había nadie.

Las casas, mas allá del espacio que ocupan, de su configuración física, la conforman sus habitantes los seres que la habitan, que comparten su espacio y le trasmiten vida.

Las casas son los seres que en ellas comparten su vida en común.

Por ese hecho incontrovertible y concreto las casas vacías, la casa vacía se va desprendiendo de la energía que en un momento dado tuvo y se nota, se siente, se percibe a primera vista.

Caracas es mi ciudad, mi sitio, es mi casa y esta casa está vacía, está casi vacía, se ha ido mucha gente, en su mayoría, buscando mejor vida.

Casa vacía que va perdiendo vida.

La ciudad está muy sola y necesitamos a su gente.

Les deseo y creo que la mayoría de los que estamos aquí, le deseamos a los que se han ido, que les este sirviendo mucho la experiencia que están viviendo, se les extraña y se les quiere.

Aquí estamos y aquí está su ciudad.


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Luis Enrique Sánchez P.


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