Estamos en momentos decisivos que pueden definir la próxima década de acuerdo a lo que suceda a partir del día 12 del mes en curso
Como muchos militantes y activistas revolucionarios sabemos dentro de las instancias del PSUV estamos en un largo proceso de renovación y restructuración de los equipos de trabajo. Esa decisión acertada que ha tomado la dirección nacional del PSUV pasa por una serie de reflexiones que desde el punto de vista personal debo compartir:
De acuerdo a lo que hemos pasado durante los últimos años desde la llegada del comandante Chávez al poder los ataques de las oligarquías, países como Estados Unidos y sus países vasallos no ha cesado, y por supuesto no cesaran porque un gobierno revolucionario que presente un modelo que cuestione y supere al ya preestablecido resulta una amenaza para ellos.
En ese sentido se debe entender que la mal llamada política de "sanciones" estadounidenses busca generar las condiciones insoportables para cambiar la percepción de la realidad del venezolano común haciendo ver como responsable al gobierno nacional, siendo los autores de dicha embestida la oposición y el imperialismo norteamericano.
A pesar de ello nuestra revolución se ha mantenido gracias a la conciencia de nuestros padres y abuelos que conocen el devenir histórico de esta batalla y que no se dejan engañar por las constantes falsedades que disparan los medios ultraderechistas.
Pero a estas alturas resulta muy preocupante que la formación de nuestros cuadros revolucionarios haya mermado al punto tal, que en muchas ocasiones vemos conductas en activistas con responsabilidades políticas que reproducen valores culturales que nos venden desde el exterior.
Con esto insisto en la idea de que si queremos mantener viva la revolución debemos deslastrarnos definitivamente de esos patrones de conducta extranjeros que nos venden como una innovación, cuando solamente representan un atraso que solo busca mantener idiotizada a nuestra población y desaparecer nuestros propios valores culturales.
Actualmente es muy preocupante ver que el fenómeno del sensacionalismo a través de redes sociales así como la extravagancia y la opulencia estén arropándonos y se ha introducido de tal forma en nuestro subconsciente que para poder tener "alcance" o "popularidad", tenemos que estar a la mal llamada "moda" o reproducir conductas que no son propias de nuestra cultura étnica.
Esta resulta ser una de las mayores preocupaciones porque la guerra cultural está viva y es la más cruenta que pasa desapercibida pero que nos invade a diario. Es necesario diseñar nuevos planes de formación, nada hacemos con renovar instancias y estructuras si no las pasamos por un proceso de formación revolucionaria a través del pensamiento crítico, que pueda determinar cuál es nuestra misión y visión como revolucionarios.
Si no hacemos esto veremos escenarios complicados de enfrentar porque los intereses individuales o de grupos se superpondrán ante los intereses colectivos.
Con la revolución toda, sin ella nada.
