La Venezuela de Chávez y el mundo de hoy

El día domingo 11 de noviembre de este año, en el marco de la Feria Internacional del Libro (FILVEN), y en los espacios de la sala Ana Enriqueta Terán del gobierno del Distrito Capital, se presentó el libro de mi autoría: La Venezuela de Chávez y el mundo de hoy.

Quiero agradecer al Ministro Ernesto Villegas y a la Fundación Editorial El perro y la rana, por la publicación en físico de este libro después de varios esfuerzos fallidos que hubo que hacer para lograr tal propósito.

Quisiera compartir con los lectores las palabras que pronuncié ese día de la presentación

Vivimos momentos turbulentos. El azar, la incertidumbre, la no linealidad, la complejidad y la era de las redes sociales, son "motores" que marcan pauta en los tiempos que trascurren.

Se vive la era de la posverdad en la cual: "la gente ya no cree en los hechos" (Dixit Noam Chomsky), produciéndose una suerte de nihilismo o escepticismo.

Decía Jean Paul Sartre en el texto: ¿Qué es la literatura?, refiriéndose a los escritores, que su función "consiste en proceder de modo que nadie pueda ignorar el mundo y que nadie pueda ante el mundo decirse inocente". Esto es, un escritor con compromiso societal, no neutral ni acéfalo.

De allí pues, que entender lo nacional hoy por hoy pasa en primer lugar por entender lo internacional. La Revolución Bolivariana es una expresión de ello. Desde su llegada cualquier decisión nacional ha estado mediada por los avatares internacionales. En unos casos por principios y convicción propias: la puesta en ejecución de los ideales unionistas e integracionistas de nuestros libertador, en particular del máximo exponente en esta zona del mundo: Simón Bolívar. Concreciones de ello son la CELAC, UNASUR y ALBA-TCP. En otros casos, inducido por la prepotencia de los gobernantes estadounidenses que no acepta que un pueblo, país o nación erija banderas de independencia, autodeterminación y soberanía. En este caso el costo ha sido inmenso. Venezuela ha sido asediada hasta más no poder. Todas las "formulas" para derrocar gobierno se han puesto en marcha por parte de los últimos presidentes estadounidenses.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó el 9 de marzo de 2015, una orden ejecutiva en la que declaraba una "emergencia nacional" por la amenaza "inusual y extraordinaria" a la seguridad nacional y a la política exterior de ese país causada por la situación en Venezuela

El gobernante actual, Donald Trump, y el equipo que lo acompaña, no ha tenido empacho alguno ni ha utilizado lenguaje diplomático, para anunciar y aplicar la máxima hobbesiana de considerar a nuestro país un enemigo. En este sentido no sólo ha renovado esa orden ejecutiva sino que ha utilizado otros instrumentos para derrocar al gobierno bolivariano.

El bloqueo económico y financiero ha afectado con mucha profundidad la economía del país y, por supuesto, eso ha incidido negativamente en el poder adquisitivo del venezolano. Pero la respuesta del pueblo ha sido resistencia y más resistencia.

Son tiempos turbios, donde el debates de ideas no debe ser una excepción sino una norma, sobre todo porque nuestra patria está amenazada de intervención militar seriamente por el todo poderoso del norte y sus acólitos del Continente Americano, lo que exige compromiso y lealtad para defender un proceso cuyo único delito ha sido el redimir los intereses de los invisibilizados y olvidados de siempre.

No se trata de producir flashes, frases, sino ayudar a producir conciencia. Cuando, por ejemplo, se aprueba una ley que favorece a los que menos tienen y por tanto, afecta de alguna manera la lógica del capital, no tardan en aparecer arbitristas que levantan banderas de catástrofes hablando de los "enormes costos", "los graves riesgos", los "desequilibrios". Pero, si las medidas gubernamentales son beneficiosas para las grandes empresas como reducciones tributarias, renuncias fiscales o financiaciones a bajo interés en bancos públicos, ipso facto aparecen los apologistas enalteciendo sus "impactos positivos" y los "beneficios productivos".

En este texto, titulado La Venezuela de Chávez y el mundo de hoy, presentamos al lector dieciocho ensayos distribuidos en tres capítulos. En el primero, titulado: Chávez, Venezuela y el socialismo del siglo XXI, damos cuentas de los siguientes ensayos: ¿El gobierno de Chávez es comunista, populista o neoliberal?; Dos proyectos, dos visiones y el socialismo del siglo XXI; Las revoluciones traicionadas; Bicentenario de la Independencia y socialismo del siglo XXI y ¿Por qué ocurrió el 4 de febrero de 1992?

En el segundo, concentramos el análisis en La integración de América Latina y el Caribe con tres ensayos: La Celac: nacimiento, identidad y perspectivas; Una mirada a dos realidades de integración: UE y Celac y El Mercosur: un desafío para Venezuela

El tercer capítulo, llamado Relaciones internacionales, la crisis del capitalismo y Estados Unidos en el mundo de hoy, lo desarrollamos con diez (10) ensayos: La soberanía: ¿está demodé?; Los indignados; Redes sociales: ¿nuevo actor de las relaciones internacionales?; "¿Nuevo capitalismo?"; El suicidio en la crisis capitalista; ¿Es superable la crisis capitalista?; ¿Qué está pasando con el American Dream; La doctrina del cinismo de Obama; La mentira como excusa para actuar contra los pueblos y ¿Cómo está el mundo de hoy?

Friedrich Nietzsche, en La ciencia jovial, de 1882 y Así habló Zaratustra (1885), nos habló de la muerte de Dios.

Hoy, en la era del "tsunami informático" y de los algoritmos, se habla, según Zygmunt Bauman, de la muerte del anonimato con la presencia del internet. Ya lo privado se hace público, y público mundial.

También se habla de la "muerte social", donde los llamados gadgets, es decir, los pequeños aparatos, como los celulares, nos individualizan y nos convierten en seres alienados. Carlos Marx redivivo.

En el texto ¿Qué es un autor?, Michel Foucault dice :"En la escritura, la cuestión no es manifestar o exaltar el acto mismo de escribir, no es tampoco apresar al sujeto dentro del lenguaje; se trata, más bien, de crear un espacio en el cual el sujeto que escribe está desapareciendo sin tregua".

Por su parte, el escritor francés, Roland Barthes, nos dirá que: "Un texto está formado por escrituras múltiples, procedentes de varias culturas, y que, unas con otras establecen un diálogo, una parodia, pero existe un lugar donde se recoge toda esa multiplicidad, y ese lugar no es el autor, sino el lector; ya que él es el espacio mismo en el que se inscriben, es tan sólo ese alguien que mantiene reunidas en un mismo campo todas las huellas que constituyen el escrito, y es por esto que el nacimiento del lector se paga con la muerte del autor.

Aunque no le tememos a la muerte, nos gusta la vida, y creo en "diálogo de saberes", una de las grandes fortalezas de la revolución bolivariana, y por ello los invito a leer este texto con el autor dispuesto a cualquier observación.



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Franklin González

Doctor en Ciencias Sociales, UCV. Sociólogo, Profesor Titular, Ex Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Profesor de Postgrado en la UCV, la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y en el Instituto de Altos Estudios ?Pedro Gual? del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores. Fue embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.

 framongonzalez@gmail.com

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