(25 años de egresado de la UPEL-IPB, 1995-2020)

Trabajo vivo: tiempo de vida transcurrido

El filósofo boliviano-mexicano e investigador social Dr. Juan José Bautista S (La Paz, Bolivia, 1958), en "¿Qué significa pensar desde América Latina?" (Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2014. Ministerio del Poder Popular para la Cultura, 2015. Fundación Imprenta de la Cultura. Caracas. 282 PP.), una obra dedicada a valorar los alcances de la contribución al pensamiento filosófico, sociológico y teológico-político de su maestro Enrique Dussel (Mendoza, 1934); destaca que éste original pensador latinoamericano, a partir del estudio de los escritos inéditos de Carlos Marx. Textualmente "después de diez años de paciente lectura" (ob cit., p. 30) de los mismos hizo un hallazgo extraordinario expuesto en su obra "El último Marx 1863-1882 y la liberación latinoamericana", a saber, dilucidar la distinción entre "trabajo vivo" y "trabajo objetivo" (ibídem., p. 32).

Nociones aún poco usadas en el campo de las Ciencias Sociales, con especial referencia a la Historia-Ciencia y la teoría política o Política-Ciencia, o sea los ámbitos de la academia universitaria pero también en la dinámica del saber-hacer del conocimiento en contextos prácticos-comunitarios en que los rubros del conocimiento son insumos conceptuales-categoriales o unidades de acción (modelos mentales, dice Peter Senge en La Quinta Disciplina), precisamente para la interpretación de la realidad socio histórica del entorno y tomar decisiones en las organizaciones o en el ámbito de la vida personal y familiar.

En concreto, que ya es bastante decir porque este Bautista S probablemente sucumbe ante ciertos obstáculos epistemológicos que denuncia Gastón Bachelard ("La formación del espíritu científico"), en particular el obstáculo verbal y quién sabe si también de la experiencia previa, pero ese es otro asunto. Porque tampoco es que el maestro Dussel sea mantequilla, como se dice coloquialmente, a la hora y punto de exponer sus investigaciones, sino que exige hacer el estómago (san Pablo, dixit), ya que no todos podemos comer los platos muy pesados, hay que hacer progresos según "la edad de la razón".

En concreto, y a los efectos de este suelto mínimo, como en lo personal por estos días "celebramos" y es más que un decir, nada menos que ¡25 años de egresado como Profesor en Ciencias Sociales, Mención Historia! (UPEL-IPB, 1995-2020), nos parece que ello se adecúa a la categoría "Trabajo vivo"; en el entendido en que éste de acuerdo con Marx recreado por Dussel, no tiene valor, no tiene precio; en palabras de Bautista S (ob cit):

"… quiere decir que es in-apreciable, in-finito, in-calculable, y por tanto in-pagable, es decir, no existe salario alguno que pueda pagar el ‘trabajo vivo’, porque lo que el trabajo vivo realiza en el momento de su actividad, es tiempo de vida transcurrido que nunca más ha de recuperar el trabajador en toda su vida, por eso es in-calculable, es decir, no se puede calcular, que quiere decir, no se puede cuantificar, determinar, o sea, cosificar en una cantidad equis llamada salario" (Pp. 32-33).

Ergo, la labor docente no tiene precio …, es algo vivo, propio de la relación empática alumno-maestro, motivadora y transformadora; para lo demás, como decía aquella vieja propaganda, existe American Express. Aunque, bueno esa tarjeta bancaria ya no existe en Venezuela, creo, en medio de esta miseria en que vivimos hoy, después de que hubo bastantes mejoras a la calidad de vida en Venezuela durante la Revolución Bolivariana, sobre todo desde 2003 al 2008 y las primeras campanadas se dieron de 2010 a 2013; lo demás ha sido creación de miseria, literalmente. Justificaciones puede haber muchas, pero ello no cambia el hecho empírico en sí.

Celebramos estos 25 años de egresados como Profesor en Ciencias Sociales, Mención Historia y luego la "especialización" motu propia en Filosofía Antigua, Medieval y Moderna, con título o sin título, tanto mejor, porque la certificación es sólo un trámite administrativo. ¿Ya la docencia ha pasado a ser una nostalgia? ¿Ilusión de ascenso económico y social? ¿Es por el contrario una vuelta a la inspiración, como suele decir Antonio Fuguet-Smith? ¿Parte de un ejercicio de sabiduría amorosa, como en palabras de Enrique Dussuel sobre la Filosofía?

Nuestra calidad de vida se ha deteriorado tanto que estamos al borde de la miseria: una consecuencia de la acción del capitalismo rampante que padecemos, más allá del verbalismo socialista con algunas timoratas acciones de reforma, que son bloqueadas por vectores que corroen el núcleo fundamental del tejido social venezolano en la actualidad: la corrupción interna en el llamado Chavismo burocrático, en las alturas y en las bajuras.

El apropiarse de los bienes públicos, viviendo luego tales personajillos de las alturas en el exterior como grandes magnates; en los barrios bajos, por los márgenes, los corruptos de poca monta, los especuladores de los mercados populares, los timadores de toda laya aspiran vivir también como un Pachá; la corrupción moral y financiera de la oposición, la ha deteriorado tanto que ya no es ninguna alternativa. Ahora la conduce el sorprendentemente personaje de opereta que es el poderoso Juan Guaidó y su grupo de forajidos, penetrado por el imperio norteamericano, y es más que un lugar común dejar constancia de ello.

Siempre actúan como representantes de este y otros gobiernos extranjeros. Son una excrecencia de la modernidad-capitalista europea-norteamericana. Individualmente Guaidó no es más que un obtuso y tarambana que si lo llevaran a un tribunal, cosa que muchos están pidiendo agritos, argumentará en su media lengua impropia de las "personas bien" a las que se debe, que sólo obedecía órdenes; pues, no es más que una expresión de la banalidad del mal, pero es un personaje poderoso. No hay duda, dicho así "Ad referéndum" (Bajo condición de informar).

Así que los 25 años como profesor nos agarró por lo bajo, o al modo del catarro y sin pañuelo; por mejor decir en medio de la hiperinflación y la pandemia del coronavirus. Mala leche, la distancia social no nos permitirá reunirnos el grupito de colegas que aún quedamos en Venezuela y decirnos nuestras nostalgias de la UPEL-IPB, de los años 90-95, cuando creíamos en proyectos de futuro, de realización personal y que podíamos "hacer la revolución" sin grandes contradicciones, porque ya el sistema democrático, la del consenso de las élites como decía el padre Arturo Sosa SJ, se había hecho añicos en 1989.

Entonces emergió la promesa de la agenda bolivariana, la vindicación de la historia patria, tipo Venezuela heroica de Eduardo Blanco, sin los blancos y verdes o naranjas, nos agarró fue el chiripero, el gran viraje, la agenda Venezuela, un historiador presidente, Chávez nuestro, ilusión y esperanza de integración …

Lo cierto es que hoy somos, para volver y cerrar como empezamos con Juan Carlos Bautista S (2015) "… la materialidad negada del ‘pauper’ que ha producido la ‘globalización’ moderna-posmoderna" (p. 33). Esto es, la enconada pendencia gobierno-chavista vs oposición-imperialista, uno y otro como parte de la geopolítica mundial, ha convertido el ejercicio de la profesión docente en Venezuela en una actividad paupérrima. Por otra parte, no hay forma en que tales actores sociales decisores alcancen un acuerdo de gobernabilidad, aunque como las esperanzas son las últimas que se pierden esperemos que en la post pandemia traiga en su des escalamiento las elecciones parlamentarias y luego las presidenciales …



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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