El Reloj del Tiempo

Indiferencia y complejidad ante el Feminismo y el descuido territorial ante el Liberalismo

Las mujeres vienen generando una cultura alternativa, constituye una subcultura de aparecer en las redes sociales mostrando sus encantos, sin saber lo delicado que es. Al utilizar el prefijo sub no me refiero al término inferior, sino que, por múltiples razones, al intentar argumentándose se incorporan masivamente al mundo de los hombres primando unos valores de la burbuja patriarcal: Una sexualidad hiperdeseante, competitividad máxima, protagonismo, economicismo e intereses del mercado. Pero, han olvidado reflexiones interesantes en las subculturas de las abuelas, debe haber algo interesante de que aprovechar para incorporarla a la vida de los hombres. Claro que sí.

El existencialismo nos revela una gran importancia de las mujeres, representarse en otra piel y amilanarse. Algunos hombres desean sentirse poderosos, pero, al final lo tenemos excluidos de ese orden patriarcal porque no se hicieron respetar. Así tenemos que, Jehová creó al hombre para ser hombre y a la mujer para ser mujer. Algunas veces, se encargan de subvertir este orden y colocan en su imaginación figuras que están ausentes de la imaginación, modelando una cultura artificial y, los discursos dados resultan irrelevantes.

Según una línea de pensadores como Foucault en el pasado y Javier Birdeau en el presente residenciado en Venezuela, los recursos comunicativos constituyen una parte del capital simbólico de cada ser humano. Y la tecnología del lenguaje permite una habilidad para manejar situaciones informativas diversas. De allí, la importancia de conocer una multiplicidad de transcripciones y desciframientos que nos lleva a un intercambio económico que se puede presentar oculto. O es una relación de fuerzas económicas dispersas, provistas de un capital lingüístico que busca en el discurso un signo de riqueza y, al explicar la mujer esta valoración bajo el signo del matriarcado, el hombre deconstruye este lenguaje sumado a la violencia femenina y, ellas mediante su movimiento busca aislarse de las criticas de la sociedad. Y bajo un número canon se acobijan en el lesbianismo.

El habla, de las mujeres es abundante en el registro de marcas gramaticales, léxicos o fonéticas que envuelve el lenguaje y atenúan cualquier tono categórico que le puede ir asociado.

El movimiento feminista tiene que revisarse. La maternidad viene pintada en un espejo ante la masculinidad con su mirada profunda y esto, solo lo observamos en museos. Se identifica con una mujer joven y un pecho turgente asomando. En estos momentos, solo recrean una imagen autónoma, se han desviado en sus principios originarios.

Cuantas damas pululan solas. Se ven como unas yeguas desbocadas. Un alma, destino y al cruzar sus manos por el vientre, sin darse cuenta que ella misma nació. Muchas desean abortar y no enfrentarse al sismógrafo, registran la intensidad del dolor, efectividad de la contracción, sufrimiento fetal, el número de pulsaciones. Es el oxígeno que exhala vida.

Son los pensamientos que sacuden. Podrá registrarlo todo, excepto el miedo. El corazón de este nuevo Ser, va como el caballo desbocado...

Es un tiempo de confusión, ironía de la historia, despierta palabras, son una súplica por la vida. Ese niño en el vientre solo desea que lo traten como adulto para vivir en esta jerusalina y apocalíptica matriz. Lucio siempre fue torturado, su madre hizo giros idiomáticos ante la ignorancia. Estamos ante gestos de venganza. Todo es molestar, sucede en la historia, Biblia y naturaleza, también en la vida real y en el amor, todo es guerra.

No voy a llevar esta historia más lejos, es una pesadez.

Nailette es otra historia, tenía deseo de ser una muchacha blanca donde sus deseos eran auténticos y, las chicas blancas siempre en los años 50 y 60 expresaban que las mulatas eran unas copias de ellas mismas. Son limitaciones patéticas.

Son dos historias que resultan invisibles. Aquella mulata poco conocía que era una hija de la naturaleza, a quien el placer estaba en sus manos, pero, Solange se constituyó en una frustrada historia de la civilización y del rechazo del cuerpo que la civilización conlleva.

El feminismo, desea expresarnos que el hombre es su esclavo, sus propios deseos lo llevan a un camino equivocado. Es solo un mito desde la época colonial, siendo un catálogo de la historia. Un varón sublime que huye de sus complejidades. Frente a estas cuestiones estamos perdiendo la historia y para ellas el hombre no tiene sexo y la mujer sí. Llevándolo a la jungla para recorrer con él, solo aventuras.

Desgraciadamente, el análisis moral tiende a alejarse., no va más lejos. Cuanto cuesta ver a una familia compuesta de puras mujeres enfermizas y que les cerraron la vida a sus existencias. Hay legisladores que se encuentran en un apartheid., conviven bajo erupción y poco tienen la emoción y compasión de los seres humanos. Es el nihilismo en el corazón de un apartheid.

Viene quedando una molesta fatiga, es un liberalismo paternalista y un feminismo abucheado por toda la sociedad al distanciarse de sus valores y es perfectamente razonable que el hombre viene siendo atacado fuertemente y, no tan solo eso, la derecha e izquierda parecen exiliados resentidos sociales porque en lo cierto, es que son parte de una marginación de los movimientos liberales que salió en sus orígenes del Foro de Sao Paulo y de Puebla y que, ahora la ONU alberga sus testimonios porque son parte del falso profeta.

Los argumentos por erigir pueden ser confiables y desde 1990 se habla de la integridad personal y, quienes vienen siendo protagonista de estos desaciertos sobre la identidad corporal. Se es hombre o mujer.

Así que tengamos cuidado con la ruta marina hacia el Oriente, es geopolítica y guerra y, ya sabemos que a los venezolanos poco nos quieren y a su vez, nosotros como tontos le hemos dado desde oro hasta petróleo. Desde café, cacao y plátanos hasta patillas y fresas. Son los vicios que trae la civilización.

Cabo Verde, es el signo de la más grande traición., nos muestra la desnudez de los vicios y el brillo de La Corona Inglesa Hay descuido en la vigilancia de los territorios y cuidad que sí por años nos están desmembrando de nuestra identidad

 



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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