Amanecí algo iracundo de tristeza y sin querer me bañé de paz con el artículo de Sant Roz

Imagino cosas y con ellas divago con mis pasados recuerdos en esta mañana dominical teñida de oscuridad de lluvia por venir, la que imagino llena de gotas de esperanzas para otros, por lo que me entretengo acariciando las variadas tormentas de la vida que con Sant Roz metafóricamente hablando me encierro con su nada en mi nada de siempre y, me dije, o quizás mejor me pregunté quién soy y a qué me trajeron a este mundo y mi respuesta es peor que mi pregunta porque, no la tengo -pues soy un don nadie- y eso lo sé y, como un quieto personaje que no tiene entretelones de grandeza, ni jamás será un descubridor de las ansiedades de este precario mundo al que no le importo nada, entonces es peor porque sale a flote mi inquieta y desgarrante pregunta del ecléctico que pude haber sido y que soy, y ganas, muchas ganas tendría por ser un sabiondo como filósofo que al fin me hubiera gustado ser para poner el mundo patasparriba. Bueno, pero eso no será posible, no será más de lo mismo como piensan los que no son ingenuos y no viven de sus ilusiones o quizás de un poder que jamás tendré.

Has de creer José Sant Roz que todo lo anterior dicho me molesta, me desgarra por dentro. y me entretiene de falsas libertades. He leído mucho que he perdido con el tiempo el nombre de los autores y sus obras y lo peor no me dan aliento y admiro, mas no envidio a aquellos que se explayan por su viveza de ser superiores a los demás en su gran mundo de construcción que despierta en mí el deseo de no haber nacido, creo que perdí el orden de las cosas que no me motiva ni siquiera repetir ni citar las ideas de otros, pudiéndolo hacer yo mismo, pero sé que no nací para la fama pues, mis virtudes son malos presagios sin interés que detallar. Caminé o mejor digo que caminé porque vi caminar a otros, pero me perdí en el camino, no tuve orientación para nada y mi única salvación es que como el irresponsable que he sido no soy un malvado, quizás porque nunca tuve valor para emprender y mucho menos para imitar y mentir y me perdí pensando que sigo perdido queriendo ser de todo y lo peor no hay marcha atrás, pues los años me consumieron y como caridad implicativa me puse viejo que, por lo menos Sant Roz justifica y se justifica, yo no, porque no soy el "emperador" como nada cruel que debí ser.

Te puedo decir Sant Roz que he descubierto la forma más simple de enmendar la terquedad de seguir viviendo que es lo único que por ahora más deseo y quiero y es que practico la misión que me impuesto desde bien de mañana hasta bien entrada de la noche de coexistir dentro de la filantropía de ver películas una tras otra, no importa su género como el "gran director" mas no actor que pretendo ser e imagino sin poder discutir con los guionistas que el mundo que ellos pintan es tan absurdo que me asquea el consumir de sus drogas con tanto sexo fácil refrescado por bebidas alcohólicas, pero aprendo solo, cada día doy un paso dentro des ese mundo que se traga el mundo sin uno poder decir ni pío en lo inmediato.

Bueno amigo Sant Roz -seguro es que todos estamos llenos de defectos- que muchos ni ven ni aceptan que los hace tan incompetentes como los dañinos que son dentro de ese gran mundo que hacen tanto daños como hicieron los conquistadores del pasado que, ahora estamos más alienados a un aparato de comunicación que se hace necesario cargarlo en la mano sin difamar nuestra existencia y el que no se ha hecho conocer se pierde de la fama de estar en contacto con la realidad de desperdiciar el tiempo en querer ser lo que no seremos, pero..., somos felices, que por lo menos no he sabido qué es eso, ni cómo serlo. aprendí a juzgarme a mí mismo, no a otros, por no tener ese derecho no ganado que otros esgrimen para criticar e imponer, no juzgo ni prejuzgo, me someto a una realidad que quiero descubrir como el huevo y la gallina y no tengo razones ni mérito de adentrarme en lo más profundo de ese abismo que no se ve, pero que está allí.

Decir que soy un inocente de un presente que trato de vivir sin perder de vista el pasado que jamás verá el futuro y que cree en un destino que no es inmediato pero sí inminente, profetizo mis inquietudes pero muero de cansancio y de inadmisión. no tengo un dios para justificarme ni de semejanza y usanza, por lo que cada día muero solo en mi quieta soledad.

Agradezco con seriedad que, si alguien sabe a qué lo trajeron a este mundo, por favor me lo haga saber sin excusa. que, yo estoy más perdido que un santo en el purgatorio y, las volutas de mi largo existir comienzan a mal ponerme.



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Esteban Rojas


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