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Motivadores letales en el Sur, causan conflictos en el seno de colectivos

El éxito de la inteligencia artificial ha de sustentarse en la generación de confianza en sus usuarios. Así, hacemos hincapié en la responsabilidad e implantación de la inteligencia artificial para granjearse dicha confianza. Entre las personas interesadas. En el ‘Accenture Health Technology Vision’, se citan dos de los principales retos a los que se enfrenta en sanidad, generar confianza en los usuarios y garantizar la veracidad del dato, los científicos admiten que se tiene una preocupación o medio recurrente relacionado con la dominación del hombre frene a las máquinas, aunque dominan la capacidad humana en ámbitos muy concretos que implican tareas simples, lo que implica que se hace necesario entender y regularizar los criterios para que la ciencia se desarrolle.

Los cimientos para el éxito de la inteligencia artificial pasan por contar con una amplia base de información, lo que realza la importancia de vigilar y proteger los datos con los máximos estándares, tanto cumplir las normativas de privacidad como aplicar medidas de ciberseguridad. El tratamiento de esta información siempre ha sido crítico. De igual forma que en la era analógica existían ciertos protocolos para su salvaguarda, ahora, en la digital, también hay que atender a buenas prácticas y normas establecidas para protegerla.

En Latinoamérica, se viene utilizando la Inteligencia Artificial como un arma letal autónoma para lograr desencadenar una automatización de la conciencia ante la ignorancia del género, lo que implica la capacidad de llevar a cabo, tareas y fases criticas de la vida para su control en el criterio estrictamente humano.

Es decir, son sistemas de armamento que tienen la capacidad de identificar, seleccionar y/o eliminar objetivos sin supervisión humana, detalla Joaquín Rodríguez Álvarez, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), coordinador de la campaña en España y miembro del International Committe for Robot Arms Control (ICRAC). Asimismo, Maite López Sánchez, profesora de Inteligencia Artificial de la Universidad de Barcelona (UB), especifica que "son capaces de tomar decisiones y realizar acciones, tales como la identificación de objetivos o la navegación hasta éstos, sin que una persona tenga que dirigirlas o darles instrucciones detalladas.

Hace ya mucho tiempo que se desarrollan armas con cierto grado de autonomía. Típicamente, se desarrollaban para tareas defensivas. Por ejemplo, los sistemas antimisiles son capaces de detectar, perseguir y hacer explotar los misiles antes de que lleguen a su objetivo. Pero la tecnología necesaria en acciones defensivas u ofensivas es muy parecida.

Los drones militares también podrían llegar a ser considerados armas letales autónomas. No obstante, hay que hacer algunas precisiones. Existe una confusión común en

enominar a los drones, militares o comerciales, como aeronaves autónomas. Esto es un error, puesto que estos aparatos funcionan sin piloto a bordo, pero en la mayoría de los casos necesitan del control constante de un ser humano para su funcionamiento.

Aunque hay algunos casos en los que estas aeronaves funcionan de manera semiautónoma. Cuando pierden la comunicación con la estación de tierra -y, por tanto, con el piloto-, pasan a depender de algoritmos internos, sensores de proximidad y receptores de radio y GPS para encontrar su camino a casa. Este modo es una autonomía incompleta porque el aparato no toma decisiones propias. Sólo sigue las instrucciones de lo que tiene programado. Otros modos semiautónomos son los llamados ‘modos inteligentes’, como ‘fly-by-wire’ -itinerario preprogramado por el operador-, modo ‘sígueme’ o ‘follow-me’, etc. No lo llamaría total autonomía porque necesitan de una programación previa.

Los escenarios resultan difíciles y hay motivadores para resguardarse en cualquier circunstancia y ya hay convulsiones sociales en nuestro Continente que pone en peligro nuestra tranquilidad. En el ámbito científico, en el área de investigación de inteligencia artificial de sistemas multiagente estudiamos estos sistemas dinámicos con simulaciones. Y sabemos que se pueden ir fácilmente de las manos.

Las creaciones artísticas serán cada vez más el resultado de la colaboración entre persona y máquina, ya que esta última puede explorar un espacio mucho más amplio de posibilidades gracias a la gran velocidad con la que puede procesar datos. "La IA aplicada al arte ya es sin duda una herramienta potenciadora de las capacidades humanas. En música y danza existen ejemplos de sistemas de ayuda a la composición que facilitan y aceleran el proceso creativo. También hay aplicaciones en la narrativa e incluso la poesía, pero en estos casos con resultados más mediocres

Por su parte, Christian Gálvez, ha apuntado que "la genialidad de Leonardo se caracterizaba por su capacidad de sincronizar conocimientos de distintos ámbitos". "Leonardo junta la ciencia y el arte, pero era sobre todo un científico. Tenía mentalidad científica, buscaba saber cómo funcionaban las cosas. Esa transversalidad de conocimientos y su curiosidad era por lo que hoy le consideramos un genio



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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